Gaby de Souza Canosa
Reconocida por sus espectaculares maquillajes y su popularidad en las redes sociales, Gabriela de Souza Canosa no ha cumplido todos sus objetivos, ha triunfado en lo que le gusta hacer, ha sabido reinventarse en momentos difíciles, pero va por más.
Es nacida en Artigas, en el año 1981, se define como «altamente pisciana, creativa, emocional». Ser de la frontera tiene un significado importante porque tiene «mucha «herencia», brasilera.
En nuestra sección al dorso, las últimas diez de la última, un resumen breve de su trayectoria.
Cómo se compone su familia
Mi familia de infancia, por mi mamá, mi papá, mi hermana y yo. Luego nacieron mis sobrinos, que son muy importantes para mí y yo construí una nueva familia, con mi esposo, mi hijo Vicente y yo; somos padres de un único hijo por decisión y estamos muy felices de haberla tomado, no tiene que ver con un tema de salud, sino que es una decisión muy propia y tomada por los dos. Disfrutamos mucho de ser los papás de Vicente en una paternidad y una maternidad muy pensada, disfrutada y tratamos de hacer lo mejor.
En alguna nota, comentó que su mamá la motivó a estudiar
Mi mamá es una referente porque siempre estudió, justamente (ayer) se jubiló, estuvo siempre vinculada a la educación, fue maestra, docente, directora de un liceo en Artigas, y últimamente una de las inspectoras regionales, siempre fue una mujer que le gustó estudiar muchísimo y estar trabajando, eso me impulsó a ser independiente, fue muy importante y me lo inculcó tanto mi papá como mi mamá, pero sobre todo la figura de ella tiene una importa muy importante en mi vida, yo heredé de ella la comunicación también.
¿Cuándo comenzó a dedicarse al maquillaje profesional?
La primera vez que realicé un curso de maquillaje profesional fue un poco por hobby y un poco por casualidad, mientras estaba viviendo en Montevideo, donde me fui a los 18 años, y en el año 2004/2005, me encontré con un folleto de curso de maquillaje profesional. Siempre me gustó el arte, hice teatro, danza, mi vida siempre se focalizó más para ese lado y empecé a contactarme con el maquillaje. Hice mi primer curso y enseguida empecé a trabajar, en una época donde no era tan famosa esta cuestión del maquillaje; hace 15 años no se hablaba tanto, no había tantas maquilladoras profesionales, tampoco las mujeres recurrían tanto a un maquillador profesional. Los primeros trabajos los hice para varias marcas, me fue muy bien hasta que se contactó una marca con la que yo trabajaba en Uruguay que era Revlon para empezar a capacitar gente en Latinoamérica.
Fui, durante 7 años una de las entrenadoras para Latinoamérica de Revlon, viajaba a todos los países entrenando mujeres no sólo en técnicas de maquillaje sino en técnicas de venta, motivación, comunicación y ahí me empezó a interesar más la docencia en maquillaje y la comunicación, hice cursos, trabajé en televisión, en radio, es decir que mi zona de confort es ahí. Ahora estoy formando maquilladoras, doy cursos de automaquillaje porque me gusta enseñar la parte más humana del maquillaje que es el contacto que tiene la mujer con su propio rostro, desde algo más profundo que no tiene que ver con saber o no hacerse un delineado, sino un encuentro con ella misma.
Cuál fue la experiencia más difícil
Tuve muchas… los viajes, lo hacía sola a esos países, me encontraba con gente con la que compartimos el mismo continente pero diversas culturas, enseñanzas, costumbres, me encontré con un mundo que me brindó mucha experiencia y todo lo que tengo hoy para posicionarme, desde trabajar con distintas personas, hasta con el trabajo con las marcas, en lo favorable, pero también tuve momentos difíciles.
El contacto con el maquillaje no me brindó nada difícil porque soy una mujer que me planto muy bien ante los trabajos, si bien pasamos momentos difíciles a veces o en cuanto a que somos mujeres y siempre tenemos que lucharla y remarla un poquito más -aún está esa brecha de género- pero siempre me planté muy bien, me manejé muy bien con los hombres, que generalmente son los gerentes de las marcas de cosméticos, (ahora hay más mujeres en ese cargo) y siempre tuve excelentes compañeros de trabajo. Sí he tenido momentos difíciles, de hecho dedicarme al maquillaje fue difícil, tomar la decisión de hacer esto y no una carrera profesional de las más conocidas en el país; tomar esa decisión no me costó porque era algo que yo quería hacer, pero sí me costó enfrentarme a la gente y a nuestros vínculos.
Tiene muchos seguidores/as…
Sí, tengo muchos seguidores que los fui conquistando en este tiempo, yo no hago publicidad prácticamente, me manejo con un contenido que se llama orgánico que implica postear cosas y no pagar a nadie, son seguidores reales que cuesta, yo elaboro mucho mi contenido en cuanto a lo que escribo, me gusta mucho escribir, no soy la típica maquilladora que pone solo fotos de maquillajes mostrando técnicas sino un contenido muy variado desde reflexiones, anécdotas, maquillaje pero con historia, me encanta tener esa comunidad que es muy fiel porque es la que me nutre todos los días.
No oculta sus trucos
No oculto nada, me gusta contar todo, mostrarme tal cual soy, en bata cuando me levanto y sin maquillaje y hasta súper producida o saliendo a caminar, me gusta esa relación en las redes; de realidad, de lo que soy, de lo que no me sale bien, ahora estoy hablando mucho de la autoestima , haciendo énfasis a mostrar desde mi lugar, la realidad de una mujer que puede ser referente y que además empatiza con el que está leyendo que me parece súper importante: mostrar la realidad no cosas ficticias que pueden llegar a ir contra la salud, estoy comprometida con todos los que consumen las redes y se ven bombardeados con imágenes que no son reales y terminan realizando cosas en su vida en función de algo que es mentira.
Cómo es su día a día
Es normal, de una mujer que trabaja, trabajar en las redes insume mucho tiempo, trabajo con determinadas marcas a las que tengo que hacer pautas, hay cosas que salen fluidamente y hay días que no nos levantamos súper bien, pero sabemos que tenemos que aportar algo, tenemos a Vicente, es un niño súper colaborador, tengo mi estudio en mi casa, pero mientras doy clases queda mirando tele o comiendo algo, además estoy saliendo a caminar todas las mañanas y me hace muy bien, porque me gusta sentirme activa, leo mucho, me gusta escribir y hacer contenido porque ese es el trabajo de hoy en día. Además el rato que estoy con las mujeres con las que trabajo me encanta, me gusta salir a tomar un café con amigas, charlar con mujeres que me pueden brindar esas herramientas que además me sirven para el trabajo.
¿Es posible verse linda sin demasiado esfuerzo?
Creo que verse linda no debe implicar un esfuerzo, verse linda no tiene nada que ver con el maquillaje, tenemos que vernos lindas porque nos amigamos con nosotras y eso tiene que ver con un trabajo de crecimiento personal muy profundo que es ir hacia adentro, es a veces romper con creencias limitantes que las traemos de toda la vida, o que vienen de afuera, socialmente instauradas con estereotipos. Lo que creemos de la belleza tiene que cambiar, por eso tenemos que amigarnos con nosotras mismas, que somos diversas, totalmente diferentes, lo que más tenemos que trabajar en esa construcción de vernos lindas es encontrarnos, con lo que somos, con nuestras vulnerabilidades, con nuestros problemas, nuestros momentos difíciles y también con nuestras fortalezas que seguro las tenemos, y después de encontrarnos con todo eso, ahí sí podemos traer estas herramientas de afuera como el maquillaje, la moda, la ropa, los accesorios, el color que nos pongamos en el pelo. Todo son herramientas externas, primero tenemos que sananos adentro para que todas esas herramientas externas nos hagan bien y no mal, porque sino todo esto termina siendo un circo que en vez de ayudarnos, nos tira abajo. Por ello, no implica esfuerzo de tiempo maquillarse, implica un esfuerzo de trabajo interior, amigarse con el espejo, con mis ojeras, mis arrugas, mis canas y después qué hago con eso. No estoy en contra de ponerse color en el pelo, hacerse cirugías ni maquillarse – vivo de eso- siempre y cuando te hayas visto sin todo eso y estés bien.
¿Tiene sueños por cumplir?
Sí, soy pisciana, tengo muchos sueños por cumplir, pero tienen que ver con seguir ayudando a mujeres, potenciando, derribando cuestiones que están muy metidas en nosotros y tanto mal nos hacen. Sueño con crecer espiritualmente, quizás poner una escuela para mujeres y empoderarlas en muchos aspectos, también sueño con viajar con mi familia, con conocer más culturas porque abrir la mente hacia otras cosas, nos hace humanamente mejores y también con ponerle más energía a mi vida.
Mi objetivo es darle foco a que la mujer se encuentre, se valorice, se autoconozca y se encuentre desde la autenticidad y desde la diferencia y no desde la comparación y la igualdad porque ahí es donde caemos en un error.
¿Cómo han sido estos meses desde que surgió la pandemia en cuanto al trabajo?
El 13 de marzo, se me cayó mucho trabajo con las novias con las que trabajo mucho, fueron momentos difíciles porque era la zafra para los maquilladores, además me iba a un viaje en familia a Europa que también se cayó, fueron momentos angustiantes hasta que empecé a ver lo que tenía y darme cuenta que era lo más importante. Me reinventé y empecé a darle foco a mis cursos, a trabajar con marcas que me pedían colaboración, a hacer vivos en Instagram, tomándome como modelo porque no podía tener modelo y eso me fue colocando en un lugar de autoridad, de referencia, no sólo en Salto sino en otros lugares, se me fueron abriendo puertas para trabajar, hace poco me entrevistaron para un canal de Tv española.
