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Por: Jorge Pignataro

Luis Landriscina, en el mes de sus 85 años

En el transcurso de este mes en que cumple sus 85 años, desde esta página serán varias notas las que nos recuerden diferentes aspectos de la vida de Luis Landriscina, y sobre todo de su quehacer artístico como narrador, actor, entre otras facetas.


Nació en el Chaco – Argentina, el 19 de diciembre de 1935 y su verdadero nombre fue Luigi Landriscina. Sus padres (Luigi Landriscina y Filomena Curci) habían llegado de Italia con dos hijos, mientras que otros (como Luigi) nacieron en Argentina. De ahí que este notable narrador costumbrista y maestro del humorismo, se siente de alguna manera un «casi gringo». El homenaje hoy es precisamente con un poema suyo titulado así.

CASI GRINGO
Yo soy del Chaco argentino,
nacido en esta región
soy tan hijo de esta tierra,
que me siento emparentado
al quebracho colorado
y al capullo de algodón.

En mis venas corre sangre
de la Italia forjadora,
de la estirpe labradora
que en mi patria se afincó.

Fueron gringos mis dos padres
y también mis dos hermanos
que desde suelo italiano,
con la América soñaron.
Aquel sueño y el destino,
los empujaron un día
a dejar toda una vida
por otra, tal vez mejor
y en un buque se embarcó
con lágrimas mi familia,
porque allá dejaron todo
con sus penas y alegría:
a la patria, a sus amigos,
a sus padres, a la villa,
a los sueños de la infancia,
que eran carne de ilusión.

Más sus pupilas mojadas
con llantos de mil ausencias
se secaron de esperanza
al ver esta noble tierra
que esperándolos estaba
para borrar con su sol,
las noches de tantas guerras;
que esperaba para darles
un arado y una reja,
trigo de paz para el pan
y un rancho para querencia.

Así llegaron al Chaco,
mis hermanos y mis padres
plantando una humilde chacra,
rodeada de quebrachales
pagando en sudor de sangre
sus blancos algodonales
y olvidando con trabajo,
la noche de sus pesares.

Luego, Dios, que nunca olvida,
premió el sufrir de mi madre
con un puñado de hijos,
tan rubios como trigales
y trigueños color sombra
de adentro de los obrajes.
Entre ellos, llegaba yo
a ver la luz de este Chaco,
a escuchar sin comprender
los mil murmullos del campo
a gastarme las rodillas,
gateando por todo el rancho
y prenderme de mi madre,
para dormirme mamando.

Yo ni contaba dos años,
cuando mi madre partiera
para dar vida a otro hermano.
Ya nunca la volví a ver,
ya nunca estuvo en el rancho,
solo volvió mi familia,
todos de negro y llorando
y mi hermana la mayor,
mientras me alzaba en sus brazos
trató de hacerme entender,
que mi madre no estaría
nunca jamàs en el rancho….
porque Dios la habìa llamado
para tenerla a su lado.-

La chacra quedó en silencio,
todos hablaban despacio
y yo recorría el patio
siempre buscando y buscando;
màs un dìa se quebrò
el silencio con un llanto
que brotaba de la cuna
hecha de rustico palo:
hacia adentro fui corriendo,
los ojos grandes mirando,
y asomado a la cunita,
he visto de cerca el llanto….

Era un trueque del destino,
mi madre por un hermano:
así terminó su vida,
dejando otra vida en cambio,
y se internó tierra adentro
por sujetarnos al Chaco:
porque si yo tengo sangre
de esa gringa de otros pagos,
también la tiene la sombra
profunda de los quebrachos.

Y si sus huesos y carnes
viven en mi ser andando
también viven en la tierra
de una tumba de este pago
y están abonando el suelo,
caliente de nuestro Chaco.

Por eso es que yo me siento
emparentado a esta tierra;
por eso es que yo teniendo
tanta sangre de italiano
me siento tan argentino,
tan chaqueño y tan hermano
de las chacras, de los montes,
de los indios mocovíes,
de los tobas y matacos,
razas todas que en la selva
de entre los cardos brotaron
como fruto de esta tierra
donde mi madre ha quedado.

Todo tiene algo que ver
con mi sangre y su pasado…
Por eso, aunque casi gringo,
lo quiero tanto a mi Chaco.
Luis Landriscina

Víctor Lima, a 51 años de la tragedia

El próximo domingo 6 se cumplirá un año más de la muerte de uno de los mayores poetas salteños: Víctor Lima, por lo que ese día EL PUEBLO dedicará esta página de Cultura en su homenaje.

En tanto por ahora, cabe recordar que había nacido en una casa de calle Uruguay al 800, el 16 de junio de 1921 y se suicidó en las aguas del Río Uruguay, al que tanto le había cantado, el 6 de diciembre de 1969.
Su obra es, como lo hemos dicho en varias ocasiones, mucho más que un buen puñado de canciones, que sin duda es lo más conocido y difundido.
Entre las canciones más recordadas y que parece predecir el trágico final de este «andariego solitario» (al decir de Luis Bravo), es la que dice:
«A la orilla de ese río estoy pensando
que algún día calladito yo me iré;
dejaré de ser cantor pero ¡qué lindo!
pues por siempre tierra fértil yo seré».

Concurso «Juan Carlos Onetti»: se entregaron
los premios

La semana pasada se realizó la entrega de premios de la edición 2020 del Concurso Literario «Juan Carlos Onetti», organizado por el Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo. La ceremonia se realizó el jueves 19 de noviembre en el Museo Blanes. Entre las autoridades presentes estuvieron Juan Canessa (Prosecretario Gral. de la Intendencia), Ramiro Pallares (Director del Departamento de Cultura), Federico Penino (Director de la División Artes y Ciencias), Santiago Tricánico (Director del Servicio de Bibliotecas) y la directora del Museo, Cristina Bausero. También asistieron la futura directora del Departamento de Cultura, María Inés Obaldía, y Baltasar Brum, que estará a cargo de la División Artes y Ciencias.

LOS GANADORES
Los primeros premios fueron para:
Federico Mateus Ferreira (Narrativa).
Gerardo José Ciancio Díaz (Poesía).
María Alejandra Gregorio Zito (Dramaturgia).
Alicia Cabrera Raviolo (Narrativa Infantil y Juvenil).

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