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jueves, 10 de abril de 2025
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Política de Frontera: El gobierno tiene “margen de maniobra, pero no habrá una medida que resuelva el tema”

Diario EL PUEBLO digital
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EL PUEBLO con Nicolás Olivera, Intendente de Paysandú

Conocimos a Nicolás Olivera viniendo de La Heroica a estudiar a Salto, donde conoció a su esposa y se recibió de abogado. Luego vino la actividad política que hoy lo llevó a ser Intendente de Paysandú, departamento que sufre la apertura de los puentes como nosotros. No desaprovechó la oportunidad para marcar diferencias con el Intendente Lima

– Estudió abogacía en nuestra ciudad, ¿extraña el calor salteño?

– La verdad que no (risas), puedo extrañar otras cosas, pero el calor no. Aparte por acá también podemos cubrir con creces esa demanda, con el calor estamos bien acá en Paysandú. La etapa de estudios universitarios de quien deja su casa para vivir en otro lugar, independientemente de donde sea es algo que genera recuerdos. Es la yuxtaposición de irte para otro lado, la independencia que te genera vivir por sí, empezar una carrera que te terminará acompañando toda tu vida, conocer gente nueva, generar amistades que hasta ahora me acompañan, conocer a quien hoy es mi señora, por ejemplo. Pasé cosas muy hermosas en Salto, conocí gente maravillosa que quiero mucho. Conocí gente brillante que hoy me llenan de orgullo, como Jorge Rodríguez Russo. Es de esos tipos que te inspiran, gente que es del interior a la que no le regalaron absolutamente nada, y que cuando yo era estudiante mirábamos a un Grado 5 como algo que estuviera fuera de lo alcanzable, y hoy tenés un Grado 5 ahí, hecho, formado y radicado en Salto, un tipo que destila talento. Ese tipo de cosas me quedó de haber vivido y estudiado en Salto.

– Una cosa es su vocación por la abogacía, pero ¿de dónde viene su vocación política?

– La vocación viene de los fundillos, porque andaba tras los fundillos del viejo que era un militante. Fue diplomático, estuvo en Colón de Cónsul, y recuerdo que en aquellas épocas que Jorge Larrañaga era Intendente de acá, yo siendo muy gurí, hacíamos giras con Ministros, yo lo acompañaba, y veía a esos tipos yendo por todos los pueblos, la gente le pedía cosas y el hombre decía que había que firmar un convenio, vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro, y yo pensaba, “pah, esto es brutal”, poder cumplir con cosas que la gente le pedía con necesidad. Y al tiempo volvía y se respondía a los planteos con obras. Me acuerdo de Raffo, por ejemplo, que era un Ministro muy presente en Paysandú. De verlos a ellos me di cuenta que eso es lo que quería hacer. Luego como todo, te metés en la parte de los jóvenes, hicimos también política universitaria en su momento, cosa que me gustó. Después fui Edil, Director de la Intendencia, Diputado y terminé acá.

– Asumió como Intendente en pandemia, ¿cómo trató el COVID a Paysandú?

– Uno asume como Intendente y aparte sos el Presidente del CECOED, y con este tema tuvimos prácticamente en sesión permanente. Hubo semanas que era todos los días de sesión del Comité Departamental de Emergencia. Uno buscaba un libro que diera respuestas para la situación de pandemia COVID y no existía, sobre todo la última parte, que fue cuando la gente estaba más cansada, que quería salir, quería trabajar, donde los comercios querían abrir, donde las actividades querían tener más libertad de las que se les daban. Entonces, administrar eso fue toda una brutal experiencia. No era tener que dejar contento a nadie sino preservar un bien por encima de todo que es la vida de la gente, sin ningunear los otros que son tan importantes, como el trabajo, la posibilidad del sustento. Eso nos exigió mucho, pero igualmente fuimos cumpliendo y salimos.

– ¿Y cómo se encuentra hoy Paysandú luego de la pandemia?

– Para Paysandú, fruto de su realidad fronteriza, nunca imaginamos que una pandemia de estas podía generar lo que ningún otro hecho de la vida civil, salvo que aquel triste episodio del corte de los puentes por la papelera. O sea, con la pandemia cortamos los puentes, cerramos a Uruguay, eso generó un microclima que en una suerte como de banco de prueba o de laboratorio, nos dimos cuenta cuánta plata se iba y cuánta quedaba. Entonces el comercio comenzó a florecer, determinadas actividades comenzaron a estar de parabienes. Como siempre, aparece algún avivado donde vieron que tenían a la gente cautiva y pensaron que ese era el momento, ya no solo le teníamos que comprar sino que además el precio lo ponían ellos porque sabían que no podíamos ir al otro lado. Eso también generó un poco de distorsión en el tema, pero en definitiva, en la pandemia, más allá de aquellos sectores que salieron más tarde en todo lo que tuviera que ver con fiestas, eventos, entretenimiento, el comercio lo vivió muy bien, y luego de la pandemia, obviamente, el escalón se hizo sentir, porque los puentes se abrieron y para mucha gente el bolsillo manda, para muchos es el principal órgano vital que provoca que se generen esas largas colas para ir a Colón a hacer el surtido, entre otras cosas. Es un error pensar y reducir esto a los 5 kilos de comestibles, también se consume servicios gastronómicos, servicios de estética, farmacia, óptica, y seguí sumando.

