Por Javier Grilli Silva (Prof. de Biología y Lic. en Psicología. Formador en el Ce.R.P del Litoral, Depto. de Biología)
El 26 de mayo de 1997 se dio en Salto y en Rivera, un paso trascendente en la formación inicial de profesores en el interior del país: se fundaron los dos primeros Centros Regionales de Profesores (Ce.R.P), el del Litoral y el del Norte. Los que tuvimos el privilegio de ser sus primeros profesores en el Ce.R.P del Litoral, nos acordamos muy bien de aquel acto, sencillo y emotivo, en una jornada fría que transcurrió en calle Uruguay frente al Palacio Córdoba (que fue nuestra sede hasta el año 2002). Desde la fundación de los 2 primeros Centros, comenzó a funcionar una nueva institución y un nuevo Plan de estudios para la formación de profesores. Fue después de un curso-concurso que duró varios meses, que 20 profesores de las listas habilitantes, optamos por decir sí al ofrecimiento que se nos hacía, comenzando así el desafío de la formación docente en la región litoral y norte con y a través de una nueva propuesta educativa que fuimos nosotros mismos construyendo y definiendo.
El comienzo no fue sencillo. La propuesta era innovadora, sacudía esquemas rígidos del sistema y promovía nuevos aprendizajes para la formación de un profesor. Así por ejemplo el currículo en Áreas de conocimiento en lugar de la clásica fragmentación asignaturista, la incorporación de espacios para la investigación educativa y del Inglés e Informática como herramientas para el aprendizaje inicial y permanente del profesor, eran aspectos novedosos y que generaron resistencia en algunos actores sociales. En los años subsiguientes a 1997 se fueron inaugurando los otros Ce.R.P, totalizando los 6 que funcionan hasta hoy. Con esta cobertura se logró por primera vez que el interior del país contara con cursos regulares, presenciales y sostenidos en el tiempo, para varios profesorados. Por primera vez los jóvenes de pueblos, villas y ciudades de todos los departamentos, pudieron hacer la carrera de profesor próximos a sus lugares de origen, manteniendo un contacto y un seguimiento pedagógico con sus profesores, como nunca se había podido dar.
La creación de los Ce.R.P fue sin duda un gran paso dado hacia la descentralización de la formación inicial y permanente de profesores. Con un sistema de becas inédito, con un plan de estudios de fuerte carga horaria semanal, con un sistema de permanencia del docente en el Centro para apoyar y acompañar al estudiante, se fue logrando en pocos años revertir una triste realidad constatada en el censo docente del año 1996. En este año la ANEP mostró que el interior del país tenía, en la educación secundaria, un plantel con solo un 20% de sus profesores titulados. Por el contrario, Montevideo contaba en aquel entonces con un plantel docente de titulados del 45% (la media a nivel nacional era de 30, 6% de profesores con título habilitante). Ya para el año 2007 el porcentaje de docentes titulados prácticamente se había duplicado: pasó de 30,6% en 1996 a 59,0%. Este crecimiento que se registró en todo el país, fue más significativo en términos absolutos y relativos, en el interior. La brecha en la titulación entre la capital y el resto del país se redujo a menos de la mitad: de 24,8 a 10,3 puntos porcentuales. Fueron Salto y Maldonado (sede de 2 de los 6 Ce.R.P) que tuvieron los mejores aumentos, del orden de los 40 puntos porcentuales. Para el año 2011 la educación media superior alcanzó a tener un 65% de sus docentes con título habilitante.
Después de más de 2 décadas de existencia del Ce.R.P del Litoral, han egresado de él 1407 docentes en los profesorados de: Matemática, Idioma Español, Literatura, Sociología, Derecho, Geografía, Biología, Química, Física, Inglés, Comunicación Visual, Filosofía, Informática, Música y Portugués. También, desde 2013, cursan en el Ce.R.P la carrera de Maestro Técnico, siendo el número de egresos a la fecha de 13. Muchos de nuestros egresados ocupan distintos cargos en Centros de Educación Secundaria y de Educación Técnico Profesional, de los departamentos de la región: Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro. Tenemos egresados que son directores, subdirectores, adscriptos y ayudantes de laboratorio en Liceos y Escuelas Técnicas. Muchos son profesores destacados, referentes en los liceos donde trabajan. Algunos han ingresado también a la enseñanza terciaria siendo, por ejemplo, profesores en IFDs y en Ce.R.Ps. Es muy claro que la situación fue claramente mejorando con la descentralización que se dio por la creación de los Ce.R.P, pero aún estamos lejos de tener un 100% de los profesores en ejercicio de su profesión, con título habilitante. El porcentaje de docentes con formación pedagógica en el nivel secundario básico, se sitúa 27 puntos porcentuales por debajo del promedio que tiene América Latina y el Caribe, según el informe del INEEd de 2017.
Hoy es necesario que los Ce.R.P den otro paso, muy importante también, para profundizar la descentralización en la formación de profesores y con ello tener una mejora en la cantidad y calidad de egresados en el interior del país. Nos referimos a la regionalización de las modalidades de cursado semipresencial y semilibre.
