El cantante de 70 años fue llevado por una descompensación y le realizan chequeos. Sus familiares informaron que está «bien y de buen humor».
El cantante Ramón «Palito» Ortega ingresó esta tarde a la Fundación Favaloro por una descompensación y está siendo sometido a chequeos. pero sus familiares aseguraron que se encuentra «bien y de buen humor»
Ortega, de 70 años, ingresó -según informa la agencia DyN- con máscara de oxígeno y en una camilla, por un dolor en el pecho.
«Palito está bien, ya no tiene el dolor en el pecho, pero los médicos quieren culminar toda la batería de exámenes y analizar los resultados para descartar cualquier problema», informaron fuentes familiares a la agencia Télam.
Su hijo Sebastián abandonó las oficinas de su productora Underground para dirigirse a la Favaloro, junto con sus hermanas Julieta y Rosario, para acompañar a sus padres.
EL REGRESO DEL REY
Ortega regresó la semana pasada de Estados Unidos, donde estuvo grabando su nuevo disco, que contendrá canciones nuevas y la participación de una serie de invitados especiales y amigos de toda la carrera.
Es el autor y la voz de canciones que han marcado muchos momentos en la vida de varias generaciones. Ya lleva cincuenta años de carrera pero, el viernes, fue la primera vez que se presentó en el Teatro Gran Rex.
Acompañado por el coro Cantoría Lugano, Palito Ortega abrió el show entonando el estribillo: “las canciones, con el paso del tiempo, envejecen pero dejan un soplo de amor en el corazón de la gente”. Lo recibió una sala colmada por un público que ha llevado su música en el centro de sus afectos durante décadas y que con instantáneas sonrisas y palmas demostraron que, lejos de envejecer, los clásicos de El Rey resisten el tiempo y permanecen como íconos de alegría.
“Esta es una noche amorosa, de reencuentro y familia”, dijo el tucumano que contó entre las primeras filas a algunos de sus hijos, nietos y a su esposa Evangelina Salazar observando el show desde un costado del escenario.
Entre los famosos se encontraban el actor Oscar Martínez y su esposa Marina Borensztein, Ana María Picchio y Graciela Borges. También estaba en las plateas la periodista Fanny Mandelbaum que dijo: “Es un genio. Lo sigo desde que empecé a hacer periodismo, mis notas con él eran maravillosas. Nunca va a perder vigencia”. El conductor Fernando Bravo lo definió como: “el más popular de los cantantes argentinos”. Y el periodista Alfredo Leuco opinó: “Siempre le interesó la política, el compromiso, el testimonio y la canción con mensaje. Para nosotros era una suerte de oasis donde uno sólo tenía que divertirse, sonreír y ver si se podía levantar alguna mina”.
La banda incluyó una sección de vientos y fue dirigida por Lalo Fransen quien también tuvo su momento solista. “Quiero recordar canciones de otros tiempos. Mi nieta las canta”, dijo antes de interpretar Bikini a lunares amarillo y Dame la media medalla.
Palito cantó en homenaje la Canción del Jacarandá, que compuso con María Elena Walsh, y también recordó a Libertad Lamarque y a su amigo Sandro. “Yo le decía: Roberto vos cantás rock igual que yo, pero cuando te movés las chicas te arrojan unas cosas que a mí me llaman la atención – bromeó-. En cambio a mí me regalan estampitas, me consideran un hermano y las madres me mandan pan para que engorde”.
Para uno de sus más grandes hits, La Felicidad, invitó a Gustavo Cordera, que se quedó para cantar -también a dúo- el bolero Lo mismo que a usted y se fue luego de arrodillarse ante Ortega, besarle la mano y decir “El rey, el indiscutible rey. Nos ha dado mucha música y grandes himnos argentinos”. Otra de las invitadas fue Rosario, la hija menor del cantante. Todos, desde los mayores de 60 años, que vieron el Club del Clan, hasta sus hijos que ya rondan los 40, bailaron y agitaron pañuelos, prendas y todo lo que tuvieron a mano cuando el ídolo se despidió con Yo Tengo Fe, e insistieron con aplausos hasta que volvió para algunas canciones más y cerrar con Viva la Vida. Y así se fue El Rey, dejando a sus seguidores con un soplo de alegría en sus corazones.
