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lunes, 2 de junio de 2025
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Para el sociólogo Juan Romero, a un año de la llegada de la pandemia a Uruguay

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Diario EL PUEBLO digital
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“La pandemia no solo generó desempleo, mayor pobreza y seguramente problemas de nutrición, también ha implicado una mayor concentración de la riqueza”

Al cumplirse hoy un año de la declaración de los primeros cuatro casos de CODIV -19 positivo en nuestro país, de los cuales dos de ellos recayeron en Salto, EL PUEBLO consultó al Dr. Juan Romero, para que desde la sociología analice este tiempo vivido.

  • ¿Cómo ha sido este primer año de pandemia para Salto?
    -Para responder tenemos aspectos macros y micros. En lo macro, se va confirmando las características que tiene esta sociedad, la única sorpresa para nosotros con los datos de noviembre es cómo ha sido la distribución de la enfermedad en términos territoriales. No es al azar, la enfermedad no pega a todos por igual, a algunos les pega más y a otros les pega menos. Esto quiere decir que en este departamento, que presenta unas tasas de desigualdad social importantes, pero compatible con lo que es el norte uruguayo, a quien les pega más es a aquellos lugares donde viven peor.
  • ¿Pese a que todo comenzó con el caso Carmela en una fiesta de alto poder adquisitivo igual se llega a la conclusión que el coronavirus pega más en personas pobres?
    -En el norte sí, no en el sur, donde hay otra lógica de expansión, empezó por Carrasco. En el norte y en Salto, afecta más a los territorios donde hay mayores problemas socio económicos.
  • ¿Por qué?
  • Porque hay mayor hacinamiento, hay menor consumo de proteínas, hay cuerpos más débiles, hay menor educación, hay mayor informalidad laboral. Si te dicen que te quedes en tu casa, ¿para quién es quédate en tu casa? Para el que puede, pero en Salto tenés un 40% de informalidad. Si esa persona no sale al otro día, capaz que te la banca, pero a la semana, si no sale a hacer la diaria, ya se complica. Entonces, eso genera una condición macro bastante proclive a este tipo de enfermedades que son infecciosas.
    En lo micro, lo que detectamos en nuestro estudio es lo que llamamos elementos invisibles de la pandemia, como la angustia, la ansiedad, la violencia intrafamiliar declarada de casi un quinto, por lo tanto, podemos pensar que puede haber mucho más que la gente no declara.
  • Sin embargo, desde el Ministerio del Interior se afirma que las denuncias sobre violencia doméstica cayó en Salto un 12%, ¿cómo se explica esa diferencia?
  • Que la gente no va a denunciar. Nosotros hicimos un ejercicio en clase con estudiantes más avanzados, donde agarramos los datos del Ministerio del Interior, y los comparamos con las encuestas que hacíamos, vimos que había entre los datos oficiales con lo que la gente te dice, una diferencia. El efecto pandemia lleva a que ahora no se denuncia tanto porque tenés que convivir más tiempo con el agresor bajo el mismo techo, no tenés dónde irte.
    Otro tema no menor, de estos aspectos invisibles de los que venía hablando, es cómo la gente se informa para tomar decisiones, que eso nos quedó pendiente para tratar de investigar más a fondo a futuro. Porque tenemos un 20% de la población que no se va a vacunar por motivos variados, lógicos e irracionales, que hemos denominado grupo fundamentalista, porque por ninguna razón acepta que las vacunas son un camino para solucionar este tema, que la Tierra no gira alrededor del sol, que es el sol el que gira, que la Tierra es plana, que te van a poner el chip 5G, que los chinos te van a invadir, que te van a volver comunista y capaz que mañana algo va a pasar que todo esto va a estallar en mil pedazos. Entonces la pregunta que nos hicimos fue, ¿cómo se informa la gente? ¿Cuánto pesan las redes en esto? ¿Cuánto pesan los bolazos?
  • Pese a eso, Salto está vacunando muy bien, está dentro de los tres departamentos que mejor vacuna, junto a Lavalleja y Rivera…
  • No sé si muy bien, diría bien. Nosotros en noviembre detectamos que el 60% de la población estaba dispuesta a vacunarse, cuando había encuestas nacionales que marcaban entre un 54 o 55%, o sea, estábamos por encima de la media. Pero si salimos de Salto nos preguntamos, ¿por qué el otro 40% no se quiere vacunar?
    -¿Qué se puede decir respecto al surgimiento de las ollas populares?
  • Que no es la primera vez que ocurre, es una característica muy uruguaya, porque si mirás en otros lados no ocurre a nivel país como ocurre acá. Y se debe a que hay una red de contención social organizada que está muy presente, y en situaciones de emergencia, como ésta, emerge con mucha fuerza. El problema que tienen estos mecanismos de protección social es que son muy voluntaristas, y el voluntarismo tiene un tiempo, un mes, tal vez tres meses de la gente que lo arma, pero también del apoyo que recibe, porque al principio pueden ser comercios del barrio que colaboran con una voluntad, solidaridad y sensibilidad tremenda, pero eso dura un tiempo, porque también empieza un efecto que el desempleo genera, donde la inflación aumenta, como estamos viendo, rebajan los salarios, entonces empieza a haber menos poder adquisitivo, y el almacenero se da cuenta que no puede seguir ayudando porque comienza a vender menos.
    Es ahí donde debe aparecer el papel del Estado, en todos los niveles, tanto a nivel nacional como local, para darle soporte a esos mecanismos de protección, porque si no, se diluyen, y el problema se amplifica. Entonces, lo que ha generado la pandemia no es solamente desempleo, mayor pobreza y seguramente problemas de nutrición, también ha implicado, por otro lado, una mayor concentración de la riqueza, pero no solo en Uruguay ni en Salto, a nivel mundial.

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