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martes, 1 de julio de 2025
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Salto

Hoy: Los monumentos. «Plazas, plazoletas, parques y monumentos»

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Diario EL PUEBLO digital
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Poco a poco vamos arribando a las últimas entregas de esta sección sabatina que comenzamos
el 1° de abril con el objetivo primordial de recordar, en algunos casos quizás conocer y sobre
todo revalorizar espacios públicos de nuestra ciudad. Hemos recorridos plazas, plazoletas y
parques. Hoy nos detenemos frente a los monumentos, con una selección de los que
consideramos menos conocidos.

MONUMENTO A HORACIO QUIROGA
Está ubicado en Costanera Sur Tomás Berreta, a escasos metros hacia el sur del Parque
Mattos Netto. Se observa allí una réplica de la Cabeza de Quiroga tallada por Stephan Erzia
(ubicada en Casa Horacio Quiroga). La gran piedra sobre la que se sitúa el tallado contiene
estas palabras: «HORACIO QUIROGA HURAÑO Y AGRESTE EL ÁRBOL LA PIEDRA
EL RÍO».
Considerado uno de los más importantes narradores de nuestra lengua; Horacio Silvestre
Quiroga Forteza nació en la cuadra del 800 de calle Real (hoy Uruguay) el 31 de diciembre
de 1878. Vivió algún tiempo en una chacra de San Antonio Chico, luego la familia se traslada
a Córdoba, y de regreso a Salto, Horacio estudia en el Colegio Hiram y posteriormente en el
Instituto Politécnico Osimani y Llerena y el Colegio Nacional de Montevideo. Le atrae la
mecánica, la química, la fotografia, el ciclismo. Funda la Sociedad Ciclista, en Salto, hacia 1893.

En 1896 forma con sus amigos Alberto J. Brignole, Julio J. Jaureche, y José Hasda, la
comunidad de los «tres mosqueteros» (en realidad son cuatro) de la cual él es D Artagnan. En
1899 funda la Revista de Salto, que subtitula «Semanario de Literatura y Ciencias Sociales».
En 1900 realiza su viaje a Paris, cuando regresa al Uruguay permanece algunos días en Salto
y viaja luego a Montevideo para fundar junto a Asdrúbal Delgado, Fernández Saldaña y
Federico Ferrando, el Consistorio del Gay Saber. En 1901, dedicado Lugones, aparece su
libro de poemas «Los arrecifes de coral». En 1902 mata accidentalmente a su amigo Federico
Ferrando; una vez puesto en libertad abandona Montevideo y se refugia en la casa de su
hermana María en Buenos Aires. En las vacaciones de 1903 visita Salto p última por vez y en
marzo es designado profesor de castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires. En
1904, poco antes de iniciar su experiencia en el cultivo de algodón en el Chaco, había
publicado «El crimen del otro», con fuerte influencia de Poe. En el año 1905 sale a luz el libro
«Los perseguidos». En 1907, en sus colaboraciones en la revista Caras y Caretas, publica «El
almohadón de pluma», «La insolación» y «Los cazadores de ratas». En 1908 da a conocer la
novela «Historia de un amor turbio». En 1911 renuncia a su cátedra en Buenos Aires y
obtiene el cargo de juez de paz y oficial de registro civil de San Ignacio. Asimismo continúan
apareciendo algunos de sus mejores cuentos: «El alambre de púa», «Yaguai», «Los mensú»,
«Una bofetada». A fines de 1916 regresa a Buenos Aires; es nombrado miembro del
Consulado de Uruguay en Argentina. En 1917 aparece el libro «Cuentos de amor de locuro y
mejores de su autor. En los años siguientes publica cuentos que serán de muerte, uno de los
de mayor trascendencia y considerado entre los recogidos posteriormente en su libro «Los
desterrados». En 1921 se estrena «Las sacrificadas», obra dramática, en el Teatro Apolo: se edita «Anaconda», y luego van apareciendo: «Techo de incienso», «El desierto», «Los destiladores de Naranja». En 1925 publicó «De la vida de nuestros animales» y pasó un largo tiempo en Misiones. En 1926 publica «Los desterrados». Aparece en el año 1935 su último libro: «Más allá», que recoge diez cuentos, entre los que figura «El hijo», considerado una obra maestra de Quiroga. Por estos tiempos se siente acuciado por las molestias físicas que le causa un cáncer de próstata; el 18 de febrero de 1937 al parecer adquiere la certeza del mal que padece y se suicida en la madrugada del día 19 de febrero de 1937.

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    MONUMENTO A GIUSEPPE GARIBALDI
    Se sitúa en la Avda. Garibaldi casi Camino del Éxodo. Es obra del escultor y arquitecto
    italiano Juan Veltroni y conmemora la batalla librada en ese sitio, el 8 de febrero de 1846, por
    las tropas de Garibaldi. Sobre el monumento se transcribe un decreto que ex-presa la gratitud
    del pueblo uruguayo hacia los garibaldinos; el mismo lleva las firmas de Joaquin Suárez
    (Presidente), José de Béjar (Ministro de Finanza). Santiago Vásquez (Ministro de Gobierno y
    Relaciones Exteriores) y Francisco Muñoz (Ministro de Guerra).

