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lunes, 14 de abril de 2025
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Que esto no sea eterno

Diario EL PUEBLO digital
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Iniciamos hoy esta columna reiterando estas breves líneas que publicábamos hace unos días en otra sección de EL PUEBLO:
Que Mayo no nos divida. Mayo puede ser el mes de las madres, y puede ser el mes de los libros. Puede ser el mes que rinda homenaje a grandes maestros de la Música, como Fabini o Lamarque Pons, ambos de mayo. Puede ser el mes del Soldado y también el de la Memoria, Verdad y Justicia. Pero siempre debemos apostar por aquello que nos una, no que nos divida. Y lamentablemente, hemos notado estos días una serie de penosas divisiones… Acusaciones cruzadas, por aquí y por allá, sobre quién provoca a quién al determinar que sea el «mes de». Si habrá que unir… Fíjese que hasta el propio José Mujica, que fue guerrillero y enfrentó a los militares, decretó en su gobierno que el 24 de mayo sea reconocido como «Día del Soldado Caído en Acto de Servicio». Fue una actitud de apertura, respeto y tolerancia la de Mujica, que hay que destacar. Sin embargo ahora que, siendo otro el gobierno, se designa mayo como «Mes del Soldado» y se enviará al Parlamento un Proyecto de Ley para que el 24 de mayo sea marcado en el calendario oficial como el Día del Soldado Oriental, hay quienes reaccionan enojados por considerarlo una provocación.
¿Será justamente porque ahora es otro el gobierno y entonces hay que protestar por cada decisión que haga? Porque en la época del decreto de Mujica parece que nadie se molestó. Apertura, tolerancia, eso necesitamos, y entender que vivimos en una sociedad en la que hay lugar para todos los pensamientos, donde se puede recordar a detenidos desaparecidos y también reconocer instituciones militares. Estamos convencidos que no son cosas excluyentes, siempre y cuando actuemos como una sociedad madura. Lo que importa es estar unidos y no enfrentados, para poder avanzar» (EL PUEBLO, Sábado 21/5/22).

Yahora nos preguntamos: ¿cuándo se terminará el enfrentamiento en este tema de los desaparecidos? ¿Será cuando se sepa la verdad de todos los casos? ¿Será?

Porque yo apoyo la lucha por conocer la verdad, por supuesto que la apoyo. Yo quiero saber qué pasó con cada uno de esos desaparecidos. Si fueron todos asesinados quiero saber, cómo, cuándo y dónde están. Si algunos están viviendo en Suiza u otro país con identidad falsa, como hay quienes afirman, también quiero saberlo. ¿Será que es como dice Mujica, que tienen que morir todos los que protagonizaron esa época para que recién después, las otras generaciones, puedan aclarar las cosas? A mí algunas vez, allá por los años 90, me dijeron: “Se va a aclarar recién cuando gane el Gobierno Nacional el Frente Amplio, mientras estén blancos o colorados en el poder, no se va a aclarar nada”. Sin embargo, no sólo ganó una vez el Gobierno el Frente Amplio, lo ganó por tres períodos seguidos, 15 años,… ¿Y? Siguen sin aclararse del todo las cosas. Entonces, puedo hacer varias lecturas de la situación. Por un lado pienso que tengo que coincidir con la profesora Susana Seija (pilar en la organización de la Marcha del Silenio en Salto): dice ella que hay pactos que ni idea tenemos y que involucran quizás a militares y a políticos de todos los partidos.
Pero por otro lado, pienso que hay muchas cosas, y me preocupa, que se están diciendo con muchos errores, que se están enseñando mal. Por ejemplo, los políticos que fueron víctimas de la dictadura no están todos en el Frente Amplio, también hay blancos y colorados que fueron víctimas.
Otra cosa, uno de los presidentes que más hizo por obtener verdad, fue Jorge Batlle, que creó la Comisión para la Paz, precisamente con el objetivo que arrojara luz sobre el tema. Igual, todos los presidentes hicieron algo. Obviamente no se puede comparar lo que pudo haber hecho Sanguinetti (primera presidencia), con todo reciente, todo “en caliente”, on lo que pudo haber hecho Vázquez 20 años después, o Lacalle Pou ahora. Pero todos avanzaron algo, creo. Aunque puede haber otras opiniones, por supuesto; vea por ejemplo este texto que, bajo el título “Apuntes sobre la impunidad”, circuló días pasados en redes sociales y que desconocemos quién es el autor:
“Héctor Marti Sturla, diputado del Partido Nacional, redactó la Ley de Caducidad, que somete el Poder Judicial al Ejecutivo. ¿Lo hizo por voluntad propia o se lo pidieron para embretar a Sanguinetti? Sanguinetti prefirió en sus dos gobiernos ponerse del lado de quienes lo arroparon para que llegara a la presidencia: los militares golpistas. Lacalle Herrera nunca demostró interés en el tema, y jamás logró tener control sobre las FF AA (caso Berríos) y avaló la represión en el Filtro con un asesinado por la policía (que le había hecho huelga). Batlle instaló la Comisión para la Paz. Los militares golpistas mintieron descaradamente. Los mandos de ese entonces encubrieron sin pudor.
El primer Vázquez avanzó algo más. Empujó mucho Azucena Berruti.
El segundo Vázquez no pareció tener la determinación y las fuerzas necesarias. Mujica no hizo campaña por el Voto Rosado en 2009. Buena parte del MPP no ensobró la papeleta.
La Cap-l de Huidobro tampoco.
Y el Ñato desde el Min. de Defensa se transformó en el mayor defensor de violadores de DDHH. Mujica avaló todo.
El actual gobierno no da señales de tener el tema en agenda. El Poder Judicial permitió todas las chicanas posibles para que la justicia no llegue. Los abogados defensores tienen que velar por juicios justos. Cuando apelan a chicanas para dilatar los tiempos de la justicia se transforman en mercenarios inmorales.
Gracias a la pluma de Huidobro, el MLN se apropió del lugar de única víctima de la dictadura. Desde ese lugar, parte de su cúpula (Ñato/Pepe) hizo respetar a rajatabla el pacto de impunidad. Gran parte de la ciudadanía (cerca de la mitad) no entiende que quienes secuestraron, torturaron, violaron, mataron, y robaron bebés lo hicieron en nombre del Estado, transformando en cómplices a todos los uruguayos.
Las FFAA en su conjunto nunca hicieron su mayor esfuerzo para desmarcarse de quienes ensuciaron sus uniformes. Seguimos reclamando verdad y justicia. La verdad sigue secuestrada. Es responsabilidad del Estado”.

En fin… ¿Por qué no se termina de resolver? No sé. Pero no culpemos a un partido o a un gobierno. Porque además hay que respetar… Una familiar de desaparecidos el otro día hablaba con total desprecio, de modo totalmente despectivo, del «partido militar», por Cabildo Abierto. Señora, a usted o a mí podrá gustarnos o no, pero el pueblo uruguayo puso a ese partido en el Parlamento. Así como hay que respetar que un guerrillero haya sido Presidente de la República, lo votó el pueblo.

Lo que quiero decir en definitiva, es que no hay buenos de un lado y malos del otro, eso no puede enseñarse así. Víctimas hay de ambos lados en una guerra, y torturados y muertos y familias destruidas… Y aquí hubo una guerrilla y pasó eso. Y entiendo sí, cuando me dicen: “Pero los tupamaros ya pagaron con cárcel”. Bien, pero también hay que decirlo entonces: estuvieron presos por atentar con armas contra un gobierno democrático y matar y torturar, etc. etc. Vaya a decirle a las familias de los cuatro soldados acribillados en el jeep (18/5/72), que los tupamaros ya pagaron, vaya y dígale eso a ver cómo les va. Acá no hay santos. Hay culpables y hay inocentes, hay víctimas y hay victimarios, hay muertos, hay desaparecido, todo hay, fue una guerra… A mí me sorprende cuando a veces escucho decir: “A fulano o mengano lo mataron los milicos” (porque dicen así, milicos, con desprecio), pero no dicen que ese fulano o mengano recién había dejado una bomba en tal edificio, ¿se entiende?

Está muy bien que se luche por verdad y justicia, muy bien que se trabaje sobre la memoria, pero contando la historia completa; memoria amplia, memoria con todos los que padecieron esa época, de los dos lados, o de todos lados… Si no, esto va a ser eterno.

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