-¡Te has vuelto un ataja penales!
«Ja….y bueno, a veces atajar un penal es parte del fútbol o de lo que uno busca».
-Búsqueda, pareciese que implica responder.
«Ese es el punto. Responder. Si uno está en un mano a mano con quien va a ejecutar un penal, tendrá que tener a mano alguna fórmula. Sospechar hacia donde esa pelota puede ir y cuando el jugador decide, saber hacia donde es posible jugarmela».

-Los dos penales que atajaste frente a Nacional, después a Danubio. Tres en total. Habría que preguntarse qué margen para la suerte es el que existe.
«Yo no creo en la suerte. Pienso que es uno, el que sea, yo o el otro, ¿se entiende?, que genera las cosas buenas. Si tenes inseguridad por ejemplo, la suerte no te salva».
-¿Es la actitud personal que va ganando espacios?
«Exacto. Porque hay quienes dicen que el fútbol a veces es injusto. Nooooo…..yo creo que el fútbol te premia. Y la vida te coloca en el lugar que tenes que estar. Pero al fútbol le das todo o nada. No cuenta el a veces sí y a veces no. Hay que estar del lado del esfuerzo, de la continuidad, sino nada sirve o sirve de poco. Trato de seguir esa línea. Y a esa línea la defiendo».
Tiene solo 22 años.
Es el arquero de Boston River de Montevideo.
A SANTIAGO SILVA, no se le disminuye el efecto de la memoria.
Sabe bien quienes sumaron por él en los tiempos de niñez y adolescencia, cuando fue descubriendo la pasión por ese rol: atajar pelotas.
Que no entren. Ahí está él. La respuesta.
Es que más allá de los goles de Nacional, trascendió el valor casi heroico de su respuesta. Le puso el pecho a las balas, hasta donde pudo.
Es seguro que el «Santi» admite este tiempo.
«El salteño ataja-penales», desde más de un decir, 500 kilómetros al sur.
El fin de semana en Salto. La reconquista de un reencuentro.
Con EL PUEBLO, es una manera de abrirle pasión a más de un pensamiento que aflora desde una madurez que se integra. Y es parte de él.
No hay caso, jugar en otro ámbito, alcanzar otros niveles de experiencia, va curtiendo la piel. Potencia el sentido de esa búsqueda, que Santiago no deja de remarcar….
«Desde el 2019 estoy en Boston.
En aquellos primeros momentos el golero titular era Falcón y yo en la espera. En la pretemporada, Mauro Goicoechea fue parte de una complicación y me llegó la titularidad. Mauro tiene una larguísima experiencia y a ese nivel, trato de aprovecharlo. Estoy para aprender.
No quiero dejar de mejorar. Aquí estoy, y me siento bien, tratando de no fallar a lo que es clave».
-¿Por dónde pasa la clave?
«Por eso que llaman el entrenamiento invisible. Hablo del descanso, de la nutrición, de la vida ordenada. Quiero hacer todo bien. Hacer lo que tenga que hacer. Estar preparado para lo que pueda venir y evitar el miedo. El miedo de no llegar a lo que uno quiere o pretende»
-Reconoces que no es fácil llegar a Primera División.
«No todos los juveniles pasamos de esa área en que estamos al fútbol mayor.
Pasa a ser otra la responsabilidad.
Es cuando la gente comienza a verte más y uno se puede ir ganando conceptos. ¡Hay que tratar que sea a favor! Pero nunca pensando en que la suerte es la que decide o resuelve».
A LA HORA DE
ABSORBER TODO
Mide 1.90. Pesa 78 kilos.
A la cuenta de Santiago, el valor de la familia. Como cuestión irrenunciable.
«Porque a mis viejos les debo la gratitud de haber estado conmigo. sobre todo en aquel tiempo del Baby Fútbol. Cuando me tocaba jugar, era solo mirar para afuera y siempre ellos. El apoyo de mis viejos, fue el mejor y ahora que voy tratando de ganarme un lugar en el fútbol, esas actitudes quedan para siempre. Lo mismo que Martín González, por las enseñanzas».
-Hablaste del aprendizaje. De la evolución que vas planteando.
«Y sí. Digo que a veces me siento como una esponja: estoy absorbiendo todo lo que puedo en materia de conocimientos. En el puesto de arquero, siempre es posible saber un poco más».
-Al fin de cuentas, ¿qué es Boston River?
«No tengo dudas que es una institución en crecimiento. Se ha mejorado en organización, en estructura. Uno nota que existe un ordenamiento y que al paso de los últimos tiempos, se fue alineando todo. Por lo tanto, lo deportivo no es casual. Hablo de ser un equipo en puestos de arriba»
-Nadie supondría lo contrario en tu caso, con respecto a los sueños. O a el sueño.
«Es un poco lo que mencionaba al comienzo, al fútbol le das todo o nada. En esto de los sueños también. Soy de los que piensa que uno debe soñar en grande. Entonces, laburar por ese fin.
Los que llegan, por algo llegan.
Yo quiero llegar, sin dejar de dar todo, porque es lo que vale y es lo que cuenta».
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-