Los neutrales se afincaron en el imperativo de jugar en el estadio. Cuando sesiones atrás se planteó una evaluación de asistencia de público y recaudaciones, se admitió desde todos los frentes de opinión, que «haber priorizado el Dickinson fue un acierto».

El presidente LUIS ALBERTO ARRESEIGOR, postergó cualquier tipo de vacilación argumental, para apuntar que «no puede discutirse que el aficionado quiere seguridad cuando se trata de ir al fútbol. Al Dickinson va y a otras canchas no va: así de simple» Para el secretario de la Liga, Dr. ALAN KUCHMAN, lo relativo a «la comodidad, tampoco es un tema menor. Al Dickinson puede ir la familia, porque es posible sentarse para ver un partido de fútbol». El secretario no deja de interrogarse: «pregunto si tenemos un escenario mejor que el estadio. Si las consecuencias a favor se vienen planteando, la idea de priorizarlo tiene demasiado que ver».
El hecho es que, a nivel de delegados, ningún cuestionamiento a los neutrales por haber planteado aquel objetivo: el Dickinson por sobre todos. El año en que TODOS LOS CLUBES EMBOLSAN DINERO PARA SU ARCAS, sin tener que pensar en cubrir presupuesto alguno. El año en que la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande lo solucionó todo. De cabo a rabo.