
Salto tiene 3 puntos. Paysandú no debutó. El clásico de Salto y Paysandú a nivel del Interior, no es nunca un partido más. No solo por añejo, sino por vigente.
Es la eterna historia de los clásicos rivales. Es el fuego que no se extingue.
La prevalencia de razones y la conjunción siempre, de esos dictados en pro de la victoria. Porque en este caso, Salto siendo local, lo básico es alcanzar los tres puntos otra vez. De esta manera se alejaría seis puntos de la «blanca», aunque sumando un partido más.
Mientras el Paysandú se expone por primera vez después de permanecer libre en la primera fecha.
Frente a Tacuarembó, lo de la selección en manos de Franco Junior Aliberti, cantado como consecuencia: altos y bajos en materia de rendimiento, sin estabilizar propiedades. Clave la victoria, por lo que supone el encendido de la motivación. Pero lo de hoy, no es un horizonte para disminuir.
Es Paysandú. Es el que llega con la orientación técnica de Carlos Cabillón y con jugadores que supusieron ser Campeones del Interior en la edición del 2019.
Habrá que calibrar a la «blanca» e ir relojeando la integración titular de Salto, acaso con mínimas variantes y una obligada por la ausencia de Javier Gómez en relación al juego ante Tacuarembó. Final de ciclo para el lateral derecho.
Salto y Paysandú se conocen bien. Demasiado bien. La información a los DT no les falta. Saben del otro y saben también de esa historia. De la eterna historia.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-