«Que cada categoría, en lo posible, tenga lo mejor que pueda tener. Ir a la cancha y que ellos jueguen, es un acto de adhesión hacia el club. Por eso, quienes estamos en el área que fuese de Cerro, importa generar la mayor dignidad posible para los gurises, incluso a la hora del traslado a la cancha»
-Ese pensamiento que rige en Sportivo Cerro Fútbol Club, por eso no tanta sorpresa en que los planteles juveniles se trasladaran a la cancha de Progreso, en una unidad obtenida a esos fines.
El ómnibus en movimiento y la disciplina colectiva que se pretende dejar en claro. Una vez finalizado el partido, la merienda inmediata, «para reponer energía después del esfuerzo». El plantel, juntos ellos, para compartir el momento que también suma para crear el necesario grupo humano. Acentuación de ideas que ya el año pasado impuso Wilson Colinet cuando llegó para liderar el Cuerpo Técnico. Aunque en el caso de Wilson, la certeza es que «para él, todo lo relativo a los jugadores no solo como partes de 90 minutos, sino también que el hecho de socializarlos supera la frontera de una cancha. Es de los que mide la influencia de los entornos».Cerro volvió a la escena en divisiones juveniles, para recuperar esquema de acción, en la medida que se fueron acoplando jugadores tras aquel vaciamiento que lo trasladó a un plano secundario. La cantera de Cerro llegó para quedarse. Y con esa dignidad que no falta.
