Arsenal 2 Progreso 1
Determinadas situaciones en un partido de fútbol, son claves o definitivas. O hasta influyen en la decisión de un trámite o en el resultado final.
A los 30′ del segundo tiempo, cuando la expulsión llegó para el golero Salvador Machado. Ya con Progreso habiendo realizado las cinco variantes, no quedó otra: Trías para el arco. Y un minuto después, la pelota frontal, del pique a la resolución de Gustavo Carballo.
La justeza de la pegada para el 1 a 0. Fue el comienzo del final. Para que Arsenal ganase. Para que Progreso perdiese.
¿Por qué acaso el impacto de ese minuto 30′? Porque Salvador Machado había resultado básico, con más de una reacción, con más de un rechazo. Quedándose con más de una tentativa de Masseroni, como en los 18′ y 33′ del primer tiempo, cuando Progreso había producido sólo una llegada, y ese remate de media distancia que desvió Federico Noboa
Es verdad: cuando Salvador se fue expulsado, a Progreso se le cayó media estantería y el equipo terminó haciendo lo que pudo, en medio de un trámite al que le sobró turbulencia y le faltó calidad. Las complicaciones para el manejo territorial, los despistes ofensivos o el acarreo de pelota en exceso para que el pelotazo mandara en el caso de Progreso, con el combate desigual de Braian Maidana. Aunque el exCerro fue a todas, con la inalterable generosidad.
Arsenal fue la apuesta de Carballo-Masseroni, con el «Nico» Ferreira al margen de la sociedad, sin que la pelota le llegara.
Progreso le mandó telegramas a Nazareno Rodríguez, para que le ganara la espalda a cuanto marcador se le pusiera como obstáculo, pero le costó trascender.
Hasta no faltarían quienes se jugaron a la ruleta del empate, por ese fútbol que se fue malgastando o cayendo en la impotencia de no poder. Hasta la expulsión de Salvador Machado. Por todo lo que había resuelto y porque no fue fácil suplirlo.
Y apareció el «Tavo» primero con el 1 a 0 y Bochkariov con el segundo, cuando apeló al remate de 30 metros, después de un notable cambio de frente por Facundo Martínez.
La pelota se le fue a Trías. ¡Hizo lo que pudo y no hay razón para condenarlo!.
Después el descuento de Progreso. La noche en que Arsenal ganó.
Se quedó con los tres puntos. No le sobró nada. Calzó lo justo. Y lo justó significó tres puntos. Cuestión de siembra. En eso anda. En eso está.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
