Hubo ausencias. No todos fueron a la asamblea extraordinaria del pasado lunes en la Liga. Incluso, un hecho que cuesta admitir: delegados acudiendo pero sin poder. Vale decir: con voz, pero sin voto.
Pero por lo menos fueron. Y eso que hubo un tema que involucra a los 35 clubes afiliados a la Liga Salteña de Fútbol: incorporar piso sintético al Parque Dickinson, tras una iniciativa que partió de un tiempo atrás desde el actual Cuerpo de Neutrales.
Cuando la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande prometió y ejecutó el aporte financiero para que los torneos pudiesen jugarse sin complicaciones, otra vía de análisis y búsqueda se planteó, desde el momento que una solución de fondo es la que figuraba en el horizonte para el estadio.
Lejos de ser considerada una opción devaluada, con descrédito incluído, los neutrales fueron «sacando la cara» por el Dickinson y como el organismo binacional y la Intendencia se suman como soportes, solo va quedando avanzar. Y se está avanzando.
A LA HORA DEL SÍ
Uno de los puntos de la asamblea: el aval de los clubes para que los neutrales acentúen el estudio de factibilidades para que en un futuro no tan lejano el Dickinson disponga de piso sintético. A la hora de la votación, el consentimiento fue total. Desde la dirigencia de mando, la puesta a punto de los valores que implicaría la obra, pero dejando en claro que «por el piso del Dickinson a ningún club de la Liga vamos a endeudar».
La concreción de la obra, plasmará ventajas inevitables: se podrá jugar siempre sin rendirle cuentas al clima de ocasión, pero además, el desarrollo de instancias deportivas que van más allá de lo doméstico.
Por eso se apuntó que «en menos de 10 años el reembolso podrá ser más que factible». Ocurre que no solo es el piso sintético, sino también la recuperación de las medidas reglamentarias, con el corrimiento del muro del estadio hacia la avenida Manuel Oribe.
En las actuales condiciones es verdad que Salto no puede competir ni presentarse a ninguna opción de disputa nacional o internacional (por lo menos en el Dickinson), teniendo en cuenta la insuficiencia fácilmente comprobable. La CTM y la comuna como soportes, pero tampoco hay que descartar a alguna empresa particular, que también se sume.
