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miércoles, 23 de abril de 2025
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«La pandemia ha sido, para bien y para mal, un gran cambio en la sociedad, que nos tiene que dejar una gran enseñanza»

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Entrevista a Diego Delgrossi

Con 18 años de edad, junto a un amigo, Diego Delgrossi se animó a enviar un video a un concurso que por entonces realizaba de manera inédita un programa de humor en Canal 12 de Montevideo, lo que le permitió ingresar para no irse más. Se lo ve ahora los domingos en el mismo canal con «La culpa es de Colón». Nos concedió casi una hora de su tiempo vía zoom en este diálogo con EL PUEBLO.

  • ¿De dónde viene esa vocación por el humor?
  • Creo que es un poquito culpa de mi padre que siempre ha sido y es una persona muy ocurrente, uno de once hermanos, una de sus hermanas, doña Olga Delgrossi, cantante de tango, entonces por ese lado siempre hubo buen humor, siempre hubo música, los Delgrossi siempre fue una familia muy a la italiana, pum para arriba.
  • La popularidad que le ha dado la televisión, ¿le ha traído algún problema en el trabajo cuando iba al juzgado?
  • Si bien no me recibí de abogado, me recibí de docente, igual llegué a ser procurador y tuve que hacer baranda, como se dice, porque trabajé en un par de estudios jurídicos ayudando. En un momento en el cual yo ya era relativamente conocido, llegar a hacer un trámite jurídico, o justamente acordar con las partes, te veían y pensaban que era una cámara oculta para Tinelli. Lo mismo me pasaba como docente. Hablamos de un tiempo en donde no había televisión por cable, había, pero en el interior, Montevideo fue la última ciudad en llegar el cable. Programas cómicos uruguayos, solo estaban Telecataplum o Plop los martes y Decalegrón los lunes. O sea que a uno lo conocía un porcentaje de gente mucho mayor de lo que lo conocen hoy, porque hoy tenemos Netflix, YouTube, aplicaciones de todo tipo en el celular. Ergo, cuando no había nada de eso, me conocían más, entraba a una clase y un botija de 12 años me conocía, ahora no pasa tanto. Al revés, ahora me tengo que presentar porque los botijas de la edad de mis hijos están todo el día metidos en el celular y los juegos. Pero sí, al principio era raro, uno tenía que demostrar más seriedad todavía, porque no había cosa más seria que lo jurídico y lo académico.
  • Pese a que usted ha tenido bastante continuidad televisiva, de todas formas, ¿por qué faltan más programas de humor en la televisión uruguaya?
  • Es parte de una evolución, ahora por suerte estamos los domingos con «La culpa es de Colón», que es un formato extranjero, donde hay cinco humoristas, un domingo hay cinco chicas, otro domingo habemos cinco caballeros, esta es la primera vez que se hace un programa netamente de humor desde hace muchos años. Desde el momento que surge el fenómeno de Marcelo Tinelli, que tuvo una repercusión a nivel americano, el humor cambia, muta…
  • ¿Por qué?
  • Porque él viene con ideas nuevas o con ideas viejas tecnológicamente renovadas, con una vorágine impresionante, era un programa activo, aparecía en pantalla gritando, papelitos, el elenco alrededor, gente muy renombrada de la República Argentina. Allí se hicieron conocidos nuestros amigos Almada, el Pichu, Álvaro Navia. O sea, Tinelli lo que hizo fue, para bien o para mal, según quien lo analice, cambiar el lenguaje televisivo y la forma de manifestar televisivamente el humor. Eso hizo que el humor que hacíamos quedara rezagado en materia de formato, hasta el punto que bajaron los programas de la televisión. Mucha gente me pregunta cuándo vamos a volver, pero si no están más es porque no funcionaron. Eso hizo que Uruguay quedara huérfano de programas de humor durante un buen tiempo, si bien hubo un par de intentos en Canal 4 y en Canal 10.

