Rosario Dubarry una mujer con profunda vocación de servicio
Rosario Dubarry es una mujer con profunda vocación de servicio que dice haber heredado de su progenitor. Pertenece a una agrupación leonística de nuestro departamento y se siente plena al poder ayudar a los adultos y niños que se encuentran en contexto crítico y de extrema vulnerabilidad.
Nos cuenta de primera mano su experiencia con la niña Esmeralda Ferrao, quien fuera víctima de un siniestro de tránsito que la llevó a estar en grave estado de salud y perdió la visión. Dubarry la acompañó en el proceso y logró que Esmeralda – hoy adolescente – pueda tener sus prótesis oculares que le han devuelto la imagen de una joven como todas.

Rosario Dubarry cree firmemente en la idea de solidarizarse con el dolor ajeno y ayudar al necesitado; que esa es la clave para poder tener una vida rica y ser feliz. Se ha planteado nuevos proyectos, siempre vinculados al bien social y sostiene que la pandemia no fue un hecho al azar, sino que llegó para despertar nuestro humanismo y sensibilidad hacia la necesidad del otro.
Pertenece al Club de Leones Salto Centro y ha trabajado más de tres décadas en el la Institución Talleres del Norte. Para Rosario Dubarry, trabajar a favor de la sociedad es algo que ya forma parte de su ser, de su vida cotidiana y disfruta de estar siempre con la gente
“Trabajo en un barrio para lograr que mejoren las calles… las luces… que se mantengan los cuidados hacia el medio ambiente.
Me gusta conversar con los vecinos, que me cuenten sus problemas y ver qué soluciones podemos encontrar”
- ¿Cómo llega a la vida de Esmeralda?-
“Era chiquita… tenía apenas cinco años cuando tuvo el accidente, pegando la cabecita en el cordón de la vereda.
Ese golpe le hizo perder un ojito y estuvo gravísima, internada en el Hospital Militar de Montevideo.
Me acuerdo que teníamos una fiesta organizada para el Día del Niño en Talleres del Norte y la suspendimos.
Cuando Esmeralda salió de terapia intensiva hicimos una fiesta y llevamos carteles para darle ánimo.
Cuando recibió el alta pensamos que estaba todo bien pero no fue así.
Al encontrarme con ella vi que su párpado se estaba cerrando y solicité el permiso de su padre para llevarla a un especialista en Montevideo”.
-¿Cómo vivieron el proceso de recuperación?-”Tuvimos que viajar durante diez meses cada quince días, ya que debió hacer un tratamiento de prótesis oculary fue atendida en el Hospital de Durazno. Era necesario hacer que el párpado se le abriera para colocarle la prótesis.
El doctor dijo dentro de cuatro años Esmeralda tendrá que volver para cambiarle la prótesis porque el músculo del ojo crece y la prótesis tiene que ser cambiada.
Cuando el especialista nos avisó que teníamos que ir, yo tenía mi mamá enferma y no pude.
Después vino la pandemia y se nos complicó todo. El año pasado Esmeralda cumplió 15 años y todos nos dimos cuenta que el ojito se le estaba cerrando.
Nos comunicamos nuevamente con el médico quien nos dijo que la llevara a la clínica durante tres días y que en ese tiempo tendría su prótesis colocada.
El Club de Leones Ansina de Montevideo nos ayudó, el Presidente del Talleres Norte y muchas personas.
Estando allí en la clínica de Atlántida tuvimos que ir dos veces de tarde y dos veces de mañana a hacerse el tratamiento. Podemos decir que el Doctor Javier de Lima y su equipo son extraordinarios. Son verdaderos artesanos en prótesis facial.
Es increíble la cantidad de gente que llega a la clínica….nunca había visto la atención de de esa gente con el amor como lo hacen. Desde el médico hasta la recepcionista nos recibieron con el mismo cariño. Nos trataron muy bien eso es muy valorable. Realmente descubrimos gente maravillosa. El médico de Esmeralda hizo una llamada a un especialista en prótesis de Colombia que ya había atendido anteriormente a la joven.Inclusive este médico vino a Salto un fin de año para conocernos personalmente.
La llamada fue para crear las venitas de los ojos para la prótesis que marcó
la diferencia. Verdaderamente esos doctores son unos genios, pero aún así él doctor de Esmeralda de aquí, preguntaba siempre y consultaba a sus
colegas para no errarle ni siquiera en el mínimo detalle.
Lo cierto es que no tengo palabras para agradecer porque el costo de la prótesis es de $2000 dólares. - ¿Qué nos puede decir acerca del efecto pandemia?
-”Sobre el efecto pandemia puedo decir que nos han lastimado mucho… nos ha truncado un montón de sueños.
Hicimos un trabajo intenso para recuperar nuestra sede, ya que se llovía por todos lados y no podíamos reunirnos allí.
Conseguimos el recurso monetario con la Intendencia para la mano de obra , entonces se pudo lograr el arreglo de techos, caños y desagües la cañería del piso y la cañería del techo estaba toda deteriorada.
Fue un gran logro poder recuperar, poner la casa nuestra sede como digo yo programamos para ponerla en pie porque no podíamos abrir suspuertas”.
Una reflexión para la sociedad… - “La pandemia tendría que habernos cambiado a todos Yo creo que por algo llegó…. las cosas no pasan por casualidad. Estábamos ante un mundo muy frío… mucho ego mucha envidia mucho a mí no me importa el de al lado Creo que tenemos que abrir el corazón al hermano que sufre… por lo menos escucharlo porque si no podemos brindarle lo material, por lo menos escucharlo y acompañarlo. Le pediría a la sociedad que sea más comprensiva, más solidaria más , esperanzadora para poder así unirnos como hermanos y tratarnos como hermanos… es la única forma de salir adelante”.
-¿Cómo define a Rosario Dubarry?
“Como una mujer simple, muy debajo perfil, me gusta la gente que tiene olor a Paz… me gusta el niño que anda por las calles… el que es pobre y necesitado de todo.
Me gusta abrazarlo y sentirlo… también que él sienta que hay alguien a quien le importa. He tenido muchos golpes en la vida… pero soy una convencida que el que da, recibe.
Soy una mujer que quisiera tener más dinero para poder resolver las situaciones económicas de los demás…
Vemos la realidad cuando andamos repartiendo bollitos que nos donan en la panadería. Atendemos a nueve merenderos en barrios de contexto crítico.
Deseamos tener en nuestro club, sillas de ruedas nuevas, andadores y bastones nuevos, porque existe una gran demanda. Que cuando la gente golpea nuestras puertas, podamos contar con el equipo necesario para asistirlos”.