El cantante de 70 años fue llevado por una descompensación y le realizan chequeos. Sus familiares informaron que está «bien y de buen humor».
El cantante Ramón «Palito» Ortega ingresó esta tarde a la Fundación Favaloro por una descompensación y está siendo sometido a chequeos. pero sus familiares aseguraron que se encuentra «bien y de buen humor»
Ortega, de 70 años, ingresó -según informa la agencia DyN- con máscara de oxígeno y en una camilla, por un dolor en el pecho.
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«Palito está bien, ya no tiene el dolor en el pecho, pero los médicos quieren culminar toda la batería de exámenes y analizar los resultados para descartar cualquier problema», informaron fuentes familiares a la agencia Télam.
Su hijo Sebastián abandonó las oficinas de su productora Underground para dirigirse a la Favaloro, junto con sus hermanas Julieta y Rosario, para acompañar a sus padres.
EL REGRESO DEL REY
Ortega regresó la semana pasada de Estados Unidos, donde estuvo grabando su nuevo disco, que contendrá canciones nuevas y la participación de una serie de invitados especiales y amigos de toda la carrera.
Es el autor y la voz de canciones que han marcado muchos momentos en la vida de varias generaciones. Ya lleva cincuenta años de carrera pero, el viernes, fue la primera vez que se presentó en el Teatro Gran Rex.
Acompañado por el coro Cantoría Lugano, Palito Ortega abrió el show entonando el estribillo: “las canciones, con el paso del tiempo, envejecen pero dejan un soplo de amor en el corazón de la gente”. Lo recibió una sala colmada por un público que ha llevado su música en el centro de sus afectos durante décadas y que con instantáneas sonrisas y palmas demostraron que, lejos de envejecer, los clásicos de El Rey resisten el tiempo y permanecen como íconos de alegría.
“Esta es una noche amorosa, de reencuentro y familia”, dijo el tucumano que contó entre las primeras filas a algunos de sus hijos, nietos y a su esposa Evangelina Salazar observando el show desde un costado del escenario.
Entre los famosos se encontraban el actor Oscar Martínez y su esposa Marina Borensztein, Ana María Picchio y Graciela Borges. También estaba en las plateas la periodista Fanny Mandelbaum que dijo: “Es un genio. Lo sigo desde que empecé a hacer periodismo, mis notas con él eran maravillosas. Nunca va a perder vigencia”. El conductor Fernando Bravo lo definió como: “el más popular de los cantantes argentinos”. Y el periodista Alfredo Leuco opinó: “Siempre le interesó la política, el compromiso, el testimonio y la canción con mensaje. Para nosotros era una suerte de oasis donde uno sólo tenía que divertirse, sonreír y ver si se podía levantar alguna mina”.
La banda incluyó una sección de vientos y fue dirigida por Lalo Fransen quien también tuvo su momento solista. “Quiero recordar canciones de otros tiempos. Mi nieta las canta”, dijo antes de interpretar Bikini a lunares amarillo y Dame la media medalla.
Palito cantó en homenaje la Canción del Jacarandá, que compuso con María Elena Walsh, y también recordó a Libertad Lamarque y a su amigo Sandro. “Yo le decía: Roberto vos cantás rock igual que yo, pero cuando te movés las chicas te arrojan unas cosas que a mí me llaman la atención – bromeó-. En cambio a mí me regalan estampitas, me consideran un hermano y las madres me mandan pan para que engorde”.
Para uno de sus más grandes hits, La Felicidad, invitó a Gustavo Cordera, que se quedó para cantar -también a dúo- el bolero Lo mismo que a usted y se fue luego de arrodillarse ante Ortega, besarle la mano y decir “El rey, el indiscutible rey. Nos ha dado mucha música y grandes himnos argentinos”. Otra de las invitadas fue Rosario, la hija menor del cantante. Todos, desde los mayores de 60 años, que vieron el Club del Clan, hasta sus hijos que ya rondan los 40, bailaron y agitaron pañuelos, prendas y todo lo que tuvieron a mano cuando el ídolo se despidió con Yo Tengo Fe, e insistieron con aplausos hasta que volvió para algunas canciones más y cerrar con Viva la Vida. Y así se fue El Rey, dejando a sus seguidores con un soplo de alegría en sus corazones.
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