En el Juzgado de Paz firmaron el acta que acredita su matrimonio Mariano Suárez Elías y Fabiana Meneses Carro. La novia lució en la oportunidad vestido corto de encaje blanco y falda en dos largos.
Fueron testigos por ambos: Raquel Silva, Valeria Rodríguez, Sebastián Suárez y María Eugenia Suárez.
En horas de la noche en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (Cerro) fue bendecida la boda. En el altar se ubicaron dos transparencias con liliums y rosas blancas e ilusión, estas flores se repetían en los cabezales de los bancos junto a piezas de tul. A la hora señalada y mientras se escuchaba la marcha nupcial, del brazo de su hermano Alexis Arciriácono ingresó al templo la novia. Vistió modelo de ceremonia de corte solero confeccionado en raso color champagne, el corsage presentaba bordados formando diseños de flores con hilos plateados y canutillos, estos destacaban la línea del escote y los breteles, la falda de suave movimiento se extendía en importante traine. En el peinado lució hilo de strass, en la mano llevó rosas en degradée de color salmón rodeada de flores ilusión.
Se adelantó a su paso Joaquín el hijo de ambos contrayentes, en un almohadón llevaba las alianzas de boda para ser bendecidas por el Padre Zenón que fue quien ofició la ceremonia.
En el altar la esperaban el novio junto al sacerdote y las madrinas, Valeria Rodríguez modelo negro trabajado con bordados en pedrería al tono, falda corta y breves mangas. La mamá del novio Julia Elías lució solera de color amarillo oro la parte superior y falda larga y amplia estampada en tonos primaverales.
Durante la ceremonia se acercaron al ambón para leer un trozo bíblico y luego las peticiones, Rosario Suárez, Sebastián Call, Raquel Silva, Susana Carro y Andrea Cunha.
Finalizado el ritual en el atrio recibieron las felicitaciones, posteriormente con sus familiares y amigos más allegados, festejaron el acontecimiento con un brindis ofrecido en Parador Ayuí.
En la terraza con vista al río se ubicaron varios juegos de living y puf blancos con las mesas bajas decoradas con senderos color salmón y bordes de raso, lucían al centro pequeños floreritos con flores ilusión. En el salón las mesas fueron tendidas con manteles blancos y senderos salmón en cuyo centro había bouquet de rosas en degradée salmón, ilusión y espárragos, estas flores se repetían en otros sitios aportando color y distinción al salón. En dos mesas muy coquetas se ubicaron las ensaladas, en un extremo de ellas había arreglos altos con rosas, gerberas, liliums y flores de pájaro anaranjadas, llevando en la base frutas de estación; un arreglo floral similar presidía la mesa de los variados postres.
En el recibidor sobre la consola, se reflejaba en el espejo la foto de ambos novios y una veladora con pantalla de organza blanco, los almohadones del sillón de hierro forjado fueron decorados con pequeños ramilletes de rositas e ilusión.
Al llegar al salón los noveles esposos comenzaron el vals, intercambiaron parejas
por varios minutos y posteriormente ritmos de moda fueron una invitación a la alegría, la pista coronada con múltiples globos espejados y telas en ambos colores de la fiesta.
Recibieron muchos, lindos y prácticos obsequios los que pasaron alhajar el nuevo hogar.
En el Juzgado de Paz firmaron el acta que acredita su matrimonio Mariano Suárez Elías y Fabiana Meneses Carro. La novia lució en la oportunidad vestido corto de encaje blanco y falda en dos largos.
Fueron testigos por ambos: Raquel Silva, Valeria Rodríguez, Sebastián Suárez y María Eugenia Suárez.
En horas de la noche en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (Cerro) fue bendecida la boda. En el altar se ubicaron dos transparencias con liliums y rosas blancas e ilusión, estas flores se repetían en los cabezales de los bancos junto a piezas de tul. A la hora señalada y mientras se escuchaba la marcha nupcial, del brazo de su hermano Alexis Arciriácono ingresó al templo la novia. Vistió modelo de ceremonia de corte solero confeccionado en raso color champagne, el corsage presentaba bordados formando diseños de flores con hilos plateados y canutillos, estos destacaban la línea del escote y los breteles, la falda de suave movimiento se extendía en importante traine. En el peinado lució hilo de strass, en la mano llevó rosas en degradée de color salmón rodeada de flores ilusión.
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Se adelantó a su paso Joaquín el hijo de ambos contrayentes, en un almohadón llevaba las alianzas de boda para ser bendecidas por el Padre Zenón que fue quien ofició la ceremonia.
En el altar la esperaban el novio junto al sacerdote y las madrinas, Valeria Rodríguez modelo negro trabajado con bordados en pedrería al tono, falda corta y breves mangas. La mamá del novio Julia Elías lució solera de color amarillo oro la parte superior y falda larga y amplia estampada en tonos primaverales.
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Durante la ceremonia se acercaron al ambón para leer un trozo bíblico y luego las peticiones, Rosario Suárez, Sebastián Call, Raquel Silva, Susana Carro y Andrea Cunha.
Finalizado el ritual en el atrio recibieron las felicitaciones, posteriormente con sus familiares y amigos más allegados, festejaron el acontecimiento con un brindis ofrecido en Parador Ayuí.
En la terraza con vista al río se ubicaron varios juegos de living y puf blancos con las mesas bajas decoradas con senderos color salmón y bordes de raso, lucían al centro pequeños floreritos con flores ilusión. En el salón las mesas fueron tendidas con manteles blancos y senderos salmón en cuyo centro había bouquet de rosas en degradée salmón, ilusión y espárragos, estas flores se repetían en otros sitios aportando color y distinción al salón. En dos mesas muy coquetas se ubicaron las ensaladas, en un extremo de ellas había arreglos altos con rosas, gerberas, liliums y flores de pájaro anaranjadas, llevando en la base frutas de estación; un arreglo floral similar presidía la mesa de los variados postres.
En el recibidor sobre la consola, se reflejaba en el espejo la foto de ambos novios y una veladora con pantalla de organza blanco, los almohadones del sillón de hierro forjado fueron decorados con pequeños ramilletes de rositas e ilusión.
Al llegar al salón los noveles esposos comenzaron el vals, intercambiaron parejas
por varios minutos y posteriormente ritmos de moda fueron una invitación a la alegría, la pista coronada con múltiples globos espejados y telas en ambos colores de la fiesta.
Recibieron muchos, lindos y prácticos obsequios los que pasaron alhajar el nuevo hogar.
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