    MONUMENTO A LA PAZ MUNDIAL
    Se encuentra en la intersección de las calles Agraciada y Joaquin Suárez. Allí puede leerse:
    «PROYECTO: CENTRO URUGUAYO BECARIOS ISRAEL. EL PUEBLO Y GOBIERNO
    DE SALTO. Cr. Fernando Etchart, Pte. Junta Dptal.- Esc. Eduardo Malaquina, Intendente-
    Dr. Carlos Orihuela, Secretario, SALTO, MARZO de 2005″. Es de recordar que el 19 de
    setiembre de 2005 se desarrolló en este lugar un acto en conmemoración del Día Mundial de
    la Paz, en el que participaron decenas de escolares y liceales.

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    MONUMENTO A LA BIBLIA
    Está ubicado sobre Avda. Wilson Ferreira Aldunate, próximo a la calle Catalán. Consiste en
    un pilar construido con ladrillo visto que sostiene un libro abierto en el que se lee «SANTA
    BIBLIA». A los costados se lee «ANTIGUO TESTAMENTO» y «NUEVO TESTAMENTO».

    MONUMENTO A LA GAVIOTA
    «SALTO A ELADIO DIESTE» dice una placa ubicada en el lugar. Se trata del punto donde
    convergen las Avenidas Pascual Hariague, Wilson Ferreira Aldunate y la Ruta Nacional N°3.
    Es un monumento que se soporta en un solo pilar, y que por su forma, principalmente visto
    desde lejos, se asemeja a una gaviota en vuelo. Eladio Dieste fue Ingeniero y se caracterizó
    por el diseño de un tipo de techo muy original. con curvas, que puede observarse en lugares
    como la ex Terminal Rural de Ómnibus (hoy Dirección de Tránsito de la Intendencia), la
    cancha de básquetbol del Club Remeros Salto, etc.

    MONUMENTO A LA OVEJA
    Se sitúa en el punto que marca el límite entre la Avda. Manuel Oribe y la Ruta N° 31.
    Consiste en una gran cantidad de ovejas construidas en hormigón y es homenaje a la
    producción ganadera del departamento.

    OBELISCO A RODÓ
    Cinco años habían pasado de la muerte de José Enrique Rodó, ocurrida en Italia en 1917,
    cuando el pueblo de Salto erigió en su memoria un obelisco. Tiene ubicación en el punto de
    confluencia de las avenidas José Batlle y Ordóñez, Carlos Reyles, Manuel Oribe y Rodó. Las
    siguientes líneas, publicadas en diciembre de 1950 en el desaparecido periódico «Numen» son
    reflejo de lo que significó el acontecimiento no sólo para la gente de este suelo: «Recorríamos
    la ciudad salteña acompañando a un visitante extranjero. Este es el obelisco a Rodó 19221 –
    lee asombrado el camarada. En efecto, esta urbe fue de todas la primera en rendir homenaje
    póstumo al maestro de Ariel. Los demás tributos admirativos vinieron después del suyo. Fue
    asimismo la iniciadora en otras cosas que entroncan con la vida moral, el intelecto, la
    inteligencia. Lo iremos probando. Lo conseguiremos poco a poco, para que lo sepan los de
    afuera y no lo olviden los de aca».
    José Enrique Rodó, escritor uruguayo nacido en Montevideo en 1871 y muerto en Italia en

    1. Figura de relevancia dentro de la «Generación del 900», se destacó principalmente por
      sus ensayos; entre sus obras se destacan: «Ariel», «Liberalismo y Jacobinismo». «El mirador
      de Pros- pero», «El camino de Paros». «Motivos de Proteo».

    LA «CRIOLLO»
    Se llama así la locomotora construida íntegramente en Salto, que está ubicada en una pequeña
    plazoleta sita en la intersección de las calles 19 de Abril y Zorrilla de San Martín (parte
    posterior del Museo del Hombre y la Tecnología). Ocupa este lugar desde 1981.
    Anteriormente estuvo en el Museo Histórico. «La criollo» fue planeada por Allan Darton,
    ingeniero del Ferrocarril Noroeste. Luego, la ejecución de la obra tuvo como figura principal
    a Juan Gallinotti y se realizó en los talleres de José Pons Palet. La máquina fue terminada en
    junio de 1895. Al verla funcionar. Mister Dalton exclamó «¡Lindo criollo!» y ordenó que se le
    designara ese nombre. El primer viaje fue un recorrido de ida y vuelta desde los talleres hasta
    la Estación Noroeste; pero su gran hazaña fue la de haber superado los 120 Km. por hora
    cuando llevó al Dr. Atilio Chiazzaro a atender una urgencia en el Km. 81 de la línea
    Noroeste.

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