Actualmente la tecnología es mirada con cierta expectativa, ansiando su llegada, por parte de los empresarios, mientras que los trabajadores lo hacen con determinado recelo (basados en las consecuencias que observan).
El hecho es que paulatinamente la tecnología ha ido sustituyendo a los trabajadores, sobre todo a los realizan tareas más elementales, vale decir a los menos especializados.
Pero de continuarse por este camino, “todos” o “casi todos” los trabajos serán sustituidos por las máquinas.
Creemos que lo que más falla en estos momentos es precisamente el criterio con que se maneja esta realidad. En primer lugar diremos que la llegada de tecnología y su avance o desarrollo es inevitable.
Pero como una herramienta más, que lo es, puede usarse para sustituir un empleo humano o para facilitar o mejorar éste, disminuyendo su horas de trabajo con igual rendimiento o bien evitándole a este las tareas más pesadas.
Si así fuera no sería “mal visto” por los trabajadores, sino todo lo contrario debido a que le ayudaría en su desempeño. La cuestión es que quien hoy se desempeña necesitando varios puestos humanos, ve esperanzado cómo la tecnología avanza y aunque no lo diga espera en el futuro suprimir varios trabajadores humanos por máquinas que hagan el mismo trabajo.
Así hemos visto como tareas que antes las hacia un trabajador, ahora la hace una máquina. Así hemos visto como la colocación de las tapas, los precintos y otros elementos que antes se hacía por un ser humano, ahora la hace una máquina.
Sobre todo las tareas repetitivas y menos especializadas son las primeras en ser sustituidas. Lo que falla –para nosotros- es el criterio con el cual se maneja la tecnología actual.
Si la empleáramos para producir más y mejor. Para mejorar las condiciones del trabajador o para acceder a otros beneficios, todo estaría bien. Si en cambio sólo se aguarda su perfeccionamiento basados en que por el momento no se paga ningún impuesto por este motivo, ni se enferma o falta, y por lo tanto puede sustituir con creces un trabajador, vamos por mal camino.
Es un verdadero desafió y creemos que pronto estará planteado con total crudeza entre nosotros. En tanto los gremios y sindicatos siguen apostando a obtener más y mejor remuneración, mejores condiciones de trabajo, cosas totalmente legítimas, pero no se deben descuidar de otros desafíos, como prepararse para lo que se viene, porque luego será más difícil resolverlos.
A.R.D.
