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jueves, 1 de mayo de 2025
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Evaluación de los potenciales impactos ambientales del uso de agroquímicos en la cuenca del embalse de Salto Grande

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Los plaguicidas, luego de ser aplicados en los cultivos, pueden ser retenidos por las partículas de suelo, transportados por el agua hacia horizontes más profundos y finalmente llegar al agua subterránea, transportarse por el aire a grandes distancias, lejos del sitio de aplicación, pueden bioacumularse en los organismos y pueden incorporarse a la atmósfera cuando se volatilizan desde el suelo o desde el agua.

Si bien los ecosistemas desencadenan mecanismos para amortiguar los impactos ambientales de los plaguicidas, mediante la degradación por los microorganismos presentes (bacterias, hongos), así como también por la luz, disminuyendo la cantidad original de éstos, cuando se supera la capacidad de autodepuración, se generan impactos ambientales negativos acumulativos, afectando la calidad del agua. En este sentido, la creciente expansión e intensificación agrícola en la cuenca del Embalse de Salto Grande donde los principales rubros son cítricos, arroz y caña de azúcar, es uno de los factores que ha contribuido al deterioro de la integridad del embalse. Dicho embalse constituye un área de deposición de sedimentos provenientes de áreas deforestadas al norte del Río Uruguay, erosión de sus márgenes y áreas agrícolas circundantes. Esto se refleja principalmente en el crecimiento excesivo de algas y cianobacterias debido al lavado de nutrientes, en especial, de nitrógeno y fósforo provenientes del lavado de fertilizantes desde las áreas agrícolas, así como en la acumulación de residuos de plaguicidas organoclorados en tejidos de peces. Existen varias especies de cianobacterias que son capaces de producir toxinas que pueden generar efectos hepatotóxicos, neurotóxicos y dermatotóxicos en organismos terrestres, acuáticos, incluyendo a los seres humanos. Además estas cianobacterias confieren color, sabor y olor al agua limitando las actividades recreativas y pesqueras y el uso del cuerpo de agua como fuente de agua potable.
En el año 2013, realizamos un estudio con un equipo interdisciplinario de docentes del CENUR Litoral Norte, Facultad de Ciencias y la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), financiado por el convenio CENUR Litoral Norte-CTM, cuyo objetivo fue estimar los potenciales impactos de los agroquímicos utilizados en los principales cultivos desarrollados en la margen uruguaya, sobre la calidad del agua superficial en la cuenca del embalse de Salto Grande.
Se seleccionaron las sub-cuencas de los arroyos: Lenguazo, cuya área de drenaje es mayoritariamente ocupada por caña de azúcar; Mandiyú, cuyo principal uso del suelo es rotación arroz-pasturas y Boycuá, considerado como “testigo”, donde el área de drenaje presenta una cobertura de campo natural del 83% y cuyo cultivo secundario es el arroz y la forestación. La colecta de muestras de agua, se llevó a cabo en la proximidad a la desembocadura de los arroyos mencionados, en dos momentos: otoño y primavera de 2013. Como resultados, se observó que las concentraciones de fósforo reactivo soluble en agua superficial de la cuenca del arroyo Lenguazo, fue tres veces mayor al valor máximo establecido en la normativa nacional (Clase de agua 3: Decreto 253/79) para fósforo total lo que se asocia a la alta carga de fósforo que es incorporada al sistema por fertilización de la caña de azúcar. Esta forma de fósforo es fácilmente disponible para la proliferación de cianobacterias y algas y por tanto en condiciones de temperatura y radiación solar óptimas, los aportes desde el Lenguazo hacia el embalse podrían desencadenar dichos procesos. Para el caso del Arroyo Mandiyú, en el mes de diciembre, las concentraciones de fósforo reactivo soluble superan el límite máximo de 25 µg/L, lo que podría asociarse a la fertilización del cultivo de arroz en la primavera. Sin embargo, en la desembocadura del Arroyo Boycuá, arroyo “testigo”, los parámetros analizados se hallaron dentro de los rangos de aguas naturales y de los límites establecidos en la normativa.
Con respecto a la existencia de plaguicidas en agua, se observó la presencia de plaguicidas aplicados en arroz, altamente persistentes (vida media mayor a 365 días), como son: Tebuconazole, Quinclorac, Clomazone y plaguicidas altamente persistentes utilizados en caña de azúcar: Ametrina, 2,4-D, y Atrazina, en el agua de las sub-cuencas de los Arroyos Lenguazo y Mandiyú, lo que explica el amplio rango de distribución que presentan los plaguicidas desde su punto de aplicación. El fungicida Tebuconazole estuvo presente en los 3 arroyos, siendo dicho ingrediente activo sólo utilizado en el cultivo de arroz y su última aplicación había sido realizada cuatro meses antes del muestreo, lo que se asocia a su elevada persistencia en agua. Es relevante mencionar el hecho de que estos tres arroyos son afluentes del Río Uruguay, quien abastece aguas abajo a la población salteña pudiendo afectar su estado de salud.

Ing. Agr. Alexandra Bozzo
Magister en Ciencias Ambientales.
Docente de Microbiología de Facultad de Agronomía-CENUR Litoral Norte Sede Salto.
Integrante de la Red Temática Medio Ambiente de la UDELAR


Por otra parte, en el año 2013 fue elaborada la “Guía de buenas prácticas en el cultivo de arroz”, por varias Instituciones y gremiales en la cual se recomiendan prácticas de conservación de los recursos naturales, entre otras, para la producción sustentable del arroz, de manera de garantizar la mayor productividad y potenciar la competitividad del sector a nivel nacional e internacional. 
Por lo expuesto anteriormente, los agrónomos y los productores poseen una gran responsabilidad en la realización de un uso racional de estos productos, para evitar los efectos causados en la salud humana, animal y su repercusión ambiental.

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