Siempre nos ha llamado la atención la poca respuesta que dan las autoridades de la comunidad a las denuncias o las revelaciones de irregularidades que se producen en algunos servicios puntuales.
Ni siquiera se toman la molestia de desmentir, de aclarar las denuncias en caso de que no fueran ciertas, sencillamente se las ignora, creyendo que de esta manera “no existen”.
Así ha pasado tantas veces con denuncias de irregularidades en el tránsito (se sigue circulando por las banquinas y adelantando muchas veces por la derecha), con la existencia de teléfonos celulares “libres” en los establecimientos carcelarios en manos de reclusos “peligrosos” y ni que hablar con la comercialización de drogas y otros productos dentro de las cárceles.
A nadie escapa lo que es la “dirección” de verdaderas bandas u organizaciones mafiosas desde dentro de los establecimientos carcelarios. En esto hay funcionarios, reclusos y hasta policías involucrados, como lo prueban muchos de los hechos que se ha descubierto o denunciado últimamente. Todo comandado por “don dinero”
El que calla otorga, dice una máxima conocida y quienes no responden o hacen oídos sordos a estas denuncias en alguna medida las están apañando. No pretendemos que “se cobre al grito”, pero hay denuncias muy graves que requieren de una explicación creíble, de argumentos sólidos, porque en caso contrario la credibilidad y la confianza en las propias instituciones. Hay responsabilidades concretas, pero a nadie parece importarle.
No entendemos por qué se sigue desoyendo por ejemplo, las irregularidades en el tránsito, cuando hay cientos o miles de motos incautadas, ¿Cómo se soluciona este problema?, pues no hay otra forma que la de ajustar y ajustar, exigiendo el cumplimiento de los requisitos y haciendo cumplir las disposiciones del tránsito a rajatabla.
Primero es necesario advertir la irregularidad y luego a los infractores que reinciden deben de ser pasibles de multas severas.
No entendemos porqué se siguen descubriendo estafas que muchas veces se orquestan desde las cárceles mismo, sin que siquiera se intente revisar cada situación.
Porque se sigue permitiendo que haya detenidos con celulares dentro de los establecimientos carcelarios.
Como se justifica que haya elementos probatorios que desaparecen, en una ocasión desde la propia Jefatura de Policía de Salto y nunca se aclaró nada.
Como se siguen escapando reclusos de alta peligrosidad sin que los controles adoptados o ajustados cada vez que se producen signifiquen un cambio de situación.
Muchas interrogantes, pocas repuestas y ninguna satisfactoria.
A.R.D
