Fue a los 12′ del primer tiempo, cuando Lavalleja planteaba una actitud de fútbol superior. Sentido de asociación, criterio de anticipo y señales de ofensiva en más de una ocasión. Salto a media luz en la partida, casi sin hacer pie en la zona de gestación. Por eso, fue blando en la resistencia de control. Hasta esa pelota que toma vuelo hacia el sector defensivo minuano.

El control de Emiliano Maciel es perfecto y la captación de Vicente Massarino de EL PUEBLO, en el momento clave. Ahí salió el derechazo. Una bala perfecta a algo más de media altura que se metió sobre el palo derecho de Gastón Hernández. Golazo para el recuadro.
Lavalleja sintió el impacto sicológico y Salto fue ejerciendo autoridad. El empate visitante llegaría a los 8′ de la recta final. Pero ese gol de Emiliano, para que la afonía llamara a la puerta. No fue para menos.
