Fue en el minuto 6′, cuando Universitario recupera la pelota. Y desde el pie derecho surge la habilitación del «Cunfi» Menoni para Dos Santos. La hora de George y el zapatazo que se desvía. Después de todo, ¿cuánto vale una actitud ofensiva sobre rieles, en el comienzo de cualquier partido? Hasta tiene peso emocional.
Es como plantar una consigna para que el rival sepa. Pero en los 14′, con Porongos haciéndose llamarada ofensiva por derecha.
El recorte de Diego Torres para fabricar el espacio casi en zona central, hasta que la bomba se descargara sobre el arco de Borgardt. El 1 a 0 trinitario.
Hasta esos minutos después en que Dos Santos metió el frentazo de gol, pero el sanducero Robert Ledesma lo anuló por infracción del delantero. Era a la medida del momento justo.
Evitar que Porongos ajustara el mecanismo a la diferencia en condición de visitante y porque además ir perdiendo en casa propia, no es remoto negocio para nadie en el caso de Universitario.
La lesión de Matías Flores primero. De Martín Silva después. Dos recambios antes de la primera media hora. ¡Hay que suponer que la idea padeció el infarto propio de lo no previsto!
Por sobre todos: el equipo defendió a destiempo. El funcionamiento se expuso a la blandura, Por eso Porongos golpeó en más de una ocasión y Burgardt se mandó una atajada formidable cuando el frentazo de Michel Fumero fue presagiando el segundo.
TANTA DUDA
ACUIMULADA….
Las variantes obligadas en la «U», pero también la falta de certeza, a la hora misma de la construcción. Con exceso de lentitud, con escasez de variables y ese ausentismo de sintonía en los metros finales, pasando por la dependencia de Fornaroli.
Es que así fue siempre.
Por eso Universitario resultó esta vez un lejano rey, sin aproximaciones a la versión más o menos generosa. De todas maneras Emilio Silva había revelado un par de días antes: «no es fácil que de arranque, alcancemos el nivel con que terminamos el último campeonato casi dos años atrás». Y pegó en el clavo. ¿la veía venir?
Porque recién en el minuto final del complemento, el equipo produce una situación por Valentín Fornaroli. pero antes, con los sentidos de ataque en alarmante estado de crisis.
El lejano rey esta vez, está obligado a volver.
No le fue rentable el 4-3-3 de varios pasajes, incluso a partir de la gravitación tan solo ocasional de las piezas que lo han potenciado.
Porongos sacó la carpeta. No es cualquiera. Ni en la historia. Ni en el presente. Es un copetudo que sabe apartar los males ocasionales, para volverse confiable.
Al fin de cuentas lo fue. Y Universitario lo admitió. O tendrá que admitirlo.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
