Que varios jugadores del fútbol profesional. Representantes de dos de los equipos más encumbrados de nuestro deporte principal se hubieran tomado a golpes de puño al final del partido disputado, no debiera llamar la atención de nadie.
En un país donde la violencia doméstica es uno de los más grandes y graves problemas.
En un país donde las muertes de las mujeres por el solo hecho de ser mujer y que algunos hombres se consideran “dueños” de ellas.
En un país donde nos vamos acostumbrando a enterarnos que se producen dos o tres asesinatos (ahora llamados homicidios) por día, era lógico que esta violencia se extendiera.
En un país donde los conductores de vehículos menores (motonetistas) desconocen o violan de ex profeso algunas de las normas de tránsito.
No es la primera vez, ni son los primeros participantes en una trifulca. Pero hoy es diferente. El número de quienes creen que la violencia es la forma de solucionar ciertos problemas, es cada vez mayor.
Tampoco son los únicos violentos, porque bastaría una mirada al tránsito diario para tener idea del grado de crispación que se vive. A veces no llega a ser vertido con palabras pero si en gestos, en miradas recriminatorias.
Pareciera que nadie puede equivocarse cuando conduce un vehículo.
En este caso creemos que la única solución llega por las sanciones, que deben ser “duras” y ejemplarizantes. Es probable que no haya procesados por estos hechos, pero las sanciones deportivas pueden y deben ser capaces de desalentar a cualquiera que pretenda solucionar un problema por esta vía.
¿Cómo se puede solucionar esto?, ¿Qué medidas se deberían de implementar?. Sencillamente, como lo hemos dichos en más de una oportunidad. No creemos que haya soluciones “mágicas” que puedan mostrarnos otra realidad, otro país u otro concepto social, en pocos años, como puede ser un período de gobierno.
No creemos que el tema tenga solución en el corto plazo. Pero creemos que al menos algunos de ellos se puede corregir o disminuir su número, controlando más.
En materia de tránsito hemos visto las infracciones a diario, muchas veces ante la vista de las autoridades que prefieren “no complicarse”. Como lo hemos expresado muchas veces si los controles fueran exigentes, si los conductores fueran bien formados y respetaran las normas, en una palabra si todos los integrantes de la sociedad fueran respetuosos de las leyes y disposiciones, sería muy diferente.
A.R.D.