Desde que los Institutos Normales pasaron a ser IFD (Institutos de Formación Docente), en el año 1977 por la Ordenanza Nº 32/77 del CONAE, existe la modalidad semilibre de formación de profesores. Bajo esta modalidad los estudiantes de profesorado de todo el país pueden cursar en los IFD asignaturas comunes con la formación de maestros (llamadas genéricamente, más allá del Plan de estudio, “tronco común”), y en Montevideo, en el IPA, rendir exámenes en calidad de libre para las asignaturas específicas. Con este régimen nos hemos podido formar varios profesores del interior del país, sobre todo en la década del 80, es decir antes de la creación de los Ce.R.P. Por otra parte, en 2003 se creó la modalidad semipresencial, concebida como una alternativa para descentralizar la formación docente y generar posibilidades de acceso a determinados jóvenes y adultos. En esta nueva oferta educativa también se cursan las asignaturas del “tronco común” en los IFD y se brinda la posibilidad de cursar a distancia las asignaturas de la especialidad, dándose el examen final en calidad de reglamentados, generalmente en el IPA. No se trata de un cursado en línea puro (es decir un e-learning), sino una modalidad híbrida o combinada (es decir un b-learning), pues los profesores en formación tienen 3 instancias anuales presenciales con sus profesores, junto con instancias de enseñanza-aprendizaje mediada por tecnología (fundamentalmente a través de Plataformas educativas y encuentros sincrónicos a distancia), durante el correr del año lectivo. Las instancias presenciales están pensadas para que sean regionales, pero en los hechos mayormente se han desarrollado en el IPA, en Montevideo.
Hoy en día las modalidades de cursado semipresencial y semilibre, son una oferta educativa que permite realizar la carrera de profesorado a un estudiantado que no puede hacerlo en modalidad presencial, principalmente por estar ya trabajando en el sistema educativo. De acuerdo a los datos que proporciona la División Información y Estadística del Consejo de Formación en Educación (CFE), en el año 2020 la matrícula de profesorado tiene 5664 estudiantes en modalidad semipresencial, y 1522 es modalidad semilibre. Una cantidad de estudiantes bien importante que representa un 30% y un 8% respectivamente, de la matrícula total de profesorado.
Ambas modalidades han estado fuertemente asociadas, desde sus inicios, al IPA en Montevideo. La centralización de las mismas se ha dado tanto en los niveles administrativo y de gestión de Plataformas educativas, como también en las listas docentes para acceder a las horas. Mayormente los docentes que asumen grupos en la modalidad semipresencial, están radicados al sur del Río Negro, siendo la mayoría de Montevideo. Es así que muchas veces a lo largo de los años se ha dado para poder tener los encuentros presenciales, un traslado de estudiantes o de profesores de varios cientos de kilómetros.
Sin duda que la modalidad semilibre de profesorado requiere una mejora sustancial, sobre todo en lo que respecta a la formación específica. El estudiantado de esta modalidad necesita un apoyo y acompañamiento para el cursado de los espacios curriculares específicos, que habitualmente no se ha dado o ha sido escaso. Quizá la mejor opción sea el pasaje del estudiantado que cursa en esta modalidad a la semipresencial, como lo ha propuesto la ATD (Asamblea Técnico Docente).
Con respecto a la modalidad semipresencial, diferentes investigaciones educativas realizadas en los últimos años han puesto de manifiesto el valor que los estudiantes le adjudican a las instancias presenciales. Los “encuentros cara a cara con el docente” son señalados como bien importantes. Si bien es cierto que a raíz de la pandemia debió darse en todos los niveles educativos, una enseñanza a distancia mediada por la tecnología, es claro que ellas no deben nunca implicar reducción y menos aún eliminación, de las instancias presenciales en la formación de grado, sea cual fuere la modalidad de cursado: presencial, semipresencial o semilibre.
La regionalización de las modalidades semipresencial y semilibre de la carrera de profesorado, acercará físicamente los actores involucrados (estudiantes, profesores y personal administrativo), facilitándose así los necesarios encuentros presenciales. En todas las regiones del país establecidas actualmente para la formación docente, existen Centros Regionales de Profesores; cada uno tiene la infraestructura necesaria y el personal docente y no docente para hacerse cargo de la formación presencial (como hasta ahora lo han hecho), y también de las modalidades semipresencial y semilibre. Las instancias de capacitación docente que se han dado en todos estos años, la formación permanente de formadores y funcionarios, los posgrados y los concursos para efectividad que muchos hemos realizado, han conformado comunidades académicas estables y solventes en los Ce.R.P, lo cual nos permite asumir este nuevo desafío descentralizador.
¿Por qué no se ha regionalizado hasta hoy el profesorado semipresencial? Algunos de los argumentos que se han planteado son: la variabilidad año a año en los inscriptos para cursar en la modalidad tal o cual especialidad y nivel, en cada región; la infraestructura necesaria de algunos institutos; la inexistencia hasta hoy de escalafones y listas docentes regionalizadas; la inexistencia de algunas especialidades de profesorado en determinadas regiones. Todas estas cuestiones son solucionables; ninguna es determinante, excluyente o inhabilitante.
La baja tasa de egreso de la carrera de profesorado representa un problema para el sistema educativo nacional. Solo cuatro de cada cien estudiantes que inician la carrera termina la misma en tiempo y forma. Es en las modalidades semipresencial y semilibre donde se da el mayor nivel de rezago. El problema es multicausal, siendo el diseño de la propuesta curricular que no favorece un tránsito fluido de los estudiantes, una de las razones; hay aspectos de gestión y de diseño institucional reconocidos por las autoridades educativas como dificultades en estas modalidades de cursado. Es importante señalar también la apertura que las actuales autoridades del CFE tienen para la regionalización de la modalidad semipresencial. Es tiempo de que demos este importante paso descentralizador de la formación de profesores, fortaleciendo las comunidades educativas locales, asumiendo compromisos sustanciales con las trayectorias formativas de los estudiantes, fortaleciendo los equipos de gestión académica y administrativa que ya existen en las distintas regiones del país.
