Hubo una primera vez en la historia de los vínculos.Sucede que es un apellido bien emparentado a Chaná. Al sentimiento por Chaná. No por nada su hermano Ernesto, es de los delegados activos y dirigente de primera línea. En el caso de ALDO LASIÚ, no podía ser menos que su humana tendencia sin recortes por la causa del «Indio».Era solo abrir diálogo con él, para que afloraran rescates por equipos de Chaná en el tiempo, y con la ilusión siempre encendida, «de verlo Campeón Salteño».
Pero más allá del afecto por el fútbol, Aldo fue hombre de carnaval. Hombre de murga. Uno más de la auténtica revolución que produjo «La Nueva», sobre finales de la década de los 90, con la batuta de Alberto «Negro» Chiriff. En esos años de despegue y consolidación, «La Nueva» transformó a la sede de Chaná en un bastión de todos los días, cuando el Dios Momo se aproximaba a la cita del mágico febrero, dejando en claro eso de ser parte del patrimonio cultural. Cosa nuestra y a la uruguaya.**********Y Aldo fue uno más, a la hora de sostener vivificantes sus dos pasiones. El fútbol y la murga. Un cultor de una vez….y otra vez. Acaso siempre.Por eso su fallecimiento acaecido en la víspera, lo renueva en el tiempo. Aletean las evocaciones y más de una lágrima seguramente siente que tiene su propio derecho. Las lágrimas no esconden su lenguaje: lo exponen. Y el corazón sabe de qué se trata.El Aldo de Chaná. De «La Nueva». Con el inconfundible sentir por esos adioses que a veces conmueven. Seguro que no dejarán de conmover. Y como aquella…primera vez. -ELEAZAR JOSÉ SILVA-
