-Vos sabes que el sentimiento hacia vos no falta desde aquí.
«A mi me pasa lo mismo con Salto. Pero además, siempre digo lo mismo: en Salto fue en el lugar donde trabajé más tranquilo, donde me sentí de la mejor manera, pero además querido por un montón de gente. Estoy radicado en Montevideo, pero todo ese tiempo vive conmigo».
-¿Tanta añoranza?

«No se si es añoranza, porque fue un tiempo que pasó y no vuelve. Pero ocurre que los recuerdos son muy fuertes. Hablo de los planteles que dirigí y de las selecciones».
-Te quedaste en la historia de la selección, por aquello del último Salto Campeón del Litoral en 1995.
«Cuando llego en el primer año y jugamos el Litoral primero y el Campeonato del Interior después, perdimos las dos finales. Cuando volvimos a hablar con Guillermo Zunini y me propuso seguir, le dije: «mire que perdí dos finales; ¿usted aguanta?». Y aguantó».
-Te bancó la doble adversidad.
«Lo que pasa es que más allá de las finales perdidas, la selección fue protagonista y se prendió en la gente. Cuando se habla de simpatía, de identificación. Eso pasaba»
-No te tuteabas con Guillermo Zunini. El «usted».
«Si. Si. El trato era de «usted». Había mucho respeto. Muy buena sintonía».

-Han pasado los años….
«Pero aquellos años siguen dando material. Cuando me designaron como técnico, a nivel de la asociación de Salto estaba planteado el rechazo. Yo era el foráneo que llegaba».
-¿Quedaron secuelas?
«Para nada. Con muchos técnicos de aquel tiempo, se fue sosteniendo un afecto. Días pasados cuando cumplí años, uno de los llamados desde Salto, por el propio «Beto» Banega, actual presidente de ASEF. Yo valoro estas cosas que a uno le pasa. ¿Se entiende?
-Se entiende.
La distancia no es obstáculo.
Sucede que el paso de los años, solo determina la prolongación de ese vínculo entre fermental y humano con GUSTAVO FERRAZ, el que llegó días atrás a los 72 años.
Y él sabe, que a despecho del almanaque que avanza, el ayer no se vuelve penumbra.
Se enciende si Ferraz es el que habla.
Tan locuaz como siempre.
Y a su decir: «en lo total».
-No te faltó Dirección Técnica en Salto Fútbol Club. Ahora se va proponiendo volver.
«Voy siguiendo alguna información sobre ese retorno. Pero soy de los que creo que hay que sentar las bases y saber que se quiere. Cómo hacer para que todo sea estable».
-¿Vos cómo la pasaste?
«Fue complicado. Muy complicado. Con la división interna de aquel Salto Fútbol Club no había quien pudiera. Yo diría que todas las áreas estaban divididas, entonces, ¿cómo es posible la pelea por un fin común? Si el fin común era el equipo y su chance, no se notaba mucho».
-Tu enfoque es válido. Incluso a la luz de Tacuarembó Fútbol Club a quien dirigiste en el profesionalismo. Más jugadores del medio o más desde otros departamentos….
«No tengo ninguna duda. La base ojalá sea, con jugadores del medio, para que incluso la gente reconozca una identificación superior. No niego que un club que vuelve a ser parte de un objetivo se fortalezca con jugadores de otros ámbitos, pero los necesarios. Los clubes del Interior que plantearon la situación inversa, la han pasado mal».
-El medio salteño en materia de fútbol, no es siempre parte de una misión unitaria. Cuesta direccionar en un mismo fin.
«Quienes estuvimos dirigiendo en Salto, sabemos del poder de los clubes. La influencia que tienen. La propia Liga es fuerte casi por naturaleza, con casi 40 clubes. También se plantea una competencia. El gran tema es si pueden convivir, en pro del fútbol del departamento».
-¿Es cuestión de voluntad o de criterio?
«Las dos cosas. Cuando voy a la selección en el primer año, las presiones no faltaron. Porque en medio de ese tire y afloje, uno está obligado a responder. Lo ideal sería que el fútbol no pasará por tanta presión. Después de todo, no está en juego la vida de nadie».
-Más allá del combinado, el Progreso primero en la «B» y después en la «A», ¿fue de lo mejor?
«Sobre todo, porque al llegar al club, hubo que ir alcanzando los primeros objetivos. No era cosa de ir saliendo del paso, más bien que podíamos ir logrando en lo total».
-Y después de aquella final con Salto Uruguay, nunca más.
«Pasamos del «Paya» González en el primer año en la «B», a Efraín Silvestre en la «A», con una base conservada. La idea se fue afinando y el grupo sumó»
-No dejas de creer en los grupos.
«En la mayor unidad posible de los grupos. Por eso, a partir de Salto Fútbol Club que puede volver, esa también es una clave. No es la garantía, pero es una clave».
-Aquel tiempo de «San Ferraz» en la selección, ¿adherido a lo que no se olvida?
«Nunca se olvida»