Esta semana mientras se mantienen en cartelera «Kung Fu Panda 2» y «Rápido y Furioso 5», llegan dos estrenos a Salto, la nueva película del actor argentino Ricardo Darín, «Cuento Chino» y los mutantes de la Marvel con «X-Men, First Class».
Esta película es la historia del encuentro entre Roberto (Darín) y un chino llamado Jun que deambula perdido por la Ciudad de Buenos Aires en busca del único familiar que tiene vivo, su tío. Roberto es un veterano de la Guerra de las Malvinas. Su vida se ha detenido hace veinte años a causa de un duro revés del destino y desde entonces vive recluido en su casa, atrincherado, casi sin contacto con el mundo, hasta que un extraño evento lo despierta y lo trae de regreso a la vida. De última, se trata de una nueva película de quien se ha transformado en los últimos años en un gran actor del cine argentino, Ricardo Darín, lo que termina siendo garantía de una buena propuesta.
X MEN FIRST CLASS
Desde que el filósofo alemán Friedrich Nietzsche introduce el concepto de la evolución del hombre a la de un superhombre (Übermensch), no solo alentó alguna práctica ideológica que hizo mucho daño a la humanidad, sino que también, por otro lado, dio letra a algunos artistas a crear las historias en viñetas, conocidas popularmente como comics, de superhéroes. De ahí que para los alemanes el Übermensch termina siendo para los norteamericanos el nacimiento de Superman en 1938, por ejemplo.
Lo que originariamente fue la «Patrulla X», terminó siendo una de las series más redituables de nuestros tiempos de la Marvel, los X-Men, que básicamente se trata de seres humanos que han evolucionado, transformándose en una auténtica mutación que les ha proporcionado poderes sobrehumanos. En este universo de la Marvel, los mutantes terminan siendo algunos buenos y otros muy malos, desatándose una guerra interna donde los malos procuran con sus acciones la destrucción de la humanidad por considerarlos débiles y para que prevalezcan los mutantes, mientras que los buenos consideran que es posible la convivencia pacífica entre ambas formas de vida, haciendo lo imposible para que los malos no ganen y se terminen los lectores de la Marvel.
Solo los muy fanáticos, entre los que no me encuentro, saben definir perfectamente el nombre y características de cada uno de los mutantes, a lo sumo podemos acordarnos de algunos, los más salientes, que incluso han tenido la oportunidad de tener su propia serie de películas, como el «Wolverine» de Hugh Jackman.
La película que llega ahora a Salto si bien se trata de la quinta película de los X-Men, viene a ser una precuela de las anteriores, es decir, cronológicamente en la historia que se cuenta en este film viene a ser la primera, la que nos cuenta como Charles Xavier (Profesor X) se termina transformando en el líder de los mutantes buenos y como Erik Lensherr (Magneto) termina siendo el líder de los mutantes malos.
En síntesis, la historia comienza en Polonia en 1944 en un campo de concentración nazi, donde se encuentra un joven, Erik Lensherr, quien muestra sus poderes mutantes intentando abrir una puerta de metal cuando es separado de su madre, razón por la cual llama la atención de Sebastian Shaw. Éste, bajo el alias de Dr. Schmidt, obliga a Erik a mover una moneda en su escritorio utilizando sus poderes amenazándolo con matar a su madre. Finalmente Erik no puede hacerlo y Shaw asesina de un balazo a su madre delante de sus ojos, lo que provoca su furia y el incremento de sus poderes.
Luego en Westchester County, Charles Xavier también siendo un niño encuentra a Raven (Mystique) tratando de hacerse pasar por su madre; al identificarse como seres diferentes a los demás desarrollan una amistad y llegan a considerarse hermanos.
Ya en 1962, plena era Kennedy, sabemos que Xavier se gradúa en Oxford y su tesis precisamente habla de la mutación. En la misma época conocemos a Moira MacTaggert, agente de la CIA, que está siguiendo al coronel estadounidense Hendry en el club Hellfire, donde se reúne con Shaw y sus aliados, Emma Frost, Riptide y Azazel, con el objetivo de disuadir a Hendry de que instale misiles nucleares en Turquía. Cuando Hendry se niega, lo amenazan hasta que accede. Erik, mientras tanto, se encarga de buscar al asesino de su madre para vengarla.
Para saber más de los poderes de Shaw, Moira va en busca de Charles Xavier. Éste lee la mente de la agente y se entera de la existencia de seres con poderes sobrenaturales como los de él y decide colaborar. Al no convencer a la CIA con sus teorías, decide mostrar sus propios poderes así como los de Raven. La CIA aún así se niega a colaborar con ellos.
La película aprovecha un suceso real, la crisis de los misiles en Cuba, y eso le da un tinte especial a la película. Cabe mencionar rápidamente que la dirección mejoró con Josh Schwartz, las actuaciones de los protagonistas James McAvoy (Profesor X) y Michael Fassbender (Magneto) son respetables, así como de Kevin Bacon (Shaw), los efectos visuales artísticamente son placenteros al ojo, lo cual es algo que cumple, pero la trama es floja y plana ya que los guionistas intentan resumir en apenas una hora y media de película el universo de mutantes que llevó muchos años crear y eso hace mella en los seguidores de los comics. Pero para quienes no somos fanáticos y conocemos poco de la historia de los X-men, la película cumple muy bien con sus pretensiones, entretener.