Nuestros comunicadores
Rodrigo Tejeira Silveira (35) nació en Artigas y se crió en la zona norte de la capital departamental de esa ciudad, a pocos metros del Puente Internacional de la Concordia. “A diferencia de Salto, Artigas no tiene numerosos barrios sino que son pocos, grandes en su extensión y concentran a miles de familias. La zona en la que viví hasta los 18 años es conocida como Bomberos, en el centro de la ciudad” – nos comparte.

Haciendo un análisis acerca de los tiempos que corren desde su lugar de comunicador, Rodrigo sostiene que “es necesario observar el comportamiento y las tendencias de las generaciones más jóvenes. Hoy los tiempos de atención se han reducido a unos pocos segundos, por eso triunfan modelos como los de Tik-Tok e Instagram. El texto ha perdido mucho terreno, cada vez se lee menos y se apela a lo estrictamente audiovisual, abusando muchas veces del recurso de hiperrealidad. Una historia debe ser contada en 15 segundos, una imagen debe resumir una noticia y así muchos ejemplos de las nuevas tendencias en la comunicación”.
Rodrigo Tejeira mantiene vívidos muchos recuerdos de su época de párvulo que estuvo signada “por los viajes en familia y en varias oportunidades, con el grupo de su instituto de inglés con el que pudo conocer Beto Carrero Wolrd (Brasil) y el Parque de la Costa (Argentina)…siempre acompañado de su abuela. “Los viajes en familia eran sagrados a principios de cada año: en algunas ocasiones a Piriápolis, otras veces a Atlántida, pero la familia siempre viajaba junta” – rememoró.
¿En qué momento y cómo comienza su labor en la comunicación?”
-”Todo fue bastante fortuito. Tenía 14 años y me encontré con un compañero con el que había hecho un curso de informática (MS-DOS) el año anterior. Resulta que su padre había montado una radio comunitaria con un transmisor casero y una antena de baja potencia que lograba un alcance de 200 metros a la redonda aproximadamente. Por esa época éramos pocos los que teníamos grabadora de CD’s, me preguntaron si podía colaborar con el proyecto, accedí e inmediatamente me ofrecieron un espacio en horas de la tarde para conducir un programa que lo hice por primera vez un 6 de octubre del 2001. Lo recuerdo con exactitud porque coincide con la fecha de cumpleaños de mi abuela. Lo anecdótico de ese día fue que le dije a ella que escuchara la radio (vivíamos cerca y el alcance era suficiente para sintonizarla en la casa) porque le iba a mandar un saludo de feliz cumpleaños al aire. Gran parte de la familia estaba reunida escuchando el programa, reproduje la canción y le envié el saludo correspondiente continuando por otras dos horas con el programa. Me sentí muy cómodo desde el primer día, el micrófono no me cohibió y fue así que empecé a descubrir mi pasión por los medios. Continuando con la anécdota, cuando regresé a la casa de mi abuela para preguntarle si había escuchado el saludo y la opinión de todos los presentes sobre el programa, me respondieron que la selección musical había sido muy buena pero encontraron raro que no hablé durante las dos horas sino que las canciones se repitieron por momentos, el volumen subía y bajaba, pero no se escuchaba mi voz. Inmediatamente volví a la radio a preguntar qué había pasado y su director, Edgardo Almeida, me explicó que no había prendido la fuente del micrófono y por eso no funcionó (en mi defensa, no me lo habían aclarado antes de empezar). Y así fue mi debut en los medios: haciendo un programa de radio de dos horas, hablando con total naturalidad como si no fuese la primera vez pero con el micrófono apagado”.
-¿Cómo ha sido la historia de su camino transitado tanto en radio como en tevé?
– “Después de un año haciendo radio (logramos formar un lindo grupo de amigos que compartían la misma afición), Marcelo Roma, productor de televisión del programa Cómplices de Canal 8, me invitó a cubrir un cumpleaños de 15 haciendo las entrevistas a los asistentes. Poco tiempo después me sumé al equipo de conducción del programa con Gabriela de Souza, Laura Ponte y, a los pocos meses Valeria Texeira también se sumó al staff. Ese programa de TV era, si no el más, uno de los más vistos de la televisión en Artigas porque todos deseaban verse o a sus conocidos en la pantalla. Cubríamos todos los eventos sociales (espectáculos, bodas, cumpleaños de 15, entre otros). Un año y medio después, me incorporé también al equipo de Aquarius FM, una emisora emblemática del norte del país en la que conducía un programa junto a Álvaro Figueroa los sábados de 18 a 21 horas y participaba de un programa especial del boliche de moda (Taz Positivo) los sábados de 23 a 2 am.
Su tiempo de estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación…
-”Lejos de la organización actual con la implementación de la Facultad de Información y Comunicación, la Licenciatura era bastante caótica. El viejo edificio carecía de las comodidades necesarias para albergar a más de 500 estudiantes del primer año, a tal punto que nos sentábamos en el patio central a escuchar las clases gracias a unos parlantes que amplificaban lo que decía el profesor (no podíamos siquiera ver el pizarrón, mucho menos al docente). Ese edificio tampoco estaba en una zona de fácil accesibilidad y, tanto para mí como muchos compañeros que vivían en Ciudad de la Costa o en localidades y barrios del oeste de la capital, era necesario tomarse al menos dos ómnibus para llegar hasta allá.
El primer año transcurrió con relativa normalidad, cargado de asignaturas y contenido teórico casi sin ninguna práctica. Al segundo había un par de instancias obligatorias en modalidad de taller y fue en una de esas que hablé con el director y le planteé mi preocupación: ¿qué tipo de formación estábamos recibiendo en ese lugar? Se me explicó que en la licenciatura buscaban formar comunicólogos con un perfil más analítico del discurso y otro con una orientación hacia la comunicación organizacional. Las instancias prácticas se limitaban mayormente al último año (4º) de la carrera. Eso me llevó a cambiar de rumbo y, hablando con un amigo de Artigas que ya estaba trabajando en medios capitalinos (Henry Navarro), me recomendó sumarme al IPEP donde finalmente hice el curso de Periodismo General en dos años donde, desde el primer día, nos enseñaron a perfeccionar la técnica de redacción, practicamos muchas horas en una cabina de radio e hicimos programas televisivos (noticieros y formatos magazine). Era todo lo contrario a la licenciatura: muchas actividades prácticas acompañadas de una moderada carga teórica con un claro enfoque en los medios de comunicación”.
¿En qué se diferencia la dinámica de la radio y la televisión?
-”En mucho. La radio tiene otros tiempos, otras pausas. Cerrar el micrófono, acompañar con música, manejar los silencios… La televisión exige movimiento constante, expresiones, evitar los silencios que pueden resultar incómodos. La imagen es la esencia de la televisión: a ella nos debemos someter en todo momento mientras que la radio permite jugar con otro sentido que no requiere la permanente atención del oyente hacia el receptor.
De todas maneras, y especialmente en el magazine matutino de Canal 8 que conduzco junto a Víctor Hugo Solís, tratamos de ofrecer un producto híbrido en el que no es necesario estar pendiente del televisor todo el tiempo ya que el principal fuerte es el diálogo, la conversación, el contrapunto de visiones e ideas, sin usos excesivos de elementos visuales”.
¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se enfrenta un comunicador en la actualidad
-”Con tanta conectividad y facilidad en el acceso a la información nuestra función es la de estudiar, investigar, ahondar en temas en los que muchas veces solo se escucha una campana. La guerra Rusia – Ucrania es un claro ejemplo, donde los grandes medios occidentales consideran a Ucrania como la víctima y a Rusia como la malvada. Sin embargo, grandes plataformas como YouTube (Google) entre otras, censuraron canales, transmisiones y cuentas de usuarios que informaban sobre el conflicto con una perspectiva diferente. La libertad de acceso a la información es una ilusión que nos intentan vender a diario. Por ello, nuestra responsabilidad como comunicadores, es leer, estudiar, entender y luego contar los hechos escuchando todas las campanas, considerando la opinión y visión de todas las partes, desprendiéndonos de todo tipo de prejuicios”.
-Nuevos proyectos en mente…
– “Desde hace algún tiempo estamos desarrollando un proyecto de realidad virtual en 360º. UniVRso 360 es nombre y queremos continuar por la senda de implementar y hacer crecer esta tecnología en el Uruguay”.
-0tras actividades que esté realizando…
– “Informativo en FM Siglo 21 de lunes a viernes de 7 a 8 am, Magazine en Canal 8 de lunes a viernes de 11 a 12 horas, programa de entrevistas todos los jueves a las 21 horas en Canal 5 de Cable Visión Salto, asesoramiento de empresas en el área marketing y difusión comercial, integrante del equipo de Comunicaciones de la Intendencia de Salto”.
¿Qué enseñanza la ha dejado el ejercicio de la comunicación
– “Que las verdades son siempre a medias pero no por ello dejan de ser verdades, porque, desde la perspectiva de quien la cuenta, es la única o mejor verdad. Por eso, la enseñanza que me ha dejado es nunca tomar una verdad por definitiva o absoluta… siempre ir más allá, escuchar otras verdades y completar esas piezas faltantes de información. Especialmente en temas o asuntos sensibles, no debemos perder el enfoque de considerar la visión u opinión de quienes están en veredas opuestas sin perder de vista que, como comunicadores, debemos ser lo menos subjetivos posible, porque no somos objetos, por ende, la objetividad es una mera utopía”.