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viernes, 9 de mayo de 2025
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Salto

“Los llantos no resucitan”

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Diario EL PUEBLO digital
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Ramón Fonticiella (PDC)

Alarmas de contagios masivos, de variantes virales más peligrosas…y más muertes. En Salto voces que reclaman por las pérdidas de la suspensión del turismo. ¿Nadie piensa que la actividad posibilita enfermar y morir, y que el Estado debe subsidiar la vida?


Si se trabaja, se circula y se aumenta el riesgo de enfermar y morir a propios y extraños, sin discriminación de edades; si no se trabaja no se come, ni ganan las empresas; si el Estado, a través del gobierno SOSTIENE con un mínimo de ingresos: se come, se compra alimentos y se baja el riesgo de enfermar a todo el país.
El Poder Ejecutivo no “se hace cargo”. Exhorta, sugiere, pero no reglamenta ni decide. Sólo le preocupa el déficit fiscal.
La sencilla lectura de los informes científicos no deja lugar a dudas: con las mutaciones y la difusión del virus, el país entero seguirá enfermando. Sólo deteniendo al máximo el movimiento, la circulación, las concentraciones en ómnibus, oficinas, comercios, shoppings y todos los lugares posibles, habrá tiempo para que las vacunas hagan efecto. Por supuesto que muy pocos pueden mantenerse sin trabajar; hasta los jubilados dependen de esa labor, que genera ingresos impositivos para poder seguir pagándoles sus haberes. Pero ¿de qué sirve que haya dinero, si se aumentan los riesgos de morir?
Ha sido sabia la idea, despreciada, de crear una renta básica para enlentecer el ritmo de contagios, frenando la actividad. ¡No se puede! se ha dicho desde el gobierno, porque se aumenta el déficit, y esto se ha amplificado desde parte de la misma población por quienes repiten lo que

dicen los grandes medios. Pero ¿de qué sirve gastar menos si viejos, maduros, jóvenes y adolescentes pueden enfermar aunque no mueran? Poco se sabe de cuánto cuesta atender en CTI a las personas gravemente infectadas, seguramente mucho más que tener esas personas en sus casas, con un sueldo mínimo hasta que las vacunas hagan efecto. Hasta pensando en plata, sin contar muertes y sufrimientos, sale más razonable subsidiar que internar.
En Salto me ha llamado tristemente la atención el furibundo ataque a la medida departamental de impedir la circulación del virus, cerrando la posibilidades de recibir turismo. Mucho me ha sorprendido que haya referentes sociales y políticos salteños, que clamen por la libertad de trabajar, desdeñando el derecho a vivir en salud. Esos referentes deben usar su poder y posición para reclamar al gobierno nacional que sostenga a quienes no se mantienen solos, como única forma de construir juntos la salud de todos.
Quizás haya intereses comerciales muy fuertes detrás de los reclamos visibles e invisibles, que se emiten para defender inversiones, no sólo los empleos. Éstos se protegen con subsidios, como los millones que el gobierno dedicó a las sequías, por ejemplo. Será cada vez por menos tiempo, porque las tardías vacunas, estarán haciendo efecto en algún momento.
La tristeza y tensión de hoy serían menores si lleváramos tres meses de vacunación. Si el gobierno en lugar de surfear, hubiera comprado vacunas en tiempo, ya estaríamos todos inoculados. Somos muy pocos y estamos entrenados en vacunarnos y en vacunar.
Los llantos por los muertos, no los reviven. Aunque algunas conciencias puedan remorder.”

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