Días pasados nos ocupábamos de la tremenda desconfianza en la que nace la vacuna contra el COVID 19. Es innegable por varios motivos, entre ellos el comercial, que aunque se decida que se haga con el menor costo posible para las naciones (todas) que deberán aplicarla, son tantos los miles de millones de personas que la están necesitando que es imposible estimar la utilidad que dejará a sus creadores.
En este aspecto, nos sumamos a quienes indican que hay tres grupos de personas frente a la posible vacunación, ya sea ésta rusa, inglesa, estadounidense o de cualquier otra procedencia. Están: 1) los que están dispuestos y esperando la vacuna para inocularse. 2) los que prefieren esperar un tiempo más para hacerlo, aguardando para ver los resultados de la misma y 3) los que no están dispuestos a vacunarse ni lo harán nunca.
Esto no es nuevo. Porque si nos referimos a la vacuna contra la gripe, por ejemplo, siempre hubo resistencia y hubo gente que se ha vacunado metódicamente, quienes no lo han hecho nunca y quienes a veces se vacunan. Es obvio que nos estamos refiriendo a casos de vacunación voluntaria.
Pero en esta ocasión la situación es muy diferente, comenzando por la situación de cada grupo de personas. Por la situación del país frente a la pandemia y además por la obligatoriedad o no de la vacuna.
En lo personal somos partidarios de la vacuna, quizás no de entrada, ni rápidamente, pero somos pro vacuna, por la sencilla razón de que quienes primero deberán vacunarse y sin opción alguna, es decir en forma obligatoria, será el personal de la salud. Vale decir, médicos, para técnicos, técnicos, auxiliares y demás.
Se supone que nadie mejor que ellos para saber a que se están exponiendo y por lo tanto lo primero a valorar es esto. Aun así no quisiéramos estar en la piel de quienes deben adoptar la obligatoriedad o no de la vacunación, porque el riesgo, aun siendo ínfimo existe.
Si se obliga vacunar y los efectos son contraproducentes, serán los responsables. Si no obligan y la pandemia se extiende también se los responsabilizará.
Es por lo tanto un cuello de botella y tenemos que tener claro que la responsabilidad es de todos. No hay términos medios, bastaría con que alguien no vacunado se enferme para poner en riesgo a todos los demás en iguales condiciones.
Por lo tanto debemos saber que riesgo siempre existirá, aún así creemos importante vacunarse llegado el momento. Nosotros lo haremos.
A.R.D.
