En primera licitación de junio el índice aumentó 1,5%.
En la primera licitación de junio de la neocelandesa láctea Fonterra, el Indicador Promedio aumentó 1,5% respecto al remate anterior, mientras que el precio de la leche en polvo entera -el principal producto de exportación de Uruguay- cotizó a US$ 4.158 la tonelada, mostrando una baja de 0,3%.
Los contratos a futuro para este rubro cotizaron con una leve baja para el mes próximo (US$ 4.142 por tonelada), pero suben en agosto a US$ 4.160 y pasan a US$ 4.166 para septiembre.
A su vez, en la subasta del martes, la leche en polvo descremada subió 3% y cerró en US$ 4.240 por tonelada. Los contratos a futuro para julio, agosto y septiembre marcaron precios de US$ 4.315, US$ 4.255 y US$ 4.257, respectivamente. Otros rubros como la manteca también subieron. En este caso el incremento fue de 5,6% y el precio final quedó en US$ 6.068 por tonelada. El suero de manteca en polvo se pagó 4,5% más, llegando a US$ 4.398 por tonelada. Contrariamente, el precio del queso Cheddar cayó 3,6% quedando en US$ 5.365 por tonelada.
LOS VALORES DE
FONTERRA
Grasa butírica anhidra US$ 6.201 (+2,7%). Manteca US$ 6.068 (+5.6%). Suero de manteca en polvo US$ 4.398 (4,5%). Queso Cheddar US$ 5.365 (-3,6%). Leche en polvo descremada US$ 4.240 (+3,0%). Leche en polvo entera US$ 4.158 (-0,3%).
Conflicto lácteo. El nudo está en la cláusula de paz
La industria láctea ofreció a los trabajadores la recuperación salarial, partidas especiales y ajustes según la inflación o ante cambios tecnológicos, sin embargo los trabajadores siguen rechazando la propuesta.
Desde hace tiempo se desarrolla en Uruguay un conflicto en el sector lácteo. Ariel Londisky, secretario ejecutivo de la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU), dijo que lo que hay es un “conflicto con toda la industria, no solo Conaprole” aunque esta cooperativa atraviesa una situación conflictiva particular de ella.
“Desde hace 7 meses estamos negociando la novena ronda salarial, y en ese marco no se ha logrado un acuerdo con los trabajadores y para CILU es fundamental una cláusula de paz” para evitar una situación de “constante conflictividad del sector”, agregó.
Esa clausula “es muy importante”, para que, al llegar a un acuerdo en la pauta salarial para los próximos cuatro años, en ese tiempo “no haya reclamos sindicales en tanto se cumpla lo que se firme”. Para lograrlo “varias veces se propuso una pauta, una mejor que la otra y la última la puso sobre la mesa el Ministerio de Trabajo, planteando la recuperación salarial” y “una partida especial de $ 2.000 para todos los trabajadores por mes en el último año del convenio (el cuarto año) que en el total de la industria son casi 3 millones de dólares”. Esa partida de $ 2.000 es por un año, aclaró.
En definitiva: El convenio prevé que la recuperación salarial se de en los dos primeros años y la partida salarial de $ 2.000 será en el cuarto año.
Londinsky añadió que la “erogación es muy fuerte” y por eso la industria tampoco estuvo “convencida”, pero decidió “aceptar lo propuesto y hacer el esfuerzo adicional” porque para la industria “es muy importante” concretar esa cláusula de paz, insistió.
De todas formas “los trabajadores no aceptaron la propuesta”, y en cambio “trajeron una fórmula alternativa que mina totalmente la cláusula de paz, deja abiertas las reivindicaciones salariales durante el convenio en forma similar a 2018” cuando había una clausula de paz que fue “reiteradamente incumplida”.
La industria “necesita una cláusula de paz que se cumpla”, “no queremos reivindicaciones salariales constantes” mientras el acuerdo esté vigente, subrayó.
“Nosotros ofrecemos la recuperación total” del salario “que es un 4,82% más esta partida de $ 2.000 que se da en el cuarto año, más los correctivos por inflación. Se está asegurando la recuperación de lo perdido, cuatro años de inflación asegurada más un año de una partida especial”, frente a eso “la única partida que la industria pide es que sean cuatro años de paz” con “la excepción de cuando se incluyen tecnologías nuevas que cambian las formas de trabajo, y en es aso estamos dispuestos a negociar salarios”.
En mayo se exportó
el mayor volumen de
lácteos en lo que
va del año
En mayo se exportó el mayor volumen de lácteos del año. Las solicitudes sumaron 21.668 toneladas, una mejora mensual de 42% y un salto interanual de 24%, según datos de Aduanas.
En lo que va del año Argelia, China y Brasil están en el podio. Hubo un fuerte incremento en los envíos a Argelia, una moderación en China y una baja marcada en el volumen exportado a Brasil. En total los envíos sumaron 94.027 toneladas.
Desde el sector industrial se había reportado un descenso en la concreción de negocios con China pero aún no se refleja en los embarques. En mayo, se exportaron 2.489 toneladas de ese destino, superando los envíos de marzo y abril, mayormente leche en polvo entera.
De hecho, en Uruguay se afirma como segundo proveedor de ese producto en China, detrás de Nueva Zelanda, de acuerdo a los datos de Aduanas del país asiático.
China importará menos leche en polvo este año, estima el USDA
La oficina del USDA en Beijing espera una reducción en las importaciones de leche el polvo de China para este año y una mayor producción interna de leche.
“En 2022, con el resurgimiento del Covid-19 y las restricciones gubernamentales, se espera que los bloqueos afecten el uso y distribución de productos lácteos”, señaló en el reporte GAIN Dairy and Products Semi-annual, publicado a comienzos de junio.
Los altos precios de los lácteos importados se espera que impacten sobre el crecimiento de las compras externas. Para este año se espera que la producción de leche en polvo entera aumente levemente a 1,02 millones de tonelada.
Las políticas restrictivas para frenar la expansión de covid limitaron la distribución y compra de leche fluida, “lo que hace que algunos procesadores de lácteos aumenten la producción de leche en polvo entera”.
Para este año, las importaciones estimadas de LPE se reducen a 820.000 toneladas frente a 849.000 toneladas registradas en 2021.
Las compras externas de quesos también disminuirán de 176 millones de toneladas el año pasado a 170 millones proyectados para este año, en un mercado que centra su consumo en hoteles, restaurantes e instituciones, y que se han visto afectado negativamente por las restricciones por el covid. Precios más altos debido al aumento internacional los costos logísticos son otro factor que contribuye a la reducción de las importaciones de queso en 2022.
Por el contrario se espera un aumento en las importaciones de manteca, que pasarían de 139 millones de toneladas a 150 millones, apuntaladas por el sector de panificados.