La jugada fue desgraciada. De esas que a veces son parte de un partido de fútbol. Fue en la segunda fecha de la liguilla, cuando ELBIO JOSÉ CONTI pasaba a ser uno más en el Gladiador de Rony Costa. Sobre la tribuna del Este, la lesión ganó la escena y algunos minutos después el diagnóstico se confirmaría: fractura de tibia a la cuenta del «Pato».A la mañana siguiente, con destino al block quirúrgico y la operación que llegó para el zaguero, las muestras de solidaridad se fueron sumando sin más giros. De la Liga Salteña, de los clubes que la integran, desde jugadores y directores técnicos, medios de prensa, etc.Pero conmovedor aún la decisión de comerciantes que tienen a Gladiador como equipo incondicional de su afectos, para colocar alcancías «y que cada uno aporte lo que pueda, porque todo sirve y vale en situaciones como estas, cuando una lesión obliga a parar y complica la economía de quien lo padece». A partir de Marcelo Balbi en el Barrio Artigas, la onda expansiva de esa solidaridad sin maquillajes. Auténtica y sin más vueltas.No es la primera vez ni será la última, en que el fútbol no permanece al margen de quien lo necesita, mientras. Mientras el «Pato» va transcurriendo las primeras horas de una intervención que es paso previo a la ilusión de volver, más allá de los meses de recuperación por los que inevitablemente debe transitar.
