En esta oportunidad les queremos contar sobre las neuronas espejo, dichas neuronas fueron descubiertas casi por accidente por un neurocientífico llamado Rizzolatti en 1996, el cual se encontraba estudiando otro tipo de neuronas.
Éstas son unas células cerebrales que cumplen la misión de reflejar en nuestro cerebro aquello que estamos observando.

Las neuronas espejo pueden definirse como un grupo de neuronas, que tenemos los primates, que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando vemos a otro realizarla. Las neuronas espejo nos permiten «reproducir» no sólo las acciones de otras personas, sino las intenciones y las emociones que hay detrás de esas acciones.
Las neuronas espejo juegan un papel muy importante en el desarrollo de las funciones cognitivas relacionadas a la socialización como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar del otro), la imitación, el aprendizaje por observación, el desarrollo del lenguaje, la interacción y la comunicación.
El descubrimiento de dichas neuronas es uno de los avances más importantes de las últimas décadas.
La importancia de las neuronas espejo
Las neuronas espejo son las encargadas de nuestra facultad para asimilar rápidamente el significado de las acciones de los otros y entender sus intenciones y emociones.
Estas neuronas se encienden cuando observamos a un otro realizar una acción determinada, como si nosotros mismo estuviéramos realizando esa acción.
Es de gran importancia en la adquisición de habilidades en los niños, debido a que nuestras acciones van a estimular la actividad de las neuronas espejo en niños y niñas como si ellos estuvieran realizando la acción que observan hacer a los demás.
Un ejemplo del funcionamiento de estas neuronas sería los bostezos, cuando vemos a alguien bosteza se nos contagia el bostezo, otro ejemplo sería cuando vemos a alguien bailar, en nuestra mente se activan las neuronas motoras que corresponden a dichos movimientos.
Las neuronas espejo en el aprendizaje
Desde el nacimiento estas neuronas se encuentran activas y son las que nos permiten aprender a vestirnos, comer, hablar. Estas neuronas son muy importantes al momento de programar nuestras acciones y a su vez, comprender las intenciones que existen en los demás. Los seres humanos nacemos provistos de mecanismos que nos permiten imitar las acciones que reconocemos.
Desde muy pequeños, somos capaces de reproducir expresiones faciales que favorecen nuestra interacción social; y a las pocas semanas ya podemos reproducir emociones como alegría o enojo.
El objetivo de estas neuronas es reflejar la actividad que estamos observando. Se encienden cuando efectuamos una acción establecida y cuando vemos a otro individuo realizar esa misma acción.
Permiten «reflejar» la acción de otro en nuestro propio cerebro, de ahí su nombre.
Las emociones son contagiosas
Somos muy influenciables. Tanto que el estado de ánimo de los demás nos puede afectar, haciendo que nuestro humor cambie. Cuando alguien con quien trabajamos está triste y su rostro nos transmite esa tristeza, no solo somos capaces de saber que algo le pasa, sino que además nuestro ánimo puede verse afectado; y es que la empatía no solo nos permite conocer lo que el otro piensa, también nos permite ponernos en su lugar, con sus circunstancias.
Se ha comprobado que forzar la risa puede hacer que uno se sienta mejor. El simple hecho de fingir la emoción de la alegría hará sentirse mejor. También lo hará el estar con un grupo de amigos que no para de bromear, seguramente las risas de los demás contagian.
Teniendo en cuenta que las emociones de los demás pueden ser muy contagiosas y afectarnos, el exponernos a acciones que realizan los demás también puede serlo, sobre todo a una edad temprana. Así, la exposición a la violencia en los niños por medio de la televisión puede aumentar el grado de violencia en su conducta, ya que tendemos a imitar lo que vemos, teniendo en cuenta que no somos robots y podemos elegir nuestros actos.
Neuronas espejo y autismo
Las personas con trastorno autista sufren, entre otros síntomas, retrasos en la adquisición del lenguaje y tienen muy afectado el sistema de reconocimiento emocional. No son capaces de percibir las emociones, tanto propias como las de los demás.
Por ello, los científicos pensaron que, en las personas con autismo, este sistema de neuronas espejo estaba «roto». Más recientemente se ha visto que esto no es así. El sistema no está roto, sino que sufre retrasos en el desarrollo. Mientras la mayoría de nosotros tiene en la infancia una actividad de las neuronas espejo muy grande, la actividad de las neuronas de los niños con autismo es más débil. Sin embargo, ésta va aumentando con la edad, es normal a los 30 años e inusualmente elevada posteriormente.
Otros estudios también muestran que no siempre este grupo de neuronas está hipoactivado en niños con autismo. De hecho, se activa de forma normal ante la presencia de personas que les son familiares.
Al parecer, cuanto más severos sean los síntomas del autismo, menos activo será el sistema de neuronas espejo. Los estudios han demostrado que los niños con autismo tienen dificultades para entender la intención de los demás sobre la base de la acción que observan. Para discernir lo que hacen los demás, dependen del significado del objeto o del contexto en el que se realiza la acción.
Actualmente se están haciendo pruebas de usar el comportamiento imitativo para tratar de contrarrestar este déficit. Técnicas parecidas de entrenamiento imitativo también se están explorando para rehabilitar a personas cuyas habilidades motoras han sido dañadas por un accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral.
