Cuando oímos que las encuestas indican que para los uruguayos la seguridad es el principal problema y los visitantes destacan el hecho de la seguridad que existe en nuestro país, pensamos que algo no coincide.
¿Será que el mundo o la región está tan mal que lo nuestro le parece inusual? ¿Será que nosotros exageramos por la tranquilidad perdida y la inseguridad que existe hoy? Es que lo que no vemos o no le prestamos la tención que se merece es precisamente la evolución de esos problemas.
Años atrás, hace de esto más de tres décadas, visitamos la provincia de Santa Fe, no conocemos Rosario, pero ya en aquel entonces se destacaba el hecho de que sólo la ciudad de Rosario, tenía más habitantes (alrededor de 5 millones) que el Uruguay todo, aunque no era la capital de la provincia.
En aquel entonces todas eras loas para dicha ciudad. No había mayores problemas de seguridad, aunque Argentina vivía bajo plena dictadura. No estamos atribuyendo al gobierno “fuerte” el acierto de bajar los delitos y ganar en seguridad.
Es que recién comenzaban a insinuarse algunos problemas que no fueron bien resueltos. Hoy las autoridades reconocen que el 12 por ciento del territorio de la ciudad está en manos del narcotráfico, que “manda”, “hace y deshace allí según su voluntad”.
La situación es compleja, pero hay un hecho que no es menor y mientras no se le reconozca y se le hinque el diente, no será posible cambiarla. Hechos recientes confirman lo que y a todo el mundo sabía, pero nadie reconocía. El narcotráfico existe porque la corrupción le abre muchas puertas y sin éstas abiertas no sería posible.
Las autoridades lo saben. El pueblo lo sabe y los narcotraficantes se aprovechan de estas situación. El dinero que se maneja es abundante y es el que más corrompe. No en vano se ha sostenido que en nuestro país un millón de compatriotas (mas del 30 por ciento), está ya en morosidad y por lo tanto fuera del mercado financiero.
En esta situación si ”alguien” le ofrece “equis” cantidad de dinero para “mirar para otro lado o “liberar” cierta zona, ¿cuántos compatriotas se resistirán a esta tentación?
Estamos ante un problema multicausal, que no se arregla endureciendo uno de los aspectos, ya sea la represión, la penalización o la prevención misma. Tiene también su pata social y es tan importante como las otras.
Equivale a decir que no podemos esperar soluciones parciales, porque el tema se aborda en toda su dimensión o tarde temprano seremos otra de las ciudades “copadas” por la delincuencia.
A.R.D.