El 2023 llega a su fin y mientras nos aprontamos a empezar uno nuevo se suelen hacer balances de lo realizado y a proyectar algunos objetivos para el que viene.
A nivel nacional, surgieron o se confirmaron hechos vinculados o muy cercanos a la corrupción como el caso Astesiano, que aún sigue presente; la entrega de un pasaporte en forma exprés a un narco, que obligó a remover de sus cargos a dos Ministros, dos Subsecretarios y al principal asesor del Presidente; el caso CTM de Salto Grande en el que la Cámara de Diputados pide la remoción de los designados en forma directa y de la totalidad de la Delegación porque no bastaba con la renuncia de su Presidente; denuncias de clientelismos por doquier y podríamos seguir.

Para el Frente Amplio fue un año donde profundizó el diálogo con los distintos actores en todo el país, que coronó con el Congreso Tabaré Vázquez que nominó las precandidaturas y definió las Bases Programáticas.
Fue un año muy duro para gran parte de los salteños, muchos meses con alrededor del 15% de desocupación y 30% de informalidad. En esto colaboró la relación cambiaria con Argentina, hecho en el que el Gobierno Nacional estuvo omiso, con respuestas no adecuadas o muy tardías y aunque esta situación permitió a muchos salteños llegar a fin de mes, se deterioró mucho la actividad económica local.
Un departamento donde tenemos problemas estructurales tanto en el mundo del trabajo como en el del crecimiento económico. Crecemos por debajo de los índices de todo el país, pero además los trabajos son de baja remuneración; según estudios de la Universidad de la República el 43% de los trabajadores tienen empleos de mala calidad.
El 2024, año electoral abre una nueva etapa, es una oportunidad y también un desafío. Se elige un nuevo gobierno nacional y se comienza a cerrar un ciclo en la Intendencia de Salto.
Debemos exigir un clima de respeto y de discusión de propuestas, salir de la crispación y el ataque y descalificación de las personas para ir al intercambio de ideas. Mucho dependerá de todos los uruguayos si se concreta.
Necesitamos que los partidos y los candidatos nos desafíen con sus propuestas, que vayan al fondo de lo que quieren hacer desde el gobierno, porque entendiendo lo que buscan podemos discutirlo y tener la oportunidad de incidir en los contenidos.
Salto necesita de un Gobierno Nacional que atienda sus demandas, que tenga en cuenta sus particularidades para comenzar a revertir esos problemas estructurales que se manifiestan en todos los indicadores sociales.
Tendrán que aparecer propuestas, que incorporando criterios de equidad atiendan a Salto en función de su necesidad. En nuestro caso a la situación de frontera y de estar lejos del centro de poder, del principal centro de consumo y de los puertos de exportación.
Es también la oportunidad y el desafío de encontrar los puntos de acuerdo para lo que deberíamos trabajar en conjunto.
En temas vinculados al crecimiento económico que repercuten en el mundo del trabajo, que incluye la búsqueda de incorporación de valor a lo que ya producimos, pero tal forma que ese valor quede y se reinvierta en la región y genere desarrollo local; pero que también incluye la inversión en infraestructura para facilitar la logística y eso implica mejorar la ruta 31, terminar el arreglo de las vías del tren que permita llevar cargas a bajo costo hasta el puerto de Montevideo, mejorar las condiciones de navegación hacia el sur, incluyendo en ello la construcción de un puerto adecuado.
Es necesario además, mejorar las condiciones del hábitat, que incluye concretar la vivienda decorosa para los miles de salteños que aún no lo tienen, pero también espacio público de calidad, lugar de encuentro y construcción de comunidad y ciudadanía que inciden hasta en temas como la seguridad, que también preocupa mucho, pero requiere políticas integrales y no solo policiales a nivel nacional pero que sin dudas para su aplicación será necesario que consideren las particularidades de Salto.
Seguramente también encontremos amplios consensos en consolidar a Salto como Ciudad Universitaria y en fortalecer el desarrollo del turismo en el departamento.
Para ello, entendemos que es imprescindible trabajar en conjunto generando mecanismos participativos que incluyan no solo a los actores políticos, sino que incorporen actores institucionales, desde el Gobierno Departamental (Intendencia, Junta Departamental y Municipios) hasta las Universidades (impostergable incorporar ciencia y conocimiento); a las diferentes organizaciones que existen en la sociedad civil, las de comerciantes, productores e industriales, pero también los trabajadores y a otras organizaciones de nuestra sociedad, desde las organizaciones barriales hasta las Iglesias.
Desde el seregnismo hacemos la invitación a pensar en colectivo para incidir incorporando propuestas que aporten al desarrollo de nuestro departamento, especialmente para mejorar la calidad de vida de todos; a construir un país y un departamento donde, como decía Tabaré “nacer no sea un problema, donde ser joven no sea sospechoso, donde envejecer no sea una condena”.
¡Feliz Año 2024 y nos encontramos en la construcción de un Uruguay para todas y todos!