Hoy con Mariana Leal
Llegó a la comunicación como un aire nuevo, primero organizando eventos, luego conduciendo programas de radio y televisión, hasta llegar a conducir el retorno de los Fausto de APC en dupla con Juan Román, donde destacó por su espontaneidad y frescura. Conozcamos quién es Mariana Leal.
¿Cómo fueron esos primeros años de vida?
- Nací en Salto, mi familia es toda de Montevideo, pero ya cuando mis padres se habían venido a Salto por temas de trabajo de mi papá, fui la última, así que soy la más chica, y nací acá. Somos tres hermanos, Gonzalo, Paula y yo. De mi infancia recuerdo los veranos de Salto, porque viviendo en la casa donde hoy vive mi hermano, en calle Rivera, cuando pasaba el heladero, sentir la campanita y pedir el típico helado palito para tomarlo con una amiga que estaba en mi casa jugando. Recuerdo los paseos por el zoológico, muchas idas al Teatro Larrañaga, algo que me encantaba hacer con mis padres. Siempre fui muy compañera de mi mamá, como aquella gran amiga con quien jugaba, que estaba siempre, le preguntaba de todo y que escuchaba radio.
¿Dónde estudió?
- Tengo un gran recuerdo del «Jardín de Ana», porque mi generación fue la primera de ese jardín. Estudié en el Colegio Salesiano, pero me cambiaron para el Crandon en tercero de escuela, porque la idea era tener más inglés, ahí hice el resto de la escuela y el liceo, hasta que pasé al Liceo 5 en bachillerato.
¿Por dónde venía su vocación?
- Fue difícil decidirme a la hora de pensar qué iba a estudiar porque me gustaban muchas áreas y eran totalmente distintas una de la otra. En un momento me incliné bastante para medicina, siempre pensé que podría hacer psicología y cuando me fui a decidir, hice Negocios Internacionales, porque en ese momento lo veía como una carrera nueva y con futuro. Ya había tenido algunas experiencias viajando y me atraía la parte del diario de las noticias internacionales, mercados y qué estaba pasando en el comercio exterior. Entonces pensé que por ahí iba algo en lo que me gustaría trabajar, haciendo cosas para promocionar la exportación de Uruguay, así que fue por ahí que me decidí.
¿Cuándo despertó en usted la vocación por la comunicación?
- Para ser sincera, cuando iba a la Facultad y nos reuníamos en un grupo de Voluntariado, nos juntábamos estudiantes de todas las carreras y cada uno se tenía que presentar, y recuerdo que cuando me fui a presentar me decían que era de la Licenciatura en Comunicaciones, y yo les tenía que aclarar que no. Ahí me empecé a preguntar por qué todo el mundo me dice eso. En realidad, lo de la comunicación fue sorpresivo porque había comenzado a trabajar en eventos en La Calandria Polo Club, de Salto y había que hacer una publicidad, y armando el texto lo practiqué para ver cómo quedaría, imaginándome una súper voz de radio. Cuando hice la prueba les encantó y dijeron que tenía que quedar con mi voz. Después me llamaron, «¿te gustaría hacer una prueba?». Tuve la gran suerte de comenzar en América con Juan Andrés Burutarán, que era un amigo, nos conocemos de toda la vida por la Iglesia Católica haciendo pesebres cuando éramos chiquitos. Teníamos esa confianza que te lleva a estar más cómoda para hacer una dupla. Esa fue mi primera experiencia en comunicación.
Justo iba a preguntarle qué vino primero si la organización de eventos o la radio…
- Vino primero la organización de eventos. Siempre me llamó la atención el tema de los protocolos, y siempre me decía lo lindo que sería estudiar más sobre el tema. Cuando terminé mi carrera, me fui jovencita a trabajar a San Pablo, porque me había salido un trabajo en una consultoría internacional, estuve allí casi siete años. Cuando volví a Uruguay, el primer trabajo que me surgió fue relacionado a la carrera de negocios internacionales y trabajé con exportación de arándanos que recién comenzaba, primero en la empresa Midgold y después en Gamorel. Trabajé en la parte de logística, en la comercialización y después en el control de calidad de la fruta para exportación. Fue una experiencia lindísima, pero el sector se entró a complicar muchísimo, y entonces me quedo sin trabajo. Me intereso en los eventos, tuve un contacto con Bernardo de La Calandria, y comencé a participar de las fiestas viendo cómo se organizaban, y empecé luego a estar más expuesta que me fue llevando para el lado de la comunicación.
Luego de muchos años, en 2019 volvieron los Fausto de APC y usted fue elegida como una de sus conductoras, ¿qué fue esa experiencia para usted?
- En la previa, un desafío increíble, sentí muchos nervios, pensaba que tenía que hacerlo bien, pero también tenía ganas de darle un toque que fuera diferente a las demás conducciones. Me sentí súper cómoda con la dupla que hicimos con Juan (Román), con quien no nos conocíamos. Fue todo un desafío estar frente a las cámaras y tantos focos, pero la causa que tiene el Fausto reconociendo a diferentes personas por lo que habían logrado o hecho, es algo que te moviliza internamente. Pero además, justo estaba uno de mis sobrinos, Octavio, que recibía el Fausto, entonces fue más emocionante todavía. Al año siguiente llegó la televisión, conduciendo un programa. Es decir que en poco tiempo, de organizar eventos, pasó a la conducción de programas de radio y televisión. ¿Qué es la comunicación para usted?
- Se convirtió en algo súper importante en mi vida, no me lo hubiera imaginado, pero me parece increíble la comunicación. Me encanta, disfruto trabajar en la radio. En televisión siempre cuesta un poquito más porque una muestra la imagen, donde surgen esas inseguridades de gustar o no. Lo interesante de la comunicación es esa posibilidad de informar, de divertir. En momentos como los que venimos viviendo, lo más importante para mí es tratar de pasar buena energía, y si se puede dejar algo, mejor.
Uno como persona es consecuencia de un proceso de formación, desde el hogar, la educación. ¿Qué le ha aportado la fe católica?
- La tuve en mi vida siempre, para mí es un pilar importantísimo. En la vida todo lo mueve el tener fe. Tener siempre presente esa protección, esa oración que uno hace antes de hacer algo o de tenerlo presente ante un problema, para mí es fundamental. La fe católica me acompaña y es necesaria. Es lo que trato de transmitir a mis hijos, esos valores y educación cristiana que es la que me mueve y acompaña todos los días.
¿Cómo ha vivido este tiempo de pandemia?
- Cuando recién comenzó, recuerdo que estábamos haciendo como ahora un programa de verano, «El Semáforo Summer», y lo vimos como algo tan lejano, que no iba a llegar ni soñando. Recuerdo ese momento porque hasta hacíamos bromas para tomarlo desde un lugar más divertido. Luego me pareció increíble cómo fue avanzando tipo tsunami por todo el mundo. Tengo que confesar que me dio mucho miedo cuando llegó a Uruguay. Tuve que decidir si continuaba trabajando en la radio o si me quedaba en casa con mis hijos para ayudarlos a tener las clases online, que era algo totalmente nuevo, y en mi caso con los dos más chicos que para manejarse solos había que enseñarles todo, desde la herramienta informática hasta manejarse con la maestra y prestar atención, que fue un papel bastante jugado para todas las mamás. En ese momento había que tomar una decisión y decidí quedarme en casa para ayudarlos y estar, organizar la casa y poner de mí como madre y como maestra de casa. Lo viví con mucho miedo, recuerdo que no paraba de mirar los informativos y parecía que me iba a volver loca. Después me empecé a tranquilizar y verlo de una forma más madura, tomando consciencia que esto estaba entre nosotros, que era una realidad y que debía tener cuidado y enseñar a mis hijos que se cuidasen.
Dicen que el 2020 fue el año de adquirir experiencia, ¿cómo espera que sea el 2021?
- Creo que el 2021, si nos toca de nuevo estar en casa sin clases presenciales, lo vamos a tomar con otra experiencia, ya sabemos qué funciona y qué no funciona, lo que es necesario instaurar en la familia, tener cuidado con la alimentación, tratar de tener un tiempo para la recreación al aire libre, en lo que se pueda, para tratar que la mente esté sana, y no sentirse tan encerrados, tan agobiados, tratar de tener esos espacios que van a ser fundamentales. Tomando los cuidados, de a poco la podremos ir llevando.
De todas maneras, lo que está pasando ahora en verano, de que todo el mundo iba a querer salir, hacer vida normal y olvidarse, porque la gente en el verano trata de olvidarse del trabajo, de las responsabilidades y de un montón de cosas porque solo busca disfrutar, por eso tenemos que tomar conciencia de que se puede disfrutar, pero tener claro qué es lo que se puede y lo que no se puede hacer, porque si no, ni me cuido ni cuido a los demás. Pero en base a lo que hemos vivido, el 2021 lo vamos a transitar un poco mejor.
Hoy por: Leonardo Silva