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jueves, 10 de abril de 2025
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«El técnico que enseña tiene que haber sido jugador»

Diario EL PUEBLO digital
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Nelson Ruiz desde la Escuela
de Fútbol «Charrúa»

«Con la Escuela de Fútbol «Charrúa» comenzamos el lunes 15 de marzo. Lunes, miércoles y viernes de 18 a 19 horas, en las instalaciones del Club Tiro Salto Grande. Vamos para 23 años de vigencia y con la alegría que supone para nosotros, el saber que quienes en muchos casos pasaron por el aprendizaje, fueron avanzando en otras etapas posteriores del fútbol, incluso algunos de ellos llegando a Primera División. 

Soy un convencido que por lo menos hasta los 10 años, los niños deben asimilar conocimientos y aplicarlos, por eso es que el plan apunta en esa dirección: correcciones desde la técnica, el cómo manejar el cuerpo y la apoyatura correspondiente, para que el toque de pelota surja fluído o para rematar al arco. Técnicas de aprendizaje para esos primeros años. No puede haber mejor inicio que ese.
Cuando los padres llevan a sus hijos a la Escuela de Fútbol «Charrúa», saben cual es el fin y de qué manera lo planteamos. Podemos jugar algún «picado» porque también el juego a esa edad pasa por la diversión, pero sobre todo apuntalar la base. ¡Claro qué se puede aprender, a partir del desarrollo de la idea! A los gurises siempre les decimos: la repetición una y otra vez, es lo que vale, lo que sirve. Si no sale en esta, sale en la otra. La constancia no puede faltar».


Desde aquella Escuela  de Fútbol »Charrúa» que nació un 20 de marzo de 1986 en el club Ferro Carril y con un impasse en el año 1996. Se retornó a la actividad en 2008 en club Tiro Salto Grande.  099731764 fijo 47334942, son las vías de comunicación, para el ingreso al nuevo año de actividad. 
Niños de 5 a 12 años. 
Las sumas de NELSON RUIZ y el Prof. ANÍBAL RUIZ NOGUEIRA. En EL PUEBLO, es una manera de profundizar conceptos. 
Nada parece inviable, cuando la vocación por transmitir, aflora y se plantea. 
En el caso de Nelson, aquella su condición de futbolista en los años 60 y 70, con la de Ferro Carril en el pecho. 
Hasta que en la década siguiente, la puerta se abrió para la Escuela de Fútbol, en un primer momento apadrinada por Luis Cubilla, Milton Viera y Aníbal «Maño» Ruíz.


«LOS QUE QUEDAN RADIADOS
  SE VIENEN CON NOSOTROS»

«No siempre el niño que no tiene condiciones naturales, está imposibilitado de aprender.. Por eso, insistimos con lo de la repetición, para que el logro surja. La Escuela en relación al Baby, tiene una diferencia de hecho: la exigencia de ganar no se plantea. Lo nuestro no pasa por esa prioridad, por lo tanto el niño aparece liberado en esa dirección. 
El vínculo con la pelota, con quien transmite, con sus compañeros cuando se trata de acciones colectivas o en el plano individual cuando uno capta carencias que pueden ser corregibles. Si el fin, es el producto, que tengamos en claro una escala. Vamos de menos a más y comprobando que la evolución es posible. 
Sentimos que a veces los niños que quedan radiados en el Baby Fútbol vienen con nosotros. Pero a su vez, no faltan aquellos que ingresan al Baby, pero continúan sumándose a la Escuela, porque quizás encuentran un entorno que los complace y no lo somete a determinados esquemas. Se sabe que a veces en el Baby a temprana edad, rige el apetito por la victoria con grises que están ausentes: es ganar o es frustrarse. Parece ser que no hay término medio. Soy de los que reconoce sin embargo la función de muchos técnicos que son parte del Baby Fútbol y lo hacen en condiciones lejanas a lo óptimo. Hacen lo que pueden, con lo que tienen».
DESDE LA COORDINACIÓN 
Y MOTRICIDAD: LAS CLAVES
La persistencia en los fines, de la Escuela que desde el lunes próximo recupera el protagonismo. Después de todo, lo tiene, »porque además creemos ser parte de un ámbito, donde lo humano no falta. Al fin de cuentas estamos trabajando con niños. Hay una tolerancia que es necesaria de nuestra parte, cuando desde ellos se plantean limitaciones al tiempo de captar o aplicar. Por eso, nos apegamos a la repetición como cuestión clave. 

Tan clave para nosotros como reconocer que para transmitir algunas enseñanzas en la formación del niño, importa haber jugado al fútbol. El técnico que enseña tiene que haber sido jugador. Es una posición que tenemos y la defendemos. 

Porque en algún momento ese técnico o como en nuestro caso, uno tiene que recurrir al ejemplo. Entrar a la cancha, pegarle a la pelota, demostrarle desde uno como es posible lo que exponemos a través de la teoría.
Pero el hecho es que para corregir, manda la práctica. El niño mira lo que uno hace. Y si uno no sabe hacerlo, ¿con qué argumentos pretende que ese niño-receptor asimile?

Parar la pelota, el pie de apoyo que decide para entrarle al remate después, el cabeceo, los movimientos en terreno reducido, el correr, el manejo de la pelota, todo es parte de ese fin.

Alimentar la forma, para que el producto sea bueno. Existe un plan que se cumple, defenderlo y aplicarlo, para contemplar lo que está en juego. Ocurre que la ilusión del niño-jugador también lo está. No solo hay que entenderlo, también modelarlo. Si ese logro existe, la Escuela habrá cumplido lo que nos hemos propuesto. Para eso, fue creada. Y ese es el fin»
                                   

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