La grieta económica y deportiva parece estar planteada otra vez en el fútbol de la Liga Salteña, sobre todo si de la «A» se trata. No es de ahora. Viene de tiempo.

Podría plasmarse una conclusión: de años a esta parte, la zanja va distanciando de unos a otros y a los de «abajo», les cuesta cada vez más sumarse a la pretensión de protagonismo o campeonar.
Salto no es la excepción en esta materia. El fenómeno ocurre en tantas latitudes del mundo, aunque en algunos sectores poblaciones donde la pelota rueda, es cierto que se han limitado las diferencias.
Lo del fútbol profesional uruguayo es un caso concreto, desde el momento que se terminó la dinastía absoluta de Peñarol y Nacional, mientras en la AFA, no tanto Boca Jrs y River Plate. Los postergados de la historia a veces, se convencen que la pelea es posible.
Que el tránsito aliado a la madurez en la propuesta, puede generar amaneceres a favor, cuando la dignidad se plantea.
Desde la acción. Desde la actitud. Desde el querer.
SE LO TENÍA QUE DECIR
No trasciende el hecho de quien lo dijo, pero ese que lo dijo….lo dijo. Y aunque no es una sentencia, invita a la reflexión: «¿Por qué no podrías ganarle a un club más rico?; nunca he visto a una bolsa de dinero hacer un gol».
Cabe preguntarse si ese apunte, es capaz de insertarse en la realidad o la realidad lo rechaza por inconducente o vacío de contenido. Porque en el caso de la «A» del fútbol salteño, se marcará a fuego el rol de quienes parecen cantados para la pelea por lo máximo: Universitario, Ferro Carril, Arsenal y Nacional, pero en una escala inmediata Gladiador y Ceibal.
No por nada sustentan los planteles que incluyen a jugadores potenciales, con historia que ampara y chances en función de las dos vertientes: la deportiva y la económica.
Hasta el año pasado, se invocaba a Ferro, la «U», Arsenal y Ceibal. Ahora se acoplan Nacional y Gladiador, justamente dos clubes que necesitan adherirse al fin de la ambición misma.
Nacional fue por última vez Campeón Salteño en el año 2015 y Gladiador en el 2011.
Ahí está la cosa. Ahí está la razón. Es una razón que pega, arremete y pretende someter dictados del no poder.
ESE CASO LATENTE DE EL TANQUE
La contrapartida: El Tanque de Barrio Burtón. El que el año pasado, superó en la tabla entre otros, a River Plate, Gladiador y Salto Nuevo. Para un club de modesta esencia económica, ¿no fue un campanazo acaso?
El Tanque jugó en pro de aquella sentencia: «¿por qué no podrías ganarle a un club más rico?». Después de todo,fue el único equipo que derrotó a Ferro Carril, el campeón..
Lo de El Tanque DEBE SERVIR como básico, vital y generoso ejemplo, que a veces en fútbol es posible visualizar fines, sin que el dinero obre como factor determinante.
En el 2017 El Tanque ingresó a la Liga Salteña de Fútbol y este año, jugará en el Torneo de Clubes de OFI a nivel de la Divisional «B». Estará donde no están entre otros, Salto Uruguay, RIver Plate, Salto Nuevo, Saladero y Gladiador.
Entonces, ¿no es posible ATREVERSE, para que la dimensión SEA POSIBLE?
¿Por dónde realmente pasa la opción de protagonismo? ¿Solo por la bolsa del dinero?
¿Esa bolsa, cuántos goles suma en la historia?
¿Realmente cuántos?
Sucede que a veces la rebelión de «esos de abajo» se hace canto, querer y sueño.
A veces la realidad abofetea desde el poder del dinero y del fútbol mismo….pero no siempre. No siempre.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-