El más que aceptable primer tiempo de Gladiador. En el ordenamiento táctico y en la actitud. Lo complicó a Ferro. Le quitó influencia en el trámite. Un ajuste defensivo, la gravitación de Braian Bermüdez, más esa dinámica por Gastón Elías en el ida y vuelta.
Por eso en los 34′, cuando la pelota llegó al área, y cuando Gastón Elías le metió una «jopeada» bárbara al segundo palo. Fue el 1 a 0 de Gladiador.
¿Y fue sorpresa?: no. Por lo apuntado.
Por ese Gladiador en función de una toma de conciencia general, sin caer en la inocencia de partidos pasados, incluso conservando el equilibrio. Recién en los 40′ Javier Vargas mandó un frentazo asesino que Antony Costa evitó en muestra de calidad de excepcióm
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Claro, hasta ahí ese primer tiempo. Hasta ahí, la generosidad del Gladiador fortalecido en la línea teórica, que se volvió ejecución. Pero en la recta final, es cuando comienza a transformarse Ferro. En ese gol de Javier Vargas a los 3′ cuando el cabezazo se hace gol.
El mismo floridense para entrarle de sobrepique a los 17′, para que Antony Costa saque otra vez. Recién a los 22′ Gladiador produjo arriba, con un remate desviado de Gastón Elías.
Fue el tiempo del progresivo apagón general de Gladiador, porque además se quedó sin delanteros, y cada excursión ofensiva terminó en la decepción de no poder. Y no pudo.
Ferro Carril le tiró con la carpeta. Es verdad. En la media hora el turno del «Yaca» Lima y Antony otra vez. La tercera pelota de gol.
El Ferro de la autoridad para ejercer control, para ir potenciando la influencia de Nicolás Fagúndez, porque el «Zurdo» no se cansa de jugar.
Disfruta jugando. Quiere. Es un loco porfiado de la alegre inventiva.
Hasta ese gol a los 34′, cuando pierde control el ingresado Henderson por el lateral derecho. La resigna a manos de Fagúndez. Y el «Nico» que va, que gana posiciones centrales y despacha el remate al palo derecho. El grito del 2 a 1. La sentencia.
En la hora, Javier Vargas lo deja herido al travesaño. Ferro terminó demoliendo en el plano físico. Gladiador resistió en esa materia, pero se fue desflecando, admitiendo la consecuencia de esa reserva física que le faltó. Por eso, al cabo, la razón de Ferro Carril,.
Porque el poder individual también gana partidos.
Vargas-Fagúndez. Seguro que ese poder gana partidos. Seguro.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
