Fue a los 4′ de la recta final, cuando Universitario movió la pelota, para que Ferro se descompaginara en el fondo. Vacilara en los controles e incluso en lo básico del rechazo para evitar sofocones. Y como este Diego, renacido influente, fue parte de esa «Llama» justa para iluminar el final de la maniobra.
El último toque del 1 a 0 que al cabo fue inmodificable. Porque Ferro no lo modificó con su fútbol desajustado, cayendo en el vicio del traslado excesivo o la imperfección para esa búsqueda de los metros finales.

Y aunque algunos minutos después con la expulsión del propio Diego, Universitario se hizo trinchera defensiva, y el contragolpe funcionando sobre todo a partir de Alexander Píriz (ingresó por Dos Santos) y dos chances netas frente al marco de Dos Santos.
Incluso, el propio Lucas Píriz (el sustituto de Albín) en los 27′ quedó mano a mano y la hizo explotar en el pecho de Dos Santos.
Universitario ganó con esa «Llama» justa de Diego, porque justo fue ese 1 a 0 y porque además cuando Ferro produjo un par de situaciones en medio de su turbulencia ofensiva, Universitario reveló a los cuatro vientos, que integró un golero con el mandato singular del oficio que no le falta.
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La «Llama» justa para vencer, a partir del oficio puntual, en medio de una cancha compleja porque el agua no perdonó y a más de uno le costó habituarse.
Sobre todo en el primer tiempo, las búsquedas a media luz. Por los 30′ un remate de Martín Silva a los guantes de Rodrigo Dos Santos, hasta que recién en los 44′ Ferro alcanza la aventura ofensiva. Sintonía por zurda: Lima-Nahuel Machado-Iriarte y desvío final.
De las escasas vinculaciones desde lo técnico a lo mental, esto es concebir una proyección con recursos.
En la recta final y sobre todo después del gol y la expulsión, Fabricio Bassa metió variantes, tras un producto que Ferro no alcanzó. Porque Universitario, fue la madurez en función de la necesidad: la espera, el cierre de los callejones ofensivos y formular otra vez la consigna del auxilio permanente para evitar aperturas.
Lo logró. Para ese fin también, la «Llama» de su vitalidad defensiva. O de su orden incluído.
No le sobró tanto, pero supo de regulaciones superiores. Aún con 10, cuando Ferro Carril fue y se expuso.
La victoria roja. Los 9 puntos en la tabla. Retornó a su costumbre de los últimos años: ganarle a Ferro Carril.
Y no parece ser un sabor menor.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-