Hoy presentan una canción en homenaje a Alí Primera
A veces pasa que hay canciones que están muy presentes en la gente, sin que se sepa a quién pertenecen. Seguro que nadie desconoce Techos de cartón (“Qué triste se oye la lluvia/en los techo de cartón…”) o Coquivacoa (“Pare, primo, la canoa/que me parece que llora/ la chinita allá en la orilla…”).
Pero quizás muchos no sepan que esas, como tantas y tantas más, son canciones de Alí Primera, gran cantautor venezolano nacido en 1941 y de cuya muerte se cumplen mañana, 16 de febrero, 36 años. Mañana se estará realizando un importante recital (virtual) en su homenaje, titulado “No basta rezar, hay que cantar”. Participarán artistas de Cuba, Venezuela, Colombia y Uruguay. Quien participe por Uruguay, además del conjunto De la Vieja Estirpe, será el cantautor Enrique Rodríguez Viera, que presentará allí una canción que acaba de componer junto a la escritora Laura Domínguez (nacida en Montevideo), quien reside ahora en el Este del país luego de varios años de estar radicada en Salto.

LAURA Y ENRIQUE
Laura es docente de Literatura y Pedagogía y tiene tres libros publicados, de relatos y de poemas. Enrique, nacido en Tacuarembó, es compositor, cantante, guitarrista y docente. Realiza recitales desde 1977, en diferentes salas y festivales del país. Sus actuaciones en el exterior también han sido varias y muy valiosas: Brasil, Paraguay, Argentina, Chile, Perú, Colombia, entre otras. Ha trabajado junto a artistas como Numa Moraes, Larbanoi y Carrero, y ha realizado recitales poético-musicales junto a Jorge Arbeleche, Elder Silva y tantos poetas más. Reconoce a su coterráneo Washington Benavides como una de sus mayores referencias, por lo que significó como poeta (y autor de canciones) y por lo que aprendió directamente del trato con él. Ambos conversaron ayer con EL PUEBLO sobre el evento de mañana pero también sobre el trabajo que vienen realizando juntos, en el que Enrique musicaliza poemas de Laura. Esto comentaban:
Enrique: “Alí Primera es muy querido y respetado y su obra todavía no ha sido estudiada en profundidad como debería ser. Fue un gran cantor y compositor, incansable trabajador social por la gente que más necesita. Era uno de los que siempre estaba ayudando y llevando a la gente esto que es tan importante para el alma como la canción, la música, la poesía. Él pensaba, como nosotros, que la cultura no te da de comer, pero toca otra aristas de la vida humana que no toca nada ni nadie; no hay persona sin música, sin poesía, pese a estos años que nos quieren globalizar e igualar a todos. Las canciones de Alí Primera acompañan, hacen disfrutar y nos hacen ser mejores personas, nos dan hermandad, solidaridad, gusto y defensa por lo que somos y por la vida…Este recital virtual que están organizando los hermanos colombianos es este martes 16, a partir de las 19 horas de Uruguay…”.

Se podrá ver en facebook.com/story.php?st
ory_fbid=851141252122737&i
d=396013894302144
Dijo además Rodríguez Viera que en esta instancia “voy a estrenar una canción especialmente compuesta en tributo a Alí Primera. La compusimos con Laura Domínguez, poeta que vivió muchos años en Salto, conocida por todos ustedes, luchadora por la cultura, por la divulgación. Nos conocimos este año, pero no personalmente sino por las redes, y nos pusimos de acuerdo y empezamos a trabajar sobre algunos poemas de ella. Además surge la posibilidad de hacer esta canción en tributo a Alí Primera. Virtualmente hemos estado trabajando y la venimos preparando para que salga lo mejor posible este martes. Destaco el conocimiento, la sensibilidad y la puntería para escribir que tiene Laura, para buscar, hurgar en cada detalle, en cada palabra”.
Laura: “El año pasado tuve la enorme alegría de reencontrarme con una persona que aprecio, valoro, respeto y quiero muchísimo, que es el periodista cultural Jaime Clara. Él tuvo la amabilidad de abrirme las puertas de Sábado Sarandí para que yo leyera algunos de mis poemas durante un período. Esa generosidad generó en cascada una serie de vínculos y acercamientos con otras personas de la cultura que yo también admiro y respeto mucho. Uno llevó a otro y así llegué a vincularme con alguien que admiro hace muchos años como músico y porque es una de esas voces que marcaron mi adolescencia y juventud. Allá por los años 80, cuando estaba toda la efervescencia del canto popular, una de las voces que a mí me resonaba de forma particular fue la de Enrique Rodríguez Viera. Por estos caminos de los vínculos logramos contactarnos y llevar adelante un proyecto juntos, de musicalizar textos míos. Ha sido un gran desafío porque trabajar con él significa trabajar duro; además de un excelente músico y una voz espectacular, es una persona muy trabajadora, sigue la tradición de “Bocha” Benavides, que fue su maestro y para mí es un honor estar recibiendo ese legado de trabajo y de creatividad. El mejor taller que estoy haciendo es este, donde juegan los sentimientos, la rítmica, la voz. Posiblemente este proyecto tenga también una dimensión audiovisual en la que participaría también Maite Cambra. Entre todo esto surgió la invitación que le hacen a Enrique para el homenaje a Alí Primera, y como estábamos en esto, me dice: ¿y si componemos una canción para esta ocasión? Así que estamos trabajando. Es un aprendizaje espectacular, desde repasar ritmos latinoamericanos, uruguayos, reconocer variantes en la propia música uruguaya…Esta canción es fruto de mucho trabajo, gran trabajo de equipo donde ambos hacemos un aporte a la par, él es quien tiene una trayectoria excepcional. Pero cuando digo a la par me refiero a la igualdad en cuanto al vínculo, que es con mucho respeto recíproco. Eso es admirable en él, la generosidad que tiene. La canción todavía no está siendo difundida porque se presenta mañana (hoy martes) en el festival, pero en acuerdo con Enrique hacemos partícipe a EL PUEBLO de dos fragmentos breves, la primera y la última estrofa:
TRIBUTO A ALÍ PRIMERA
Mujer, si parto ya sabes
he sembrado en tierra buena
si algo llegara a pasarme
solo recoge la siembra.
(…)
Que canten pues los turpiales
que no dejen de cantar
y con el gallo del alba
que nunca cese el cantar.