La reciente intimación «de un pueblo», de Bella Unión y el cercano pueblo de Mones Quintela en la localidad de Calpica, nos despierta intriga.
La situación que fuera revelada a través de una publicación judicial en EL PUEBLO, tiene algunas particularidades que no deben pasarse por alto.
En primer lugar, es una situación que se arrastra de mucho tiempo a esta parte, probablemente veinte años o más y en situación similar se hallan otras grandes empresas, no sólo de Bella Unión.
No opinamos sobre el fondo de la cuestión, porque honestamente, entendemos que lo que corresponde es que a las deudas con el Estado haya que pagarlas, por la sencilla razón que es dinero prestado por todos los uruguayos.
No se hizo así, por ejemplo con los bancos «rescatados».
Por lo tanto, no sólo en estos dos casos puntuales, sino en todos los demás, debió haberse seguido el mismo camino. ¿Se lo ha hecho?. La respuesta es obvia NO.
En segundo lugar, llama poderosamente en la situación que el demandante sea la OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto), institución que no es habitual que aparezca como ejecutante en estos casos, porque tenemos entendido que no es una prestataria, precisamente.
No menos llamativo resulta el hecho de que entre los intimados aparezca el actual Ministro de Ganadería cuando es un secreto a voces que su silla está siendo «sacudida», por otros sectores dentro del mismo gobierno.
No estamos opinando sobre la labor del ministro, ni de sus posiciones en materia de políticas agropecuarias, tampoco sobre la justicia de la acción que se persigue, Lo que estamos haciendo es tratando de ver que encierra esta situación, porque obviamente no nos convence de que sea «lo que se hace en todos estos casos…»
Resulta obvio afirmar que no es pensable embargar todo un pueblo. Entonces ¿qué salida se propone?. ¿No estará allí el cangrejo debajo de la piedra?. ¿¿No será el Ministro precisamente el blanco de esta situación?
Entendiendo que una labor irrenunciable del periodismo es la de dudar y sospechar de las acciones que alguien hace públicas, tratando de saber que hay detrás de ellas, simplemente la estamos planteando, porque no nos gusta que nos usen tontamente.
Alberto Rodríguez Díaz
Secretario de Redacción
