La Educación Inicial posee actualmente un lugar fundamental y reconocido en nuestro país. Desde la creación del primer Jardín de Infantes público en 1892 fundado por Enriqueta Compte y Riqué a la actual universalización para los niveles de 4 y 5 años, la Educación Inicial ha ido adquiriendo una trayectoria cada vez más destacada en la historia de la educación uruguaya.
Los profundos cambios en la vida y composición de nuestras familias en las últimas décadas, determinaron una incorporación masiva de niños a la Educación Inicial generando una creciente demanda de Educadores Iniciales y convirtiendo a este sector educativo en un campo laboral de enormes posibilidades presentes y futuras.
La educación que se brinda a los niños desde su nacimiento hasta los cinco años de edad se da en una etapa formativa que tiene una importancia decisiva para la evolución de los más pequeños. En este período se estructura lo básico de sus personalidades y de sus desarrollos en los planos sensitivo-motores y afectivo-sociales.
La Educación Inicial tiene como objetivos generales potenciar el aprendizaje del niño pequeño y promover su bienestar a través de experiencias significativas que estimulen la maduración en todos los planos de su vida. Así, educar en este nivel, requiere de una formación sistemática y de calidad que prepare a los futuros docentes para intervenir pedagógicamente en medios sociales cada día más complejos y diversos.
Los educadores, los padres y los miembros de la comunidad deben trabajar mancomunadamente para brindar a los niños experiencias de aprendizaje que les ayuden a desarrollar la confianza en sí mismos y a percibir el aprender como una actividad útil y agradable. Es en este período de la vida donde el juego libre constituye preponderantemente la forma más natural que tiene el niño de actuar en la realidad y un medio privilegiado de comunicación y creatividad. Por lo tanto, a través de la actividad lúdica en pequeños grupos, el niño adquiere una base sólida para aprender en todos los dominios bajo la orientación del equipo docente de Educación Inicial que implementa acciones y estrategias adecuadas.
Las prácticas pedagógicas contemporáneas ponen el acento en el niño, reconociendo sus necesidades personales, su ritmo particular y su estilo propio de aprender. El niño pequeño tiene así un papel activo en el Jardín de Infantes. En esta nueva concepción se valora la co-construcción del proceso educativo, dado que el infante pasa a ser el centro de dicho proceso. Es dentro de dicha concepción que se espera que el Educador Inicial fomente un aprendizaje donde el niño sea ante todo un ser activo, propositivo, crítico, sensible y sobre todo, protagonista-descubridor de su propio camino en la adquisición de conocimientos y habilidades.
Al socializarse en el Jardín, cada niño descubre lo que lo distingue de los demás. Esto le permite reconocerse como persona tanto en ideas, opiniones e intereses por lo que necesita de un ámbito adecuado para expresarse. Este marco le posibilita formular preguntas, aprender a escuchar a los demás y aceptar otros puntos de vista distintos a los suyos. De esta forma el niño experimenta tempranamente el ejercicio de la democracia y de la ciudadanía activa.
Considerando todo lo anterior, el centro educativo debe ser promotor en el infante del desarrollo de capacidades y actitudes fundamentales para su crecimiento ulterior, especialmente la solidaridad, la cooperación y la tolerancia. Asimismo debe auxiliarlo en la adquisición de herramientas que le permitan tanto definir su identidad, como enfrentar de manera flexible y saludable un mundo de cambios cada vez más acelerados. Recordemos que formando a los niños de hoy creamos a los adultos del mañana.
Educación Inclusiva de Calidad
Ana Irene Barla
Visibilizar, promover, generar conciencia, ponerse en el lugar del otro, empoderar, son acciones que nos llevarán a construir una mejor sociedad.
En este caso me voy a referir a la Educación inclusiva de calidad.
Partamos de que la Educación es un Derecho Humano. Por lo tanto atañe a todas las personas. Quienes poseen una discapacidad, en primer lugar son personas. Vale la aclaración ya que hoy día se sigue negando el ingreso a centros educativos de personas con discapacidad.
En Uruguay contamos con la ley 18.418 (2008), que ratifica la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006). La Ley 18.437 que es la Ley General de Educación (2008).
Ley 18651, de Protección Integral de Personas con Discapacidad (2010). Y un Protocolo de actuación (Decreto 72/017) para la inclusión de personas con discapacidad en los centros educativos. Además se han ratificado tratados internacionales con UNESCO y UNICEF. Contamos con el Instituto de Derechos Humanos (INDDHH) creado en 2008 por la ley 18.446 como garantía a estos derechos.
El Protocolo de actuación para la inclusión de personas con discapacidad en los centros educativos (Decreto N°72/017) establece en el Art. 1 su aplicación para todos los centros educativos que integran el Sistema Nacional de Educación (Público y Privado). Comprende a los centros de educación infantil privados y a los centros de educación no formal, habilitados por el Ministerio de Educación y Cultura.
La ley 18.437. Ley general de Educación (2008), garantiza el derecho a la educación sin discriminación para todos los habitantes y establece que se brinden apoyos específicos según necesidades.
Ley 18.651. Protección Integral de Personas con Discapacidad (2010). Dispone expresamente que para garantizar la inclusión se asegurará la flexibilización curricular, los mecanismos de evaluación y la accesibilidad física y comunicacional.
La Educación Inclusiva de Calidad implica varios aspectos, primero la no negación del ingreso al centro educativo sea público o privado de la persona con discapacidad.
La negación implica una vulneración del derecho a la educación de la persona. Tampoco se puede condicionar su inscripción mediante la solicitud de un acompañante y/o Asistente personal. Además ningún centro educativo puede imponer una reducción horaria a estudiantes con discapacidad. Otro tema muy importante es que no existen cupos de personas con discapacidad ni por aula ni por centro educativo. Por cualquier incumplimiento de un centro educativo sea público o privado, se puede hacer la denuncia a estas vías:
En cuanto al manejo en el aula, el estudiante con discapacidad debe estar incluido en el grupo.
Es decir, en el mismo salón realizando las mismas actividades.
Hoy día se apela a las adecuaciones curriculares, por lo general al alumno con discapacidad se le adapta el tema que se está dando en clase, ofreciéndole una tarea de acuerdo a sus avances.
Lo ideal y por lo que se brega desde hace ya unos años es por la implementación del Diseño Universal de Aprendizaje (DUA), que implica planificar y realizar actividades para todos de forma de que reciban una educación de calidad.
Se puede hacer un paralelismo con la Educación Relacional Fontán (FRE), creado por J. Fontán.
Éste método busca personalizar la educación, (llamado learning one to one), personalizar los procesos pedagógicos porque no todos aprenden igual; personalizar la educación.
Cuando se habla de DUA, se abarca distintos aspectos; desde el edilicio de modo que no existan barreras arquitectónicas para las personas de diferentes discapacidades.
Implica también el uso de tecnologías para todos de modo que faciliten el aprendizaje de alumnos por ej. con discapacidad visual, auditiva o motriz.
Desde el inicio de la planificación se debe pensar en la diversidad del alumnado y actuar en consecuencia.
El concepto de DUA comenzó en USA en la década del 70, aquí es más reciente y queda mucho por hacer.
Quienes reciban una Educación de Calidad tendrán más oportunidades en el mercado laboral.
Según Censo 2011 aportado por MIDES, el 65,5% de jóvenes entre 14 y 19 años con prevalencia de al menos una limitación (sea oír, ver, caminar o entender), están excluidos del sistema educativo.
«No se puede respetar a los derechos humanos sin tener la íntima convicción de que cada ser humano, por el hecho de ser tal, puede y debe en todo momento ser defensor y promotor de ellos.» Luis Pérez Aguirre.
Arq. Irene Barla. Diplomada en Innovación y Creatividad en Educación. Dipl. en Defensa Internacional de DDHH. Dipl. en Diseño de Políticas Públicas.