TIEMPOS II. Dicen que el tiempo es relativo. En realidad, discutiendo filosóficamente con mi hijo, me enseñó que el tiempo es una construcción humana, por ende, manuable. Me dejó pensando, y nada, sigo pensando qué quiso decir.
Uno pensaba que el tiempo estaba ahí e iba transcurriendo monótonamente y sin embargo, pareciera que podemos controlarlo y llevarlo de aquí para allá, al menos desde un marco teórico. Mis conocimientos de física cuántica no llegan a ser suficientes como para discutirle a mi hijo de solo 18 años que ya maneja, como todo joven (sic), ese tipo de temas.
Intentaré entonces explicarlo (y explicarme) con algunos ejemplos de nuestra clase política. Justo ayer vi una hermosa película argentina de este año que nos puede ir preparando para la que nos espera, con las sólidas interpretaciones de Diego Peretti, Julieta Cardinali y Víctor Laplace, con el título de “Doble discurso”, nos muestra cómo son las campañas electorales cruzando el charco (sin Dady Brieva).
Pero veamos lo del tiempo. La pandemia afectó el proceso electoral en 2020. Las elecciones departamentales debían ser el último domingo del mes de mayo, pero fueron pospuestas para el último domingo del mes de setiembre, o sea que se estiró cuatro meses más la campaña electoral. ¿Qué hicieron nuestros políticos con esos cuatro meses de hándicap que les dio la pandemia?
Uno puede suponer que esos cuatro meses fueron oro porque les permitió fortalecer a todos sus presencia electoral, y sin embargo, no todos supieron aprovecharlo. Para algunos el tiempo funcionó para mejorar su performance mientras que para otros sirvió para deteriorar aún más sus relaciones, llegándose a hacer durísimas acusaciones a quienes parecía que serían socios naturales como en el pasado reciente.
Conversamos luego de todo lo que pasó con cada uno de los protagonistas. Les paso en limpio. El Intendente Andrés Lima dijo que ese parate de cuatro meses le vino como anillo al dedo, porque si las elecciones hubiesen sido en mayo, habría tenido que presentarse con unas siete listas, aproximadamente, pero ese tiempo adicional del que gozó, supo aprovecharlo, y finalmente fue una veintena de listas las que propusieron su nombre, alcanzando a tener el 40% de los votos. Por otro lado, los otros candidatos fuertes, el Senador Germán Coutinho y Carlos Albisu, se dieron cuenta con el diario del lunes que si hubiesen sumado los votos de todos los sectores y partidos que forman parte de la coalición republicana nacional, hubiesen alcanzado a tener el 60% de los votos, y por ende, hubiesen ganado las elecciones. Pero en este caso, el tiempo operó en contra de sus intereses personales, provocando una mayor tensión, diferencias irreconciliables y divisionismo.
En este caso, el tiempo fue una oportunidad para quien la supo aprovechar. Mientras que para los otros, conspiró en su contra.
Pasados casi cuatro años, el tiempo vuelve a ser protagonista en el siguiente proceso electoral. Si bien Andrés Lima ya no puede volver a ser candidato a Intendente por impedimento constitucional, los demás siguen en carrera. Pero Lima y su fuerza política llevan una experiencia de 52 años y monedas en el manejo de una coalición política, mientras que sus adversarios, aún tienen que aprender a convivir fraternalmente como una nueva coalición que todos dicen que es necesaria, pero que hasta la semana pasada nadie se animó a afirmar que ya existe. Están trabajando en ello, dicen, pero el tic tac del reloj y las hojas del calendario siguen avanzando cada vez más rápido para quienes aún siguen elucubrando qué van a hacer.
El tiempo acá es relativo, y funciona distinto para cada uno. Pero como aún no entienden que se trata de una construcción humana, tampoco pueden domarlo, porque no saben cómo hacerlo.
Hasta la semana que viene…