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jueves, agosto 14, 2025
Columnas De Opinión
Alejandro Irache
Alejandro Irache
Licenciado en Psicología por la Universidad de la República(UDELAR). Habilitado por el Ministerio de Salud Pública (MSP). Atiendo a adolescentes y adultos, con foco en procesos de angustia, depresión y crisisexistenciales. He complementado mi formación con estudios en psicología laboral, selección de personal IT, psicología del deporte y salud mental grave,realizados en la Universidad de Palermo y en el Centro Ulloa (2024).

¿Y si el síntoma tiene algo que decirnos?

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«El síntoma es un significante de un significado reprimido, inscrito en la cadena significante del inconsciente que funciona como un lenguaje.»

Lacan, J. (1975-1976). El seminario 23: El sinthome.
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Los síntomas, aunque incómodos, son como las cartas que nos escribe nuestro inconsciente. No son solo problemas, sino mensajes que nos piden atención. En lugar de apresurarnos a eliminarlos, el psicoanálisis nos invita a escucharlos con curiosidad y paciencia. Al hacerlo, podemos descubrir cosas sobre nosotros mismos que no sabíamos: deseos, miedos o recuerdos que han estado guardados. Este camino no siempre es fácil, pero puede llevarnos a un bienestar más verdadero, uno que no solo quita el dolor, sino que nos ayuda a entendernos mejor como personas.

¿Qué es el síntoma?

En psicología, el síntoma es como una señal que envía nuestra mente o nuestro cuerpo para decirnos que algo no está bien o que algo necesita ser atendido. Puede aparecer como una emoción intensa (ansiedad, tristeza), un pensamiento repetitivo, un comportamiento extraño o incluso una molestia física sin causa médica clara. En lugar de verlo solo como “un problema que hay que quitar”, muchos enfoques —como el psicoanálisis— lo entienden como un mensaje disfrazado, una forma en que nuestro inconsciente comunica un conflicto interno o una necesidad no expresada. En pocas palabras: el síntoma es un lenguaje que, aunque incómodo, nos da pistas sobre lo que ocurre en lo más profundo de nosotros.

Una mirada diferente al síntoma

A menudo, cuando sentimos ansiedad, miedo intenso, dolores sin explicación médica o comportamientos repetitivos, nuestra primera reacción es querer eliminarlos rápidamente, ya sea con medicamentos o técnicas que reduzcan el malestar. Pero el psicoanálisis, una corriente iniciada por Sigmund Freud y enriquecida por pensadores como Jacques Lacan, nos invita a pensar de otra manera: el síntoma no es solo un problema, sino una especie de mensaje secreto que nuestra mente envía. Es como si nuestro inconsciente estuviera tratando de decirnos algo importante que no podemos expresar directamente.

En este enfoque, el síntoma es como un rompecabezas. No se trata solo de “apagarlo”, sino de entender qué está tratando de comunicar. Por ejemplo, Freud descubrió que, al ayudar a sus pacientes a descifrar el significado oculto de sus síntomas, estos a veces desaparecían. Esto sugiere que los síntomas tienen un propósito: son una forma en que nuestra mente encuentra un equilibrio, aunque sea imperfecto, frente a emociones o deseos que no sabemos cómo manejar.

El síntoma como un código para descifrar

Imagina que el síntoma es como un mensaje en clave, parecido a un sueño o a una frase que no entendemos al principio. En medicina, un síntoma como un dolor de cabeza suele apuntar a una causa física concreta, como una migraña. Pero en el psicoanálisis, un síntoma como ese mismo dolor puede estar conectado a algo más profundo, como una preocupación o un deseo que no reconocemos. Por ejemplo, una persona que siente ansiedad todo el tiempo podría estar expresando, sin saberlo, un miedo a ser abandonada o una culpa que no ha enfrentado.

Freud, en sus estudios, notó que algunas veces los síntomas surgían de palabras o experiencias que las personas habían “olvidado” o reprimido, pero que seguían afectándolas. Por ejemplo, un dolor físico sin causa médica podría ser la forma en que el cuerpo “habla” de una emoción que la mente no puede expresar. En la terapia psicoanalítica, se trabaja con el paciente para explorar estos mensajes, como si fueran pistas de un misterio personal. Al entender qué hay detrás, el síntoma puede empezar a perder su poder.

