«Paso un súper clásico. Un partido especial dentro y fuera de la cancha . La verdad, un sueño hecho realidad. Jugarlo, vivirlo, sentirlo, ver esa gente de Salto Nuevo viviéndolo de la manera que lo viven. Sin palabras y totalmente agradecido a toda tu gente, Salto Nuevo. Te quedo re chica la Tribuna Irazoqui
Vamo y vamo. No se dio el triunfo pero vamos por buen camino . Simplemente gracias . Como jugador de fútbol un sueño hecho realidad».
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Diego Sebastián Arzaguet sabe de años en el fútbol. Pasó por varios equipos del medio e incluso fue parte de Bella Vista de Montevideo. Por lo tanto, años en el fútbol. Seguro que supo de vivencias especiales, pero ninguna en su entorno, como la vivida y disfrutada el domingo, cuando Ceibal y Salto Nuevo jugaron en el Parque Ernesto Dickinson.
Más de 4.000 aficionados. Gobierno de la pasión en las tribunas. La soberbia respuesta del hincha en cada caso. Eso de «jugarlo, vivirlo y sentirlo», desde el golero de Salto Nuevo, se transforma en notable síntesis del pensamiento.
El fútbol pasa igualmente por el campo emocional, más allá del resultado o del producto final. El privilegio de comprobar la vigencia del fútbol doméstico en Salto. Simplemente de excepción. Embrujo declarado. Y fue así!.