La forma de comunicar cambió tanto que ahí lo tiene, un programa exitoso como es «La culpa es de Colón» que va los domingos a las 22.30 en Canal 12, es récord de audiencia en el canal. Hacía falta, porque si bien había humor en otros programas, los programas no eran de humor. O sea, el humor dejó de tener un programa único, monopólico, y pasó a dividirse en otros programas, a tal punto que todas las matinés de la mañana, aquí, en Salto, Durazno, Florida, en cable, tienen a un humorista. Tenemos a Montelongo todas las mañanas en Canal 12, a Petru en la mañana de Canal 10. «La culpa es de Colón» es el primer experimento, porque no sabíamos cómo iba a salir, salió exitoso por suerte, son cinco amigos hablando, solo falta la cerveza y la picada. Es un humor distinto, 20 años atrás no hubiere funcionado.

  • La sociedad ha cambiado, ¿y qué tanto ha cambiado el humor en su forma de expresarse? No creo que haya habido mucho problema en Uruguay porque siempre ha sido un humor sano, pero en Argentina, por ejemplo, se usa mucho el descalificativo…
  • Es verdad. El humor es un producto cultural, o sea, el humor es la resultante del carácter de un pueblo. El humor porteño, el de Buenos Aires, no hablo ni del correntino ni del entrerriano, es más zafado porque el porteño es más zafado que el montevideano. El porteño cada dos palabras sanas, mete una mala palabra, así esté hablando de algo bueno y esté contento. Uno cuando iba a Buenos Aires, cosa que ahora desgraciadamente por esto de la pandemia hace casi diez meses que no voy, porque además tengo familia allá, uno iba por la calle y de repente se cruzaba con un argentino que va hablando por celular y uno escucha que en medio del diálogo amigable, pone una mala palabra de la nada. Yo para decir una mala palabra me tengo que martillar un dedo o porque me llegó una factura de UTE más alta de lo que puedo pagar.

Hay un tango que dice que la bronca está en el porteño como en el morfi la sal, y lo mismo pasa con la mala palabra y el humor. El uruguayo es más pacato, pero le gusta decir malas palabras, pero somos muy niños todavía en eso. Al niño le gusta decir malas palabras a escondidas o no decirlas muy fuerte, lo mismo nos pasa a nosotros. «Con la culpa es de Colón» estamos tratando de romper eso y tratar de ser libres, por eso es que elegimos un horario de las 22.30 un domingo, que era cuando los chiquilines ya estaban dormidos porque al otro día tenían que ir a la escuela o al liceo, y se quedaban los padres mirando la televisión. Entonces, la primera premisa que planteamos los cinco humoristas, y hablo de mis compañeros que son excelentes, Maxi de la Cruz, Marcel Keoroglian, Leo Pacella y Germán Medina, es que somos cinco amigos charlando, eso es el programa. Estamos tratando que los uruguayos se empiecen a acostumbrar a que puedan ver a cinco amigos dialogando de noche, y si los hacemos reír, mejor. Y es lo que está pasando, los estamos haciendo reír. Algunos dicen que nos aporteñamos, no es que nos aporteñamos, abrimos la puerta de una azotea, de una barbacoa, de un living comedor donde cinco amigos están hablando como estamos hablando tú y yo en este momento.

«El humor es un producto cultural»

  • ¿Cómo ha visto este año que termina para Uruguay?
  • Toda pandemia implica un cambio drástico de hábitos. Pasó en el 500 a.C. en la época de Pericles en Grecia, pasó en la Peste Negra del siglo XIV, pasó con la Gripe Española de 1918 y 1919, la diferencia es que esta es la primera pandemia global, gracias al avión, porque esta pandemia se expandió por el avión. El gobierno uruguayo fue muy acertado a la hora de dejar la economía funcionando con las previsiones del caso, fuimos uno de los países que más rápido integró el teletrabajo por ser un país pequeño, por lo que nuestras empresas, las más grandes de Uruguay, tienen 300 empleados, de los cuales 200 trabajan por teletrabajo, los otros 100 son de mantenimiento, seguridad o gente de reparto.

Esto logró que un país pequeñito, como el nuestro, que somos un barrio de Buenos Aires, que tiene casi 12 millones de habitantes, que la economía siguiera y si bien las consecuencias son nefastas en general, porque no hay peor cosa que tenga que haber una olla popular, igualmente si nos comparamos, estamos saliendo bastante bien a pesar de que desgraciadamente todavía hay muchos compatriotas, entre los cuales cuento a muchos de mis colegas artistas, sin trabajo.

Y estamos todos esperando, a ver qué va a suceder. Hay una premisa que dice que la historia sirve para poder estudiarla y no cometer los mismos errores del pasado, y veo que no estamos usando mucho esa premisa, porque el primer error que estamos cometiendo es pensar que esto va a pasar de la noche a la mañana y que a mí no me va a suceder. Es como cuando cae una tormenta eléctrica y salimos igual para la playa o al río, y de repente cae el rayo. Bueno, esto es lo mismo.

Así que nos cambió los hábitos de vida, de trabajo, de consumo, mucha gente tuvo que recortar su presupuesto al 50%. Gente que mandaba a sus hijos a colegios privados los tuvo que poner en escuelas públicas, gente que era zafral se quedó sin trabajo, gente que trabajaba presencial lo hizo de forma virtual, con todo lo que eso conlleva, porque imaginémonos que ahora hay que empezar a legislar sobre teletrabajo, por ejemplo. Entonces, esto ha sido, para bien y para mal, un gran cambio en la sociedad, que nos tiene que dejar una gran enseñanza.

  • ¿Cuáles son sus deseos para el 2021?
  • Primero que nada, quiero agradecerle que me haya tenido en cuenta para esta entrevista, nada más y nada menos que para EL PUEBLO de Salto, que es uno de los medios más reconocidos. Hemos estado varias veces con los salteños en el hermosísimo teatro que tienen. El primer deseo, como siempre se dice, es la salud, bueno, ahora más que nada lo primero es la salud. Segundo, que esto pase lo antes posible, seguir cuidándonos. Tercero, volver a abrazarnos y a encontrarnos, que podamos volver a hacer teatro como se hacía antes, que podamos ir a trabajar como se trabajaba antes, que va a suceder, aunque va a demorar un poquito. Y que los que no tienen trabajo, vuelvan a tenerlo, porque no se trata solo de poder llevar la plata para el puchero, tener trabajo es tener la mente ocupada, poder desarrollarse en su vocación o en su profesión, tener trabajo es convivir con otras personas, con clientes, con compañeros. Ojalá que en el 2021 la vida vuelva a ser lo que era antes, con sus defectos, pero también con sus virtudes. A los salteños un gran abrazo y ojalá sea un hasta pronto y en vivo y en directo.

PERFIL DE DIEGO DELGROSSI

Casado. Tiene dos hijos. Es del signo de Libra. De chiquito quería ser astronauta. Es hincha de Peñarol en fútbol y de Goes en básquetbol.

¿Una asignatura pendiente? Aprender a andar en avión y poder tirarme en paracaídas. Espero no hacer las dos cosas al mismo tiempo (risas).

¿Una comida? Un buen asado, unas buenas achuras y unas buenas papas fritas.
¿Un libro? Cualquier libro de Arturo Pérez-Reverte.
¿Una película? Me gusta mucho la ciencia ficción y la aventura, por eso elijo la saga de Star Wars, la primera trilogía, o sea, los Episodios 4, 5 y 6.
¿Un hobby? Leer.
¿Qué música escucha? De todo tipo y color, depende el estado de ánimo.
¿Qué le gusta de la gente? El humor.
¿Qué no le gusta de la gente? El malhumor.

Por: Leonardo Silva

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