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jueves, agosto 14, 2025

Spencer, Rocha, Goncalvez, ¡y el «Rata» Ibero también…!

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Peñarol de aquí y de allá, Salto Uruguay, Ferro Carril

«Claro que todo eso queda en la memoria de quien lo vivió. No se olvida y cuando uno se pone a recordar, aparecen esos años en Peñarol de Montevideo, que justo agarro el 1966, en que fue Campeón de la Libertadores y la Intercontinental. Haber podido entrenar con ese plantel, verlos de cerca, comprobar el respeto entre ellos, algunos de pocas palabras. Spencer y Rocha, por ejemplo, hablaban lo suficiente. Sin embargo el «Pocho» Cortes o el «Pardo» Abbadíe eran otra cosa. Nosotros como juveniles del Interior que éramos, vivíamos en una pensión. Fuimos al estadio Centenario a ver la final de Peñarol con Real Madrid en el 66. En ese entonces, Peñarol llenaba el estadio y jugar un preliminar era hacerlo de repente con 50.000 personas.
Había que estar ahí adentro para saber lo que siente. ¿El «Tito» Goncálvez?….ahhhh, bueno, todo dicho. Caudillo dentro y fuera de la cancha. Cuando Peñarol de Salto llegó a los 100 años, nos reencontramos con el «Tito» y el «Lito» Silva. Ahí está la foto donde estamos los tres.
Ese tiempo fue inolvidable. Los jugadores que uno pudo ver de cerca. La influencia que tenían y el disfrute de verlos jugar. Para quienes estábamos escalones abajo, no era fácil llegar a Primera. Porque permanecían por años en el club y no se lesionaban. Fue un tiempo dorado como pocos».


Será nomás que una foto no miente y que se transforma en mensaje en el tiempo. En este caso, no solo del fútbol. También desde el sentimiento, porque ese Peñarol de Montevideo, supo tener -dicen- una profunda sensibilidad hacia lo humano.
Con un salteño en primera línea de fuego como el «Daro» Pedro Virgilio Rocha, pero con otros juveniles de la época que levantaron vuelo y allá se fueron.
MIGUEL ÁNGEL IBERO, fue uno más. El «Rata».
El mismo Miguel que retornaría a Salto para sumarse al Peñarol del «Lalo» Ibáñez. El que sería Campeón Salteño en 1969.
Pablo, hijo del «Rata» le mandó de una la pregunta al cronista de EL PUEBLO….»¿esa delantera, fue de las mejores en el fútbol salteño a lo largo de toda la historia?».
La respuesta fue simple, básica y única: sí.
Ese Peñarol lo conjugaba todo. En 1968 jugando en la entonces Intermedia (ahora se trata de la «B»), fue modelando un estilo y al año siguiente explotó aquella delantera de Orestes Rolfo, el «Gato» Delmar Ferreira, el «Paisano» Walter Finozzi, el «Toscano» Omar Quintana y el «Rata» Ibero. El Peñarol que le ganó a Ferro Carril la final 4 a 3…»y eso que el árbitro Juan Carlos Rodríguez, nos cobró dos penales en contra».
SALTEÑOS LOS DOS
En las divisiones juveniles de Peñarol de Montevideo, en aquellos años, 1966, 1967 y 1968, sobre todo estos dos últimos, se juntaron dos salteños: Miguel Ángel Ibero y Carlos Alfredo «Rabito» Ríos.
«Hicimos goles y habilitaciones hacia él no faltaron. Por aquello del centro hacia atrás, para la llegada del que entra. El hecho es que «Rabito» tenía por delante a Alberto Spencer. Peleó la chance, pero Spencer definiendo era impotente. De pocas palabras fuera de la cancha, la verdad de él estaba dentro» Después de haber jugado en Peñarol, el «Rata» se sumó al Salto Uruguay de 1973, el año en que los decanos lo dominaron todo y como broche final, la consagración como Campeón de la Súper Copa….»un plantelazo. Lo era. Y además con un delantero central que decidía siempre como Línder Moreira. El que más y el que menos de ese plantel tenía su historia. Llegar y ser titular no era para cualquiera. Haber jugado en ese equipo, también fue un privilegio»
El «Rata» con EL PUEBLO. Cuestiones de ayer. Y el fútbol desde la banda, «cuando los punteros eran punteros bien contra las rayas y ahí comenzaba el desnivel».
Las fotos en la memoria por aquel Ruben Grassi que vio jugar, «porque el hecho es que no era parte de una posición única. De mitad de cancha para arriba, por el lugar que fuese. Tenía genio para jugar. Se lo proponía y jugaba. A veces daba la sensación que se empacaba. Cuando se ponía las manos en la cintura. Algún descontento pasaba. Algo no estaba bien. Pero Ruben fue un fenómeno».

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Miguel Ángel Ibero. El «Rata» sin páginas amarillas. Porque no hay nostalgias. Tan solo renaceres. Bien por la punta. Por allá por la zurda. La mágica zurda. Esa de él.

        -ELEAZAR JOSÉ SILVA-
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