(25 de julio de 1900 – 28 de julio de 1960)
CARTA A ENRIQUE AMORIM
Enrique:
Por aquí el otoño quebró su voz
y andan las penas sueltas.
A veces por el mar, mojo mis huesos
con salitre y espuma,
le doy la mano al viento
y cuelgo en su cabello algún mensaje
de versos y de arena.
Busco la soledad de alguna playa
para llorar mi angustia,
y cuando brama el viejo amigo
le entrego tus poemas.
Alta, como un adiós, la blanca luna
y el caracol marino en mis oídos
me habla de naufragios
de barcos sin retorno,
de latentes ciudades sumergidas.
Siempre llevo una flor entre mis manos
para arrojarla al mar en tu memoria.
Enrique; continúo
trillando este dolor de la poesía,
recopilando el hambre de mi Pueblo
en páginas maduras de esperanzas.
Tú me diste esta rima de venturas,
esta melancolía de trigales
prisionera en un límite de penas.
Me pesa la rutina burocrática,
la oficina con lápices, tinteros,
con pesados infolios polvorientos,
con hombres con la firma jubilada
empañada de sombras y amarguras.
Me escapo hacia la aurora con un verso
y abro los ventanales matutinos
de tu recuerdo vivo entre naranjas.
Quiero saber de ti entre luceros,
y conocer tu lindo calendario
fechado con la luz del infinito;
saber si está con frío en las estrellas
o viajes con tu Sputnik
en raudo vuelo hacia el planeta Luna.
Por aquí en latitudes fronterizas
el invierno despoja el horizonte
del verde de los árboles
y los hombres transitan por las calles
cargados de tristezas.
Nuestra Patria Chica, allá en el Salto
crepusculares voces melancólicas
recitarán tus versos,
y en un lugar de tu Chalet «Las Nubes»
Esther tendrá nostalgias de tu mano,
suave como la harina en la caricia,
rebelde y acerada en cada página
de la jornada obrera de poemas.
Buen amigo en la vida y en la muerte,
maestro de verdades,
firmo esta carta aquí, junio, nostalgia
de tu voz tesonera, grito eterno,
horadando penumbras, abatiendo
baluartes de silencios.
ENVÍO:
Hasta Enrique Amorim en luz de estrellas
llegue si canto el ferviente anhelo.
José María Rondán Martínez
(Salto, 1936 – Canelones, 2000)