El síntoma como organizador de la vida

Además de ser un mensaje, el síntoma también puede ayudarnos a organizar nuestra vida interior, aunque suene extraño. Por ejemplo, los niños que tienen fobias, como miedo a los perros o a la oscuridad, a menudo usan ese miedo como una forma de manejar otras preocupaciones más grandes, como la sensación de que algo falta en su mundo (quizás la seguridad que da un adulto). Freud analizó el caso de un niño llamado “Juanito”, que tenía miedo a los caballos. Con el tiempo, se descubrió que ese miedo representaba algo más profundo: una manera de lidiar con la ausencia de una figura protectora.

Lo mismo pasa con otros síntomas. La ansiedad, por ejemplo, puede hacer que una persona evite ciertas situaciones, dándole una sensación de control. O una compulsión, como lavarse las manos muchas veces, puede calmar temporalmente un malestar interno, aunque no resuelva el problema de fondo. En este sentido, el síntoma actúa como un “parche” que nos ayuda a seguir adelante, aunque no sea la mejor solución.

Ejemplos para entender mejor

  • Fobias en los niños: Un niño que le teme a los perros puede estar expresando, sin saberlo, un miedo más profundo, como la inseguridad en su entorno. Ese miedo al perro organiza su mundo, dándole una “explicación” a su angustia.
  • Ansiedad constante: Si alguien vive siempre preocupado, esa ansiedad podría estar conectada a un miedo inconsciente, como el temor a no ser querido. La ansiedad se convierte en una señal de alerta que guía sus decisiones diarias.
  • Comportamientos repetitivos: Lavarse las manos o contar cosas una y otra vez puede ser una forma de calmar un conflicto interno, como querer algo que sentimos que está “prohibido”. Es como si la mente encontrara una salida temporal para la tensión.
  • Dolores sin causa médica: Un dolor de cabeza o un problema estomacal que no explica la medicina puede ser el cuerpo hablando de algo que no sabemos decir, como una tristeza o un recuerdo doloroso que hemos guardado.

¿Por qué no basta con “apagar” el síntoma?

Muchas veces, recurrimos a medicamentos o técnicas rápidas para eliminar el síntoma, y eso puede aliviar el malestar por un tiempo. Pero si no entendemos qué está detrás, el problema puede volver de otra forma, como un nuevo síntoma o una sensación de vacío. El psicoanálisis nos anima a escuchar el síntoma en lugar de solo querer callarlo. Preguntarnos: “¿Qué está tratando de decirme esta ansiedad, este dolor, este miedo?” puede abrir la puerta a entender mejor quiénes somos y qué necesitamos.

Si tratamos el síntoma como algo que solo hay que quitar, corremos el riesgo de ignorar una parte importante de nosotros mismos. Por ejemplo, alguien que toma pastillas para la ansiedad sin explorar su origen podría seguir sintiendo un vacío interno, porque el mensaje del síntoma no fue escuchado. En cambio, al trabajarlo en terapia, podemos descubrir historias, emociones o deseos que estaban escondidos, y eso puede llevar a un alivio más profundo.

Recursos adicionales

📘 Libro recomendado: El cuerpo lleva la cuenta (The Body Keeps the Score) — Bessel van der Kolk. Un texto contemporáneo y riguroso sobre cómo el trauma se inscribe en el cuerpo y produce síntomas —desde dolor crónico hasta trastornos del estado de ánimo y somatizaciones—. Van der Kolk combina neurociencia, clínica y casos clínicos para mostrar por qué ciertos síntomas persisten si no se interviene en la memoria corporal. Es lectura esencial para quien quiera comprender el síntoma más allá del diagnóstico: como huella, modo de memoria y posibilidad de curación.

📺 Documental: «Hysterical Girl», de Kate Novack (cortometraje documental, New Yorker / The New York Times). Este emocional documental revisita el caso de la “Dora” freudiana, contraponiendo la interpretación de Freud con una reconstrucción reflexiva del sufrimiento femenino. Destaca cómo los síntomas pueden silenciar voces vitales, revelando la disrupción entre el síntoma y su verdadero sentido retorcido por el poder simbólico del analista.

🎬 Película recomendada: A Dangerous Method (Un método peligroso, 2011, dir. David Cronenberg). Drama histórico que reconstruye las relaciones entre Jung, Freud y Sabina Spielrein, y muestra la clínica de la histeria, la transferencia, el conflicto entre deseo y norma, y el nacimiento del psicoanálisis. La película ofrece una representación intensa de cómo los síntomas (histeria, sueños, actos) guardan historia subjetiva, y cómo la palabra clínica intenta decodificarlos.

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