Este jueves, llegó a 89 años de edad Luis Landriscina, ¿tal vez el artista más popular del Río de la Plata, sostenidamente, en las últimas décadas? Es probable. De lo que no hay dudas, es que muy difícilmente se halle alguien que no le guste su arte, y cuando se lo halla (porque alguien siempre hay), asimismo lo respeta. Eso no lo consigue cualquiera, en ninguna disciplina.
Este notable cuentista oral, también actor, recitador, compositor de letras, nació en el Chaco – Argentina, el 19 de diciembre de 1935 y su verdadero nombre es Luigi Landriscina. Sus padres (Luigi Landriscina y Filomena Curci) habían llegado de Italia con dos hijos, mientras que otros (como Luigi) nacieron en Argentina. De ahí que este hombre, narrador costumbrista y maestro del humorismo, se siente de alguna manera un «casi gringo»…
Yo soy del Chaco argentino,


nacido en esta región
soy tan hijo de esta tierra,
que me siento emparentado
al quebracho colorado
y al capullo de algodón.
En mis venas corre sangre
de la Italia forjadora,
de la estirpe labradora
que en mi patria se afincó.
Fueron gringos mis dos padres
y también mis dos hermanos
que desde suelo italiano,
con la América soñaron.
Aquel sueño y el destino,
los empujaron un día
a dejar toda una vida
por otra, tal vez mejor
y en un buque se embarcó
con lágrimas mi familia,
porque allá dejaron todo
con sus penas y alegría:
a la patria, a sus amigos,
a sus padres, a la villa,
a los sueños de la infancia,
que eran carne de ilusión.
Más sus pupilas mojadas
con llantos de mil ausencias
se secaron de esperanza
al ver esta noble tierra
que esperándolos estaba
para borrar con su sol,
las noches de tantas guerras;
que esperaba para darles
un arado y una reja,
trigo de paz para el pan
y un rancho para querencia.
Así llegaron al Chaco,
mis hermanos y mis padres
plantando una humilde chacra,
rodeada de quebrachales
pagando en sudor de sangre
sus blancos algodonales
y olvidando con trabajo,
la noche de sus pesares.
Luego, Dios, que nunca olvida,
premió el sufrir de mi madre
con un puñado de hijos,
tan rubios como trigales
y trigueños color sombra
de adentro de los obrajes.
Entre ellos, llegaba yo
a ver la luz de este Chaco,
a escuchar sin comprender
los mil murmullos del campo
a gastarme las rodillas,
gateando por todo el rancho
y prenderme de mi madre,
para dormirme mamando.
Yo ni contaba dos años,
cuando mi madre partiera
para dar vida a otro hermano.
Ya nunca la volví a ver,
ya nunca estuvo en el rancho,
solo volvió mi familia,
todos de negro y llorando
y mi hermana la mayor,
mientras me alzaba en sus brazos
trató de hacerme entender,
que mi madre no estaría
nunca jamás en el rancho….
porque Dios la había llamado
para tenerla a su lado.
La chacra quedó en silencio,
todos hablaban despacio
y yo recorría el patio
siempre buscando y buscando;
màs un dìa se quebrò
el silencio con un llanto
que brotaba de la cuna
hecha de rústico palo:
hacia adentro fui corriendo,
los ojos grandes mirando,
y asomado a la cunita,
he visto de cerca el llanto….
Era un trueque del destino,
mi madre por un hermano:
así terminó su vida,
dejando otra vida en cambio,
y se internó tierra adentro
por sujetarnos al Chaco:
porque si yo tengo sangre
de esa gringa de otros pagos,
también la tiene la sombra
profunda de los quebrachos.
Y si sus huesos y carnes
viven en mi ser andando
también viven en la tierra
de una tumba de este pago
y están abonando el suelo,
caliente de nuestro Chaco.
Por eso es que yo me siento
emparentado a esta tierra;
por eso es que yo teniendo
tanta sangre de italiano
me siento tan argentino,
tan chaqueño y tan hermano
de las chacras, de los montes,
de los indios mocovíes,
de los tobas y matacos,
razas todas que en la selva
de entre los cardos brotaron
como fruto de esta tierra
donde mi madre ha quedado.
Todo tiene algo que ver
con mi sangre y su pasado…
Por eso, aunque casi gringo,
lo quiero tanto a mi Chaco.
EN SALTO
Hace algún tiempo, el contacto con artistas y periodistas de otras partes del Uruguay, nos permitió saber que Salto es, sin lugar a ningún tipo de dudas, uno de los puntos de este país donde Landriscina es más admirado, valorado y casi (o sin el “casi”) idolatrado por muchos.
No en vano, hay una emisora (Radio Libertadores) que desde hace más de 20 años, ininterrumpidamente, difunde sus cuentos apenas pasado el mediodía; se trata de un espacio llamado “Sobremesa con Landriscina” y tiene un rating de audiencia llamativamente altísimo.
Pero no olvidemos además, que Luis Landriscina estuvo en Salto en varias ocasiones, siempre para presentar su show sobre un escenario y con Carlos Ardaix como principal impulsor. Precisamente Ardaix recordó en diálogo con EL PUEBLO, que el artista estuvo en lugares como el Parque Harriague (con el Atlético Osimani), el Club Nacional, Salto Uruguay, Universitario, Teatro Larrañaga, Colegio Salesiano…
ALGUNAS VIRTUDES DE LUIS
Famoso por su estilo único para contar historias y anécdotas, especialmente relacionadas con la vida rural y las costumbres de pequeños pueblos del interior, Landriscina ha logrado destacarse no solo por su capacidad humorística, sino también por su habilidad para captar la esencia de nuestras tradiciones y transmitirlas de modo insuperable mediante la palabra.
Maestro del humor criollo: Su capacidad para contar cuentos con un lenguaje sencillo y pintoresco lo ha convertido en una figura emblemática del humor en diferentes países. Su estilo cercano y respetuoso logra conectar con personas de todas las edades.
Rescate de la cultura popular: A través de sus historias, ha jugado un papel clave en preservar y difundir las tradiciones y el habla popular.
Calidez humana: No son pocos (entonces no ha de ser casualidad) quienes destacan su humildad y calidez como persona. En entrevistas y presentaciones siempre transmitió valores como el respeto, la solidaridad y el amor por las raíces.
Un humor sin agresión: En un mundo donde el humor puede ser a veces ofensivo o divisivo, Landriscina optó por un humor sano, sin burlas ni malicia, que busca unir en lugar de separar.
DOCTOR HONORIS CAUSA
Allá por el año 2006, este hombre recibió el máximo galardón que entrega la Universidad Nacional del Nordeste (Argentina). Fue “por considerarlo un ícono y preservador de la cultura regional” que “el Consejo Superior de la casa de altos estudios decidió declararlo Doctor Honoris Causa”.
En una parte de la fundamentación de esta entrega se lee: “Entusiasta defensor de la cultura local, Landriscina ofreció a la Argentina más de cuarenta años de sonrisas. Su trayectoria plagada de premios y distinciones es parte hoy del legado cultural de todo un país. En sus bodas de oro, la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), quiso sumar un nuevo reconocimiento a este chaqueño otorgándole el título de Doctor Honoris Causa. Se trata de un galardón únicamente concedido por la institución a quienes hayan contribuido al desarrollo de la región. Únicamente se declara profesor honorario a las personas no docentes de la Unne que acrediten aportes a la universidad o realicen una contribución a la cultura o a las ciencias”, reza el estatuto de la casa de estudios. Este es un premio entregado pocas veces, aseguró el Secretario Académico Orlando Maccio. Entre las personalidades que recibieron este título se destacan el cantautor Gonzalo “Pocho” Roch, el Poeta Aledo Meloni y el Doctor Edgardo Rossi. La propuesta de entregar este premio a Landriscina la presentó el rector Oscar Valdés.
En ese marco de premiación, el periódico argentino El Litoral escribía: “En 1968 Landriscina firmó su primer contrato discográfico al que le siguieron 36 más hasta su despedida realizada en Villa Ángela 42 años después. En sus comienzos el chaqueño actuaba todos los domingos en el Canal 13 de Santa Fe junto a un elenco integrado además por Ramona Galarza, Los Cantores del Alba, el Ballet de Ismael Gómez y Néstor Fabián, fue así que logró una enorme trascendencia en todo el Litoral. En Buenos Aires, se sucedieron sus participaciones televisivas («Sábados continuados», «Completísimo») y Canal 13 le ofreció realizar un micro de humor, todas las noches antes del noticiero. A principios de los ’70 su popularidad se multiplicó e incursionó en la radio: «Mano a mano con el País», esto lo llevó a realizar, cada año, más de 130 presentaciones en festivales entre los meses de octubre y febrero. Elegidos por el gusto popular, en 1971 comenzó a realizar temporadas en Mar del Plata. Primero en la Confitería París, luego en el Hotel Provincial y más tarde en el Hermitage. Paralelamente, se suceden los discos y las presentaciones en el exterior. Desde 1965, y a lo largo de toda su carrera, Landriscina visitó Uruguay, Chile, Paraguay, Puerto Rico, Israel, Estados Unidos, Canadá y Australia”.