– Por la diferencia cambiaria y los precios bajos que hay en Argentina, ¿el gobierno tiene aún margen de maniobra para presentar alguna batería de políticas de frontera que puedan paliar esto que se está viviendo en la frontera litoral?

– Creo que el margen de maniobra lo tiene pero ninguna medida es efectista, no va a haber una medida que diga “hacemos esto” y se resuelve el tema. Es imposible porque, qué otro margen tiene el gobierno que bajar impuestos, cuando todos sabemos que muchas veces la bajada de impuestos no se traducen en la bajada de los precios, lamentablemente. Ya lo vimos con alguna experiencia que se hizo estando cerrados los puentes o estando restringido el pasaje de gente, donde algunas medidas que se tomaron no terminaron repercutiendo en los precios. Como la diferencia es tan grande, aunque se saque todo el IVA, tampoco. Ahora hay una medida concreta, que me parece bien, porque han faltado medidas concretas. A veces se piden demasiadas cosas y pareciera que quedase todo en la nebulosa, como lo de bajar el IMESI en las naftas, considerando a la nafta como a un producto amplio, o sea, que permite que a partir de esa mejora competitiva se pueda desestimular a la gente a cruzar el puente. El gobierno no tiene demasiado margen, si le queda para algo más evidentemente, porque se está esperando algo más, todos lo estamos esperando, eso es cierto, pero hasta el momento no ha aparecido, pero tenemos que decirle a la gente que esto no es mágico.

– Hace poco hubo una movilización de comerciantes en Paysandú donde asistió el Intendente de Salto, quien contó que usted no habría visto con buenos ojos su presencia en esa manifestación, ¿es así?

– A ver, un poco en broma, pero un poco en serio también. Lo que observamos es que el hombre es un fenómeno, porque evidentemente tiene todo resuelto en su departamento como para andar generando cosas en otro lado. Parece que en Salto no hay tantos problemas que viene a compartir problemas con Paysandú. Cuando se empieza a mezclar lo político con lo la gestión y la responsabilidad que cada uno tiene como Intendente me parece que eso no está bueno. Entiendo que el hombre esté en campaña, él hará lo que quiera, pero sigue teniendo su responsabilidad como Intendente. Entonces, mezclar a veces su condición de Intendente con su condición de dirigente político se presta para alguna confusión. Me parece que esas cosas hay que cuidarlas.

– ¿Cómo espera que sea el 2023 para Paysandú?

– Históricamente Paysandú ha tenido una fuerte impronta vinculada a lo fabril, a lo industrial, allá por la década del 40 o del 50, no sé si por opción pero sí por la impronta de esos veteranos que se juntaban y tiraban para adelante, pusieron todos los huevos en una misma canasta. Era una industria prolífera, que resolvía un montón de problemas, que unía eslabones de la cadena primaria con la industrial, que resolvía los problemas de empleo de la gente, incluso de movilidad dentro del empleo. Las historias pululan acá de gente que cuenta que entró barriendo y que terminó de jefe de sección, luego el hijo que entró, etcétera. Y eso, en algún momento, culpa de todos, culpa de nadie, por esto que llaman globalización, se fue apagando y terminó, donde obviamente quedó gente por el camino.

Yo diría que hace 20 años los sanduceros estamos como en una suerte de noria queriendo definir un nuevo perfil, y las decisiones que al menos estamos impulsando pasan por, en primer lugar, no volver a poner todos los huevos en una sola canasta, hay que diversificarse. Tenemos que empezar a cumplir con un rezago en algunas materias, como por ejemplo en el tema turismo. Históricamente veíamos a Salto que llevaba varias leguas en políticas de Estado en ese sentido, fundamentalmente en lo termal. Nosotros estamos apuntando a ese tema haciendo inversiones y campañas de difusión importantes. Mejorando infraestructura en lo que tiene que ver con Guaviyú y Almirón, ahora mismo estamos metiendo un millón y medio de dólares en Guaviyú, y vamos a estar metiendo otro millón más el año que viene tanto en Almirón como en Guaviyú.

Y entre varias propuestas que estaremos llevando adelante con el estadio cerrado, trabajando en el río y en caminería, también estaremos con el Campus Universitario, que podría decir que es algo que me traje de Salto. Hoy se alinearon los astros, cosa que hay que aprovechar, ahí tenemos al Rector Arim, tipo con tremenda vocación descentralizadora y después el Presidente Lacalle que cuando fuimos a golpearle la puerta con un proyecto de 20 millones de dólares, ya lo hizo poner en esta Rendición de Cuentas destinando un tercio de esa plata para el Campus y el año que viene tenemos que estar en obras. La Intendencia pone la tierra y vamos a hacer una residencia estudiantil con unos 4 o 5 millones de dólares. Así que el año que viene vamos a tener un año bien movido.

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PERFIL DE NICOLÁS OLIVERA

Casado, tiene 3 hijas.

Es del signo de Tauro.

De chiquito quería ser Presidente de la República.

Es hincha de Peñarol.

¿Alguna asignatura pendiente? Cumplir con lo que vine a hacer.

¿Una comida? El asado.

¿Un libro? “El Hombre Mediocre”, de José Ingenieros.

¿Una película? Forrest Gump.

¿Un hobby? Disfrutar el tiempo libre en familia.

¿Qué música escucha? Música disco, rock and roll de los 70.

¿Qué le gusta de la gente? Su franqueza.

¿Qué no le gusta de la gente? La hipocresía.

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