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Actuar con la verdad

Diario EL PUEBLO digital
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Se celebró en nuestro país el pasado viernes el Día del Periodista. El 23 de octubre, porque en esa fecha, en 1815, José Gervasio Artigas envió un comunicado al Cabildo de Montevideo apoyando la publicación «Prospecto Oriental», del cura y editor Mateo Vidal. Artigas calificó la publicación como «herramienta fundamental» y exhortó a promover la libertad de prensa en todo el territorio nacional.

Female reporter at press conference, writing notes, holding microphone

Hemos sostenido infinidad de veces, que si de periodismo se habla, nos gusta leer a García Márquez, aquel escritor y periodista que consideraba al periodismo como «el mejor oficio del mundo», y que dejó escritas sobre él, muchas y valiosas páginas. Entre ellas, reflexiona por ejemplo que después de la libreta de apuntes se inventó el grabador y cada día se le inventan a él más novedades, y la computadora, que después fue portátil, y también la tablet, el pendrive, los celulares que al mismo tiempo sirven como grabadores, etc. Pero dice también que lo que aún está por inventarse es el manejo profesional y ético de todo esto, porque en definitiva, dice el maestro colombiano, «la grabadora oye pero no escucha, graba pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica con su moral». En otras palabras: nada sustituirá a la persona, al razonamiento y valoración que haga sobre cada cosa la persona, el hombre o la mujer, el ser humano que escribe para el diario o habla tras un micrófono de radio o TV.

¡Vaya que hay cosas para hablar, en general, bajo el título Periodismo! Y también las hay si traemos el tema a nuestra realidad, temporal y espacial. Al Salto de hoy. El Día del Periodista nos encontró con varios periodistas en cuarentena y pasando para nada bien, algunos haciéndose hisopados, otros esperando resultados. Algunos con ingresos económicos recortados por la crisis que golpea a todas las empresas -las periodísticas no son la excepción-, otros directamente, por la misma causa, sin trabajo.

Pero dejemos un momento lo puntual de la pandemia y hablemos un poco sobre la función del periodista hoy. Creemos que esa función ya no es tanto la de mostrar las cosas que pasan, porque de hecho cualquier persona puede verlas por sí sola, en el celular mismo, internet lo permite. Antes sí, si no había un periodista –no cualquiera podía grabar, filmar, tomar fotos-, que estuviera en el momento de un hecho para luego mostrarlo, poco o nada se sabía. Eso ya no pasa.

¿Qué deben hacer entonces los periodistas ahora? Más que mostrar, creemos que deben explicar lo que pasa. Y explicar siendo justos, no objetivos. Explicar la realidad con justicia, porque lo de la objetividad sabemos que es imposible, o casi, y como lo hemos dicho tantas veces, más que buscar la objetividad, siempre hay que buscar la justicia, y para ello, no creemos que haya que ser precisamente objetivos, al contrario, hay que ser subjetivo muchas veces, porque hay que involucrarse a fondo en las cosas, no mirarlas de lejos como si fuéramos objetos, entes detenidos y muertos ante los hechos. Somos sujetos que razonamos y sentimos; nada hacemos objetivamente.

Pero hay una cuestión fundamental: para actuar con justicia, hay que actuar con la verdad. Y ahí está la clave del periodismo. El periodista tiene que ser creíble, decir la verdad, le guste o no –a él y a quien la recibe-. Solo así será un comunicador creíble, es decir, tendrá uno de los mayores tesoros de quien comunica, ser creíble. Y qué difícil resulta serlo cuando nos rodea tanta desinformación que bombardea y apabulla, cuando nos rodea tanta gente que desde portales, sitios web o redes sociales, juega a ser periodista y dice lo que sea sin el mínimo fundamento. Vea usted, que entre quienes juegan a ser periodistas, hay quienes no sabe siquiera decir una noticia, ni una opinión, no manejan el lenguaje ni con la mínima soltura, ¡siendo que el lenguaje es la principal herramienta de la comunicación! Y qué cantidad de gente, además, que jugando a ser periodista solo se dedica a mentir.

Entonces, en ese marco, quienes creemos que aún en Salto hay periodismo serio, responsable y creíble, debemos luchar cada día por llevar la verdad a la población. Alguien ya lo dijo: si una persona dice que está lloviendo y otra dice que no está lloviendo, el periodista no debería «darle micrófono» a los dos, porque no es esa una cuestión opinable. Lo que debería hacer es abrir la puerta y ver si está lloviendo o no, y eso informar, porque esa será, ni más ni menos que la verdad.

Fíjese en las pasadas elecciones departamentales, durante la campaña electoral, todos los días había que salir a desmentir cosas que supuestos «periodistas» inventaban. Había que salir a decir: «Albisu no se bajó de la campaña, eso es mentira»; «Coutinho no dejó libres a sus votantes, eso es mentira»; «la empresa consultora MBC no existe, sus encuestas son una mentira». Realmente increíble, pero pasó.

Y también las elecciones pasaron, así que veamos otros ejemplos más recientes. Desde hace varios días, muchas personas -incluso legisladores y dirigentes políticos- han intensificado campañas de mentiras. Por ejemplo contra la Administración Nacional de Educación Pública. Primero, asegurando que se eliminaría el boleto estudiantil, y luego, que se cerrarían los liceos nocturnos, así como antes habían anunciado que se suspendía la alimentación en las escuelas. Y ¡mire que dieron manija con eso! Pues bien, ahí está la función del periodismo: en tomar la posta y decir si eso es o no así. El pasado miércoles 14, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas difundió un comunicado que indicaba que se habían realizado reuniones con el Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP para «modificar la normativa vigente» (del boleto) debido a que se detectaron «varias irregularidades»…y se aclaraba que la futura normativa buscaba generar «más controles sin quitar el beneficio a quien lo necesite». Sin embargo, hasta algún diputado salió a declarar a la prensa que le preocupaba que el gobierno estaba recortando derechos. ¿Qué tiene que hacer el periodismo? Ir a la fuente principal, en este caso el Presidente del Codicen, Robert Silva, y preguntarle. Así se hizo por parte de algunos buenos periodistas y Silva aseguró que se «está poniendo orden» en muchas cosas, pero que el «rumor» de que se le iban a «tocar los boletos a los pobres estudiantes» es un «relato falso». «Nada de esto es así», aseguró Silva. ¿Se entiende de qué hablamos cuando hablamos de la mentira que nos rodea y de la verdad que tiene que buscar el periodista?

Otro ejemplo: el nuevo «rumor» instalado y replicado por cientos de personas en cuanto a que el nuevo gobierno cerraría todos los liceos nocturnos. Nuevamente, consultado el Presidente del Codicen aseguró que «el cierre de liceos nocturnos es uno más de los tantos rumores y relatos falaces». ¿Cuesta tanto entender que no podemos repetir cualquier cosa que escuchamos, porque vivimos rodeados de mentiras con intereses personales algunas veces, y otra veces partidarios? Dijo Silva que esos comentarios falsos «se generan con vaya a saber qué propósito», pero que no le cabe duda que son «actores institucionales» quienes los generan. Negó que para 2021 se cierren liceos nocturnos, argumentó que «hace días» se encuentra en la página web de Secundaria «una matriz de grupos de los liceos nocturnos del país», y preguntó: «¿Cómo se va a cerrar cuando tú ya avisás la cantidad de grupos que se van a crear para el año próximo y esto lleva a elección de horas y todo un proceso organizativo y administrativo preparatorio para el 2021?».

Aseguró además que ya se comunicó con las autoridades de Secundaria «para que vayan al liceo, informen y de paso desacreditar a estos personajes que a lo largo y ancho del país en los centros educativos están generando miedo, temor, vaya a saber con qué propósito».

En fin, vivimos en medio de mentiras que nos bombardean de todos lados y a toda hora. Es función del periodista entonces analizar, ordenar, pasar por el cernidor lo que se ve y se escucha y después explicar cómo son en verdad las cosas. Ese es el camino que pretendemos transitar siempre, con aciertos y con errores, pero tratando siempre de decir la verdad y tratando, cuando lo que se da es una opinión, de decir lo que pensamos con total honestidad –algunos estarán de acuerdo y otro no, es normal y sano que así sea-, según nuestra propia conciencia (honestidad intelectual, que le llaman). Nos encontrarán en definitiva siempre tratando de aportar un granito de arena para que, como quería Artigas, el periodismo siga siendo una «herramienta fundamental» en la construcción de una sociedad mejor.

Contratapa por Jorge Pignataro

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