Su historia inspira a productora estadounidense para una serie
Recientemente uno de los diario más emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires reveló la historia de dos personas que en determinado momento de sus vidas, decidieron dejar los hábitos religiosos para formar una familia.

Se trata de Mercedes Tarragona y Daniel Genovesi – hoy Obispo de la Iglesia Anglicana de Uruguay -. En el momento en que se conocieron Mercedes era una joven monja de veintidós años y él un sacerdote católico de veintiséis. La historia de amor nació en la localidad de Venado Tuerto (Argentina). El año pasado Daniel escribió un libro donde narra su experiencia y en la actualidad una productora de los Estados Unidos está trabajando en la creación de una serie inspirada en la historia de amor y espiritualidad de Mercedes y Daniel. En alguna oportunidad el Obispo Daniel Genovesi ha sido entrevistado en nuestra redacción, donde hizo alusión a la carta que recibió del Papa Francisco como respuesta a la que él le había enviado al compartirle su experiencia vivida fuera del ministerio sacerdotal. El matrimonio está radicado en Punta del Este donde fundaron el Soul Institute
(www.soulinstitute.life), institución de alcance internacional. Además de sus tareas pastorales como obispo y misionera, ambos trabajan como terapeutas. Mercedes a su vez representa en Sudamérica al Programa para Padres de Mother Unión.
Mercedes y Daniel se conocieron y la historia de amor no surgió repentinamente sino que fue parte de un proceso. Mercedes había entrado al convento desde muy joven y expresa que en esa época su formación apuntó al conocimiento y no se abordaban temáticas relativas a lo emocional y sentimental. Lo que nació entre ellos fue considerado en principio en la categoría de amistad espiritual. Si bien nació un sentimiento que hablaba a gritos de la necesidad de compartir momentos de charla profunda, no se había identificado ese vínculo con el amor de pareja. Mercedes destaca que si se hubiera percatado en esos momentos que estaba enamorándose, hubiera sido capaz de admitirlo.
Ese sentimiento contundente se fue dando durante el camino recorrido a la par del trabajo conjunto. Cada uno cumplía con sus quehaceres religiosos con devoción, felices de poder contribuir desde su lugar de religiosos con la comunidad y sus menesteres.
Daniel confiesa que hasta ese momento no había estado enamorado ni había tenido una relación de noviazgo. Había ingresado en la adolescencia al seminario y en ese entonces era un joven sacerdote que trabajaba como secretario del obispo en la curia. Tampoco se percataba con claridad lo que le estaba sucediendo… como acaece en este tipo de situaciones, comienza a haber una lucha interna de sentimientos inextricables y movilizantes. Poder verbalizar esa situación llevó mucho tiempo… largos meses hasta la imperiosa necesidad de hacer un llamado telefónica en la mañana de Navidad simplemente por el impulso de hablar con ella.
Los jóvenes continuaron en contacto y el sentimiento fue creciendo sin poder dar marcha atrás.
Muchos de esos encuentros se dieron, diríamos como un milagro, porque no hubo premeditación en los mismos…. lo cierto es que Daniel y Mercedes se seguían encontrando una y otra vez.
Daniel decidió, de una vez por todas, dar un paso decisivo en esta historia al enterarse que Mercedes se marcharía a otro lugar. Llegó entonces el momento en que la realidad tocaba la puerta de su corazón. Daniel no concebía una existencia lejos de su amada Mercedes. Ambos renunciaron a sus investiduras religiosas y decidieron emprender un camino juntos marchándose de la zona en donde se habían conocido para poder comenzar una historia conjunta y nueva.
Sin lugar a dudas, comunicar a sus respectivas congregaciones tal determinación no hubo de ser nada fácil para ninguno de los dos, pero la fuerza del amor fue el motor que los hizo enfrentar con valentía las situaciones complejas.
Esos primeros tiempos de la pareja no fueron fáciles evidentemente por la falta de mundo al ser tan jóvenes, si bien había en cada uno un camino recorrido en la vida religiosa. Hubo que deconstruir para construir una vida diferente, más simple, como la de cualquier pareja de enamorados. Un amigo los ayudó a integrarse a la vida social y fueron edificando poco a poco los cimientos para una vida en común. El primer golpe bajo fue la pérdida de un hijo apenas nacido y a partir de allí sobrevino un camino «de mucho aprendizaje».
Pasó algún tiempo hasta que Daniel volvió a sentir el llamado de su vocación religiosa y se acercó a la Iglesia Anglicana en Argentina junto con su familia, que en ese entonces ya contaba con dos pequeñas hijas, María Carla y Camila. Durante catorce años acompañaron la comunidad parroquial San Marcos, en Hurlingham, provincia de Buenos Aires. Y desde hace tres años es obispo y viven en Uruguay.
¿Cómo surgió el proyecto de la serie?
- «En abril del año pasado en Argentina apareció publicada mi novela «Decisión crítica». Es un policial que se desarrolla en el Vaticano. A través de un amigo lo presenté a una productora para que considerara las posibilidades de llevarlo a la pantalla. Pero la CEO de Mega Global Entertainment, Esperanza Garay, me propuso hacer una producción sobre nuestra historia de amor, porque consideraba que era inspiradora y que esa clase de historias eran las que se necesitan en estos tiempos donde hay que renovar la esperanza. En base a este proyecto, escribí la novela «La muerte del ángel», que ahora es la base con la que se está trabajando en el guión de la serie. Así surgió este camino inesperado, que es desafiante y estimulante a la vez».
Una reflexión final. - «Cada historia tiene algo único y asombroso. Lo que llamamos amor no siempre es comprendido y pueden surgir voces críticas y limitantes. Comprometernos con lo que en conciencia vemos y sentimos, buscar nuestra propia coherencia en la vida sin responsabilizar de nuestras situaciones a los demás, es el mejor camino para ser fieles al Dios de la Vida.
¿A dónde nos conduce ese camino vivido en amor? No lo sabemos en detalles, pero ciertamente nos lleva al mejor lugar.
Jesús vino para que tengamos Vida y la tengamos en plenitud (Juan 10:10). Para responder a ellos tenemos que vencer muchas resistencias internas y también externas, confiando en que Dios, con sus amor providente, dispondrá todo para nuestro bien. A cada uno nos toca dar el primer paso. No comienza con un aplauso. Pero comienza con la verdad interna de ese amor que todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta». Quienes deseen contactarse con el matrimonio podrán escribir a los siguientes emails: [email protected] [